/Esther Sotoca/
Las tarde de debut suelen ser complicadas por el cúmulo de emociones y más si uno es joven y con hambre, ya que suponen una apuesta de la cual puede depender el futuro. A la hora de la verdad todos esos sentimientos se cruzan y a veces la oportunidad se puede escapar de las manos. No fue el caso de Diego Carretero en Albacete, que hacía el paseíllo desmonterado porque era la primera vez que pisaba el ruedo desde que debutara con caballos en marzo. Un compromiso el hacer la presentación ante sus paisanos en el que dio la cara y sobre todo en el que demostró que tiene un futuro prometedor. Y eso que el reto no era fácil, pues la novillada de El Cortijillo y Hermanos Lozano estuvo bien presentada, aunque desigual, y sobre todo fue muy seria, ya que muchos rozaban los cuatro años, además de ser exigente en las jóvenes muletas. Con estas circunstancias fue el único que logró pasear una oreja consiguiendo que el público quedara con ganas de volverlo a ver. Filiberto perdió otro posible trofeo por la espada. En su caso el debut fue hace dos años, por lo que durante el festejo se vio un novillero hecho con contrastada elegancia y pureza en su toreo. En reto para Pedro Jesús Merín tampoco era fácil, ya que hace un año la afición de Albacete veía como saltaba al escalafón de novilleros con caballos, pero desde entonces no se había vuelto a vestir de luces, y esa falta de rodaje se notó, aunque al albaceteño no le faltó la disposición para buscar el triunfo.
Diego Carretero protagonizó una interesante tarde en Albacete pues cortó una oreja en el primero de su lote y al sexto le dio pasaporte cojeando por el fuerte revolcón que sufrió. El tercero de la tarde lo brindó al público y desde ese momento comenzó con la derecha al noble novillo de El Corijillo, que se desplazó con buen ritmo y con el que el debutante en la plaza demostró arrojo y buen corte en su toreo. La principal virtud que tuvo su faena fue la colocación, siempre buscando cruzarse, en tandas en las que logró llevar con suavidad a su oponente y firmeza a pesar de lo nuevo que es. Dejó una estocada en el sitio y paseó una oreja ante una digna primera actuación en su tierra. El que cerraba plaza fue más complicado, por lo que se evidenció que solo ha toreado tres novilladas desde que comenzara con caballos, pero su actuación no caben reproches por su entrega. En el tercio de varas el toro se hizo el dueño lo que no ayudó en la faena de muleta. El de Hermanos Lozano tenía muchas teclas que tocar y al no hacerlo en algunos momentos desarrolló peligro. Carretero quería tocarlas y justificarse, y de hecho en esa búsqueda de conseguir el triunfo, mientras toreaba al natural, se llevó un fuerte revolcón que lo dejó cojeando, pero sin volver la cara regresó ante su enemigo para dejar un ramillete de molinetes. Falló repetidamente con la espada, pero el público le obligó a saludar una ovación por su firme tarde, en la que hace augurar un futuro prometedor.
Filiberto volvió a demostrar que ya es un novillero cuajado y también con un prometedor futuro. El murciano hecho como torero en Albacete, siempre hace con gran responsabilidad el paseíllo en esta plaza y así se pudo ver. En su primero falló con la espada, después de una faena que fue a más y en la que los mejores momentos fueron con el pitón izquierdo. El de El Cortijillo humilló y fue un gran colaborador con clase en la muleta de Filiberto, logrando el murciano naturales de mano baja y largura de gran nivel. Después de pinchar perdió el premio que quedó en una ovación con saludos. En el cuarto, marcado con el hierro de Hermanos Lozano, también dejó constancia de su capacidad en una faena de muy buen trazo. El novillo fue repetidor y tuvo emoción, aunque en ocasiones repuso lo que obligó al joven espada a tirar de técnica. De nuevo al natural llegaron los mejores muletazos de mucha pureza. La espada hizo guardia y perdió de nuevo la oreja. Tarde sin trofeos, pero importante para Filiberto que cada año demuestra un futuro más esperanzador en el coso que le ha visto crecer como torero, y que lo seguirá viendo sin duda.
Pedro Jesús Merín apodera un toreo de gusto que durante toda la tarde intentó hacer, a pesar que la falta de rodaje influyera en sus actuaciones. El segundo de la tarde fue un novillo muy encastado, repetidor y que metió bien la cara en los engaños, pero que tenía mucho que torear. El albaceteño lo intentó dándole distancia y también en los terrenos cortos, demostrando sus ganas de triunfo para que los contratos puedan llegar. Precisamente por eso al final de la faena sufrió una fuerte paliza que lo dejó aturdido, pero tras recuperarse volvió ante su enemigo para pasaportarlo. Falló con los aceros pero el público le obligó a saludar una ovación por su voluntad. El revolcón lo acusó sobre todo en el quinto de la tarde, ya que tras pasar por la enfermería tuvo que ser infiltrado por el fuerte golpe. El de El Cortijillo fue complicado, brusco en sus embestidas y con peligro sordo. De nuevo Pedro Jesús Merín lo intentó todo pero con las facultades físicas mermadas no pudo conseguir los ansiados trofeos. Lo despachó de una estocada y de nuevo saludó la ovación que le brindaron sus paisanos. Una tarde que era un reto para Merín y en la que demostró una gran actitud que le servirá para cerrar más festejos la próxima temporada y perfeccionar el buen toreo clásico de sus trastos.
El público de Albacete volvió a llenar más de la mitad del aforo de la plaza para arropar a los novilleros locales, y eso que el festejo era televisado. Un cariño con el que les obligaron a saludar una ovación al romper el paseíllo. Un calor que agradecieron los jóvenes toreros que hicieron frente a una novillada muy exigente en la que hicieron gala de prometoras carreras.
Plaza de Toros de Albacete, 14 de septiembre. Séptima de abono. Más de media plaza. Novillos de El Cortijillo (1º, 3º y 5º) y Hermanos Lozano (2º y 4º y 6º) para:
Filiberto: ovación con saludos y ovación con saludos.
Pedro Jesús Merín: ovación con saludos y ovación con saludos.
Diego Carretero: oreja y ovación con saludos.
