Más de cien de personas se congregaron en la aldea de El Sahúco (Peñas de San Pedro) para recuperar una tradición centenaria de valor artístico sin igual en la región, los ‘Mayos y folías a la Virgen’, a la que siguió la imitación de la antigua ronda a las muchachas del lugar.
La iniciativa cultural, que ha vivido su segunda edición, ha sido organizada por la Asociación Etnográfica Albacetense, cuyo presidente, Enrique Navarro Tornero, explicaba a los asistentes la labor de recuperación de esta pieza musical única. Guiado por el conocimiento de que en esa localidad se cantaban, décadas atrás, composiciones con ocasión de la víspera de mayo, contactó con dos octogenarios, Constantino García y Mª Ángeles Sánchez, quienes le proporcionaron la base tanto de la letra como de la música.
En ambas líneas de investigación, rimas y música, obtuvo dos grandes sorpresas. De una parte, las letras contenían un final diferenciado respecto a los demás mayos contrastados en nuestra región, y verificados por expertos, puesto que interviene un género distinto: la folía, un baile castellano de origen renacentista, propio de las manifestaciones de fiesta y alegría, que no se ha mantenido en lugares de nuestro entorno, como sí en Galicia, por ejemplo.
Por otra parte, y en el aspecto instrumental, el músico y profesor albaceteño Francisco Sánchez Sahorí, procedente de Peñas de San Pedro, descubrió que, tras las notas del laúd grabadas al colaborador octogenario, permanecía una composición musical tardo medieval, sorprendentemente próxima a otras conocidas, como las cantigas. Francisco Sánchez demostró, con una interpretación en directo esa noche, cómo esta melodía, simple y emotiva, se ha transmitido durante siglos en la aldea, con muy pocas variaciones al primitivo original, tal y como se constata al compararla con otras del mismo género.
Tras la interpretación del ‘Mayo y folías a la Virgen’, en la puerta principal de la iglesia de El Sahúco, el público asistente recorrió las calles de la aldea reproduciendo la ‘Ronda a las muchachas’ en distintas casas que, hoy habitadas solo en época estival, fueron techo y testigo de historias reales, anécdotas curiosas y un milagro atribuido al Cristo de El Sahúco, que Enrique Navarro relataba a su paso.
Para finalizar, los asistentes, animados por la Asociación Ronda Algazara y músicos voluntarios como José Bravo, participaron en un multitudinario baile popular en la Plaza de Victoriano García, donde el epónimo de la plaza invitó a una cuerva con dulces. Malagueñas, pasodobles y jotas fueron protagonistas, tras los mayos, gracias a esta iniciativa que lucha para que no desaparezca otra tradición de nuestra España vaciada.
