/Esther Sotoca/Fotos: Javi Romero/
El pasado domingo se celebró en la plaza de toros de Albacete la tradicional corrida de Asprona. Los grandes triunfadores fueron Daniel Ruiz y El Cid, ya que el torero indultó a ‘Asistente’ del ganadero albaceteño. El diestro sabe lo que es triunfar en Albacete después de quedar triunfador en la Feria 2004. Por eso reconoce que siempre que viene a esta plaza lo hace con una gran ilusión. Tras no rodarle las cosas ni en Sevilla ni Madrid reconoce que el éxito del pasado domingo le ha dado moral de cara a la temporada.
¿Cómo vivió la faena del indulto el pasado domingo en Albacete en la Corrida de Asprona?
La viví con muchísima intensidad y con mucha ilusión. Estoy muy contento porque perdonarle la vida a un toro es una sensación muy bonita, sobre todo para los toreros, es lo máximo que te puede ocurrir, más que cortarle las orejas o cortar el rabo simbólico, el perdonarle la vida a un toro es la sensación de que con lo que tú has hecho ahí la gente ha disfrutado y se ha emocionado, que es lo más importante de esto. Fue un grandísimo toro y como está la Fiesta creo que es un a cosa muy positiva, que también se vea que cuando la pelea de un toro es brava, franca y además se merece esa vida en el campo, pues nosotros somos los primeros que se la damos, al igual que el aficionado. Que se vea que no siempre gana el torero, que también hay veces que gana el toro.
Al toro desde la salida se le vio que era bueno, pero fue rompiendo a mejor y hasta última hora estuvo embistiendo.
Yo tenía mucha fe en el toro porque es un tipo de toro de Daniel Ruiz que va a más. Cogió el capote con muchísima franqueza y con trasmisión. Me di cuenta que podía ser de triunfo gordo en el quite que hice, ya que atendía a los toques del capote, se abría muy bien, y lo que más me gustó fue su franqueza y su profundidad. Por todo eso se vivió la faena con muchísima intensidad en el tendido.
Antes de que Joaquín Coy sacara el pañuelo naranja escuchaste dos avisos. ¿Cómo viviste esos momentos?
Cuando el público pide el indulto uno intenta seguir para ver si de verdad el toro se merece el indulto, porque a veces los toreros queremos indultar los toros por no matarlos. Yo creo que un toro de indulto tiene que ser muy bravo. Si yo llego a creer que no se lo merece lo hubiese matado, pero a mí desde el principio me gustó muchísimo, tenía muchísima profundidad y creo que se merecía el indulto. Al primero que le pedí permiso fue al ganadero, porque creo que es el que lo tiene que decir, y después el presidente es el que tiene que dar el visto bueno. A Don Joaquín le costó, pero también es normal porque es presidente de una plaza importante que tiene su rigor.
¿Pensaste que podía llegar el tercer aviso?
No estaba pensando en el tercer aviso porque cuando le pregunté a Daniel que si quería el toro y me dijo que sí, pues ya me daban igual los tres avisos. No me iba a negar a matarlo, porque no me estaba negando, pero si Don Joaquín llega a dar el tercer aviso, me hubiese dado igual, el toro al corral y no le hubiese cortado las orejas, pero yo no lo hubiera matado porque en ese momento creía que no se merecía la muerte.
Además se juntaron muchas cosas en ese toro: el escenario era la corrida de Asprona tan tradicional en Albacete, un toro de un ganadero albaceteño y brindis al maestro Dámaso González, también albaceteño.
Le brindé el toro al maestro porque siempre ha sido el buque insignia en esta corrida. Desde pequeño lo he visto en televisión cuando se televisaba para toda España y era una corrida emblemática, y sigue siéndolo. El maestro era el precursor de esa corrida y verlo ahí sentado me hizo mucha ilusión. De verdad que me salió del corazón porque siempre le he tenido una gran admiración como torero y como persona.
Me comentaba que cuanta falta hacía este triunfo. ¿Qué supone en la temporada de ‘El Cid’?
Vengo de una racha en la que los toros no me estaban colaborando. La mente da muchas vueltas porque pasa Sevilla, pasa Madrid, las cosas no salen como tú quieres y te pones a pensar si es culpa tuya, de los toros que no colaboran… Son tardes que marcan mucho, son un punto de inflexión en la temporada porque entonces piensas que cuando te sale un toro embistiendo pues no se me ha olvidado torear. Me doy cuenta que también me hace falta un tipo de toro para hacer mi toreo porque a lo mejor me toca el lote de Antonio Ferrera y hubiera sido imposible. Venía de una rachilla mala, pero el domingo me tocó bailar con la más bonita, lo aproveché todo lo que pude y disfruté muchísimo, que es lo más importante.
En Sevilla y Madrid no han terminado de rodar las cosas. Supongo que este triunfo también supone moral para mirar la temporada de otra manera.
Claro que supone, moralmente y profesionalmente. Albacete no es un pueblo, es una plaza muy importante e indultar un toro en esta plaza no es fácil, ya que es un público exigente, y triunfar allí el domingo a mí me ha marcado muchísimo. Como digo, no me estaban saliendo las cosas, y a partir de esto la mente ya te funciona de otra manera y espero que el domingo empezara un ciclo importante, en el que me colaboren los toros. Ahora tengo ferias muy bonitas y espero poder vivir tardes como la del domingo.
Cuando las cosas no marchan bien siempre hay muchos con la escopeta preparada para disparar… El domingo demostró que El Cid sigue ahí.
En el segundo toro disfruté muchísimo, pero también en el primero, que tuvo más movilidad que profundidad, pero al que cogí muy bien la velocidad. Todo depende de la dinámica, porque muchas veces hace falta que colabore el toro y que se acople a tu toreo, o que tú te acoples a él, porque hay lotes que a ti no te sirven y a otro le servirían, y al revés. Realmente hace falta cortar las orejas todos los días y siempre sales predispuesto, pero depende de cómo te encuentres, del lote…
¿Qué le ilusiona a El Cid de la temporada?
Quiero pensar en lo siguiente, que es Granada el próximo 21 de junio. Es una feria muy importante en la que también tengo mucha fe puesta. Hace poco toreamos allí un festival en el que corté un rabo y ahora estoy anunciado con la corrida de Cuvillo, que es una ganadería muy contrastada y que también ha dado muchos triunfos.
Después de lo que pasó el domingo le veremos en la Feria de Albacete, ¿no?
Yo espero, pero todos sabemos que en las contrataciones hay muchos flecos, pero me haría muchísima ilusión venir, igual que cuando me dijeron que iba a estar en Asprona. Siempre vengo con muchísimas ganas, me encuentro muy a gusto en Albacete ya que he cuajado tardes muy importantes. Hay muchos aficionados que todavía recuerdan mi presentación aquí y eso es señal de que he dejado una huella aquí.
Fue en el año 2004 con un toro de Montalvo al que desorejó.
Exactamente, hace ya 10 años. Era un toro castaño al que le corté las dos orejas, venía de una cogida y fue una tarde de eclosión de mi temporada y de mi carrera. En 2005 ya salimos disparados, y esa tarde para mí fue muy importante.
Ahí nació el idilio de ‘El Cid’ con Albacete.
En Albacete siempre he tenido muy buen feeling con el aficionado. Yo de novillero sin caballos me he hecho por los pueblos de La Mancha y tengo muy buenos amigos y seguidores. Yo noto que me quieren y eso es muy importante, que te jaleen, que te apoyen en los momentos difíciles, porque al final los seguidores son los que están ahí cuando las cosas no salen, y yo he tenido su calor. Todo eso da un plus de autoexigencia y sobre todo de entrega para que las cosas salgan como tú quieres.
