/Esther Sotoca/Fotos: Javi Romero/
Las oportunidades cuando pasan hay que cogerlas porque nunc se sabe si volverán, y si lo hacen, en qué momento será. López Simón sabe de eso, ya que tras tomar la alternativa vio como se quedaba en el banquillo cuando su deseo era poder estar anunciado en todas las Ferias de España y puestos a pedir, anunciado con las figuras siendo una de ellas. Pero todo tiene que ir paso a paso. La oportunidad llegó en Madrid y la cogió lo que le sirvió para ver como su temporada crecía en festejos, llegando a ser uno de los toreros con más expectación del escalafón. Eso también ha llevado que pueda estar anunciado en diferentes abonos con las figuras y sus ganaderías, como es el caso de Albacete. El cartel lo abría Sebastián Castella y el segundo matador era Miguel Ángel Perera. Ahí es nada. Pero el joven matador de toros no se achicó, cortando una oreja en el primer toro de su lote y pagando con sangre la búsqueda de la puerta grande en el que cerraba plaza y poder ganar la pelea a los que mandan en el escalafón. Así es como López Simón miró de frente a las figuras, apretando y sin bajar la mirada, es lo que hace las ganas de ocupar un lugar junto a ellos, o incluso los que ya están ocupados. Castella también cortó una oreja aunque entre división de opiniones con una faena muy técnica pero que pinchó. Miguel Ángel Perera también se fue de vacío, aunque en el quinto pudo cortar una oreja si no llega a fallar con los aceros después de un importante arrimón. Los toros de Alcurrucén no fueron los más propicios para un triunfo rotundo, con una presentación desigual y un punto por debajo de lo que exige esta plaza, excepto 3º y 4º.
López Simón pisó sereno el ruedo, pues el momento que vive es muy dulce. No le importó que antes que él hubieran toreado dos figuras, ni que uno de ellos llevará una oreja, porque él tenía claro que quería ser el mejor de la tarde. Al primero de su lote lo saludó estirándose a la verónica para rematar con una media de nivel. Ya en tercio de varas, el de Alcurrucén derribó a ‘Morante’, con el que se cebó mientras el ‘Pimpi’ tenía el corazón en un puño, pero gracias a Dios no hubo que lamentar ninguna tragedia.
Alberto López Simón se fue tranquilo hacía los medios para brindar el toro al público y ahí mismo comenzar la faena. Su oponente se movió, pero no terminó de humillar, y él lo llevó despacio con toreo de mucha verdad, sobre todo con la derecha. También fue una virtud su colocación que le ayudó a que el toro respondiera en los engaños que siempre dejó puestos en el hocico para conseguir tandas ligadas. Ya casi en el final de faena se llevó un pequeño susto que resolvió toreando, para seguir su labor con valor en los terrenos cortos. Mató de una estocada un poco desprendida pero suficiente para que el toro cayera y el público pidiera las orejas. Acertadamente el presidente concedió una, pues no fue labor de dos apéndices en la plaza albaceteña.
En el sexto salió decidido a por la puerta grande que no había conseguido ninguna de las figuras, pero no fue posible por la grave cogida que sufrió. Se fue a los medios y de rodillas ejecutó la primera tanda que tuvo que acabar de pie porque el de Alcurrucén se fue a por él en lo que iba a suponer un aviso. No pudo ni comenzar la segunda, ya que sin moverse de los medios lo citó desde la distancia de espaldas para realizar un circular, pero el morlaco no tomó la muleta, sino que se fue para los muslos de López Simón levantándole los pies del suelo y causándole una cornada. Se incorporó, pero con la grave herida que llevaba no pudo continuar y lo tuvieron que llevar hasta la enfermería donde fue operado, antes de ser trasladado a la Clínica Santa Cristina. En este momento surgió la polémica cuando Castella como director de lidia salió a dar muerte al segundo del lote del madrileño, ya que una parte del público se quejó de que no siguiera con la faena. Lo que hubiera sido lícito, al igual que lo fue pasaportarlo como señal de respeto al compañero que había en la enfermería.
Castella encabezaba el cartel en el papel de figura que es y contando con dos tardes en la Feria de Albacete. En el primero de su lote con el capote dejó un ajustado quite por chicuelinas que gustó en los tendidos, al igual que los dos pares de banderillas de José Chacón. Ya en la muleta el de Alcurrucén tuvo ritmo, aunque fue protestón y a ratos se quería rajar. Precisamente ahí derivó una de las claves de la faena del francés, que logró sujetarlo en la muleta, igual que en algunos pasajes logró corregir el cabeceo de su enemigo con mando, aunque la faena fue de altibajos. Después de un pinchazo, lo despachó de una estocada un pelín caída y paseó una oreja entre la división de opiniones del público. El presidente recibió una fuerte pitada cuando acabó de la vuelta al ruedo de Castella, quizás porque la petición estuvo al límite de ser mayoritaria o quizás porque el conjunto de la labor no fue de oreja con un pinchazo por medio.
Con el cuarto pocas opciones tuvo desde el principio ya que en el capote estuvo muy frenado, mientras que en la muleta se agarró al piso y cuando se movió lo hizo sin emoción. Castella lo probó, pero tras ver las pocas opciones que le ofrecía optó por abreviar. Su labor fue silenciada tras fallar repetidamente con los aceros.
Perera también hacía su primer paseíllo de la Feria 2015 con la responsabilidad que es la figura más esperada en Albacete. Así se mostró en el quinto de la tarde con el que dejó un variado quite por gaoneras, mientras que el de Alcurrucén era pitado por su presencia. Hasta el mismo comienzo de la faena de muleta se escucharon las quejas y el extremeño sin dudarlo se tiró de rodillas para que la afición se metiera en la faena. Lo más importante fue el arrimón que se pegó entre los pitones, jugándosela sin necesidad porque nadie duda que es una figura del toreo. En los terrenos más difíciles dejó tandas acabando cada muletazo en la misma taleguilla haciendo gala de su firme valor. De hecho si no llega a fallar con la espada en un “mete saca” en los blando del toro y una estocada caída también hubiera tocado pelo, pero todo quedó en una ovación con saludos.
Con el segundo, que también fue pitado en la salida por su presentación, lo intentó pero su oponente fue difícil. Tuvo celo pero no entrega y tomaba la muleta protestando. Sus intentos fueron en vano y tras fallar con los aceros fue silenciado.
Plaza de toros de Albacete, 10 de septiembre. Tercera de abono. Casi lleno. Toros de Alcurrucén para:
Sebastián Castella: oreja y silencio.
Miguel Ángel Perera: silencio y ovación con saludos.
López Simón: oreja y herido.
Parte médico de Alberto López Simón: “Durante la lidia del sexto toro es asistido en la enfermería el referido matador por asta de toro con orificio de 4 cm en cara interna del muslo derecho tercio medio con trayectoria descendente de 14 cm que presenta hemorragia activa por arteria colateral de la arteria femoral. Desgarro muscular de músculos semitendinosos y recto interno. Contusión y disección de arteria femoral en un trayecto de 10 cm. Presenta una segunda trayectoria ascendente de 15 cm que afecta a tejido celular subcutáneo y fascia muscular. Se interviene a la enfermería con posterior traslado a la Clínica Santa Cristina”.
