Varios albaceteños se desplazaron hasta Benidorm durante este pasado fin de semana, 27 y 28 de abril, para enfrentarse a un reto deportivo. Nada más y nada menos que subir los 924 escalones que separan el suelo de esta localidad del cielo, a través de los peldaños del que es uno de los hoteles más altos del país, el Gran Hotel Bali, situado a pocos metros de la playa de Benidorm.
Varios albaceteños se han enfrentado a la Subida Vertical del Bali, una prueba deportiva que acaba de cumplir su mayoría de edad, en su 18º edición. 52 plantas, 180 metros de desnivel y casi mil escalones separan el suelo del cielo de Benidorm. Todo un reto para los deportistas que se han animado a subir las escaleras de este hotel, en los que han participado atletas de diferentes categorías y niveles.
Entre ellos, varios deportistas del Club Atletismo de Chinchilla y varios bomberos del SEPEI de diferentes puntos de la provincia se desplazaron hasta la localidad alicantina para representar Albacete. Uno de los grandes deportistas albaceteños que no para de sumar éxitos a su palmarés deportivo también participó en esta peculiar prueba, con unos resultados muy competitivos. Diego Díaz, atleta albacetense, consiguió destacar en esta prueba en categoría Élite, con un segundo puesto.
De Albacete al cielo de Benidorm
Diego Díaz, enfermero y atleta, se desplazó desde el Hospital de Albacete hasta Benidorm para participar en este evento deportivo, ya que “tenía muchas ganas de hacerlo. El domingo tenía una prueba de trail de montaña por la zona y era la oportunidad”, manifiesta el atleta albaceteño Diego Díaz a El Digital de Albacete, que aprovechó su estancia en la provincia alicantina para sumar una nueva experiencia a su trayectoria deportiva.
Diego Díaz es atleta profesional y cuenta con un gran palmarés deportivo. Entre sus últimos éxitos, el pasado mes de marzo, el albaceteño se hacía con dos medallas en el Mundial de Sky Snow y con el oro en la competición ‘Snow Running de Sierra Nevada’. Por este motivo, este enfermero está acostumbrado y preparado para asumir retos con grandes desniveles, que requieren de unas condiciones físicas específicas.
Doble alegría para este albaceteño, que consiguió hacerse con dos platas durante el fin de semana. Por una parte, el sábado quedó segundo en el evento deportivo celebrado en el Gran Hotel Bali, y el domingo lo hizo en la carrera de trail ‘Kilómetro Vertical Puig Campana 2024’.“Fue una experiencia muy divertida”, recuerda el deportista sobre la prueba vertical de Benidorm, que señala que “me venía muy bien hacer el sábado la subida del Bali y el domingo otra prueba de kilómetro vertical”. Sobre su primera experiencia subiendo casi mil peldaños, Díaz confiesa que “tuve un rendimiento bueno, aunque no había subido nunca escaleras”, y valora el esfuerzo de sus compañeros, ya que “la gente estaba especializada a nivel técnico”.
Una plata que sabe a oro, ya que una confusión común entre los aficionados a esta prueba deportiva llevó a Diego a frenar el ritmo antes de la meta. Al parecer, los carteles indicativos con la numeración de la planta de este hotel no coinciden con la altura. Tal y como explican en la página web del evento deportivo, las numeraciones de las plantas no se corresponden con los recorridos de la carrera, puesto que “las 5 primeras plantas son entresuelo, por lo que el primer piso, en realidad es el sexto. Además, hay 3 pisos de servicios sin numeración, por lo que cuando el corredor llega al piso marcado como 43, está en la penúltima planta”. En este punto, basta un giro y un cambio de escalera para llegar a la meta del recorrido, la terraza de este hotel de Benidorm, que cuenta con vistas de toda esta zona del Mediterráneo. Aún con esta confusión, Diego alcanzó la plata subiendo todas las escaleras del hotel en 4 minutos 38 segundos, a muy poco del récord establecido.
Diego Díaz recuerda entre risas cómo cayó en esta confusión, ya que “en el número 20 dije, ‘a este ritmo no llego’ y frené. Si no hubiera levantado el pie, quién sabe”. Un objetivo que queda marcado en el calendario de este albaceteño “para el año que viene”. En cuanto a la prueba en sí, este deportista destaca que “es muy explosiva a nivel muscular, es parecido a lo que hago en montaña”.
En lo relacionado a la preparación, Diego Díaz cuenta con una base importante, y es que como atleta habitual, cuenta con la preparación física necesaria para afrontar retos de este calibre. De hecho, el corredor señala que “estuve entrenando en Sierra Nevada hace poco y ese entrenamiento me vino muy bien”. A pesar de ello, “no hice entrenamiento específico, llevaba el entrenamiento de la carrera de montaña”.
Representación chinchillana en Benidorm
El Club Atletismo de Chinchilla también estuvo presente en esta prueba, de la mano de cuatro de sus deportistas. David Morcillo, Emilio Morcillo, David Montano y Francisco Javier Núñez se desplazaron hasta Benidorm para subir los más de novecientos escalones que separan el vestíbulo de la terraza de Gran Hotel Bali.
El año pasado, dos de los participantes del club de Chinchilla se animaron a subir los 180 metros de desnivel de esta prueba, y este año otros dos componentes del club han decidido acompañarlos en esta aventura. Francisco Javier Núñez manifiesta que “es todo un reto. Es el segundo año que participo y he conseguido bajar la marca 21 segundos”.
Francisco Javier tiene 63 años en la actualidad, pero nada se le resiste. Entrena y compite en diferentes carreras de la provincia de Albacete y se ha convertido en todo un ejemplo de salud, compromiso y esfuerzo en la localidad chinchillana. Para ponerse a punto para esta ocasión, Núñez explica que “hago un entrenamiento específico y de escaleras también, y lo voy compaginando con ejercicios de fuerza y de core para mantenerme”.
Además, subir casi mil peldaños requiere un entrenamiento extra, y Francisco Núñez destaca que “había que subir escaleras durante estos meses. Aprovecho algunas escaleras de Chinchilla para entrenar, pero también un edificio alto del Paseo de la Cuba, ya que me ha dejado entrenar en sus escaleras”, explica el atleta, que añade que “hay que tener en cuenta también los giros y la técnica para conseguir terminarlo”. Un objetivo que también está fijado en el calendario de 2025 de este atleta, ya que Francisco Javier confiesa que “volveré el año que viene e intentaré mejorar marcas. Mi objetivo es llevar buen ritmo y seguir disfrutando del atletismo”.
Padre e hija, sumando retos: “Que tu reto se convierta en el de tu hija, es todo un honor”
Además de la expedición chinchillana, Francisco Javier Núñez estuvo acompañado por su hija, Raquel Núñez, a la que su padre ha conseguido contagiar el amor por el deporte. De esta manera, padre e hija, mano a mano se sumaron a este reto y consiguieron terminarlo juntos.
“Ella se animó y se inscribió, y hemos terminado la carrera los dos”, señala Núñez que añade que “el hecho de que tu reto se convierta en el de tu hija, que siga mis pasos y le pique el gusanillo del atletismo, es todo un honor”. Además, el atleta chinchillano destaca que “la pude esperar arriba y verla llegar fue una alegría inmensa. Es un orgullo poder compartir estos momentos con mi hija”.
Los bomberos de varios puntos de Albacete, también se unieron al reto
Esta prueba cuenta con varias categorías, entre ellas, una muy llamativa. La competición está diseñada y adaptada para bomberos, que suben más de novecientos escalones con la carga extra del equipaje y el material propio de este oficio que salva vidas, donde unos segundos pueden resultar clave en un rescate.
A esta cita acudieron varios bomberos, del SEPEI de los municipios de Molinicos, de Hellín y de La Roda, para enfrentarse a este reto con una peculiaridad, y es que, estos profesionales llegaron a la meta con 18 kilos extra, debido a la equipación que llevan los bomberos en caso de actuación.
Pablo Serrano fue uno de los profesionales que se midió a esta aventura a la que “fuimos a pasarlo bien, pero también nos viene muy bien este tipo de entrenamiento para nuestra profesión”, tal y como explica Serrano a El Digital de Albacete. El objetivo principal era “experimentar cómo era subir 52 plantas con el traje puesto y todo el equipo. Son 18 kilos de peso extra, la botella de aire por ejemplo, pesa mucho” manifiesta el especialista.
Serrano pone el foco en la importancia de estar preparado, porque en este oficio, en cualquier momento puede sonar la alarma. “Al final trabajando te puede pasar algo parecido. Quizá en Albacete no con tanta altura, pero 6 o 7 pisos sí”, explica el bombero, que añade que “a nivel entrenamiento y preparación, fue una experiencia muy buena para tenerla presente”.
El entrenamiento forma parte de la vida de los bomberos, que como indica Serrano, “de repente te llaman y tienes un incendio en una planta alta y tienes que subir con todo el material. Esto también hay que tenerlo en cuenta a la hora de entrenar”. La rapidez de los bomberos puede resultar clave en un incendio y esos segundos pueden salvar vidas, por lo que hay que “contar con una buena preparación”, tal y como indica Pablo Serrano a El Digital de Albacete.
Pablo Serrano explica que aunque tanto él como sus compañeros se han puesto a punto para subir los 924 escalones de este hotel de Benidorm, completamente equipados, “este año ha sido como una prueba”, y añade que “hemos ido para ver cómo era y pasarlo bien. Hemos hecho entrenamientos un mes antes con vistas a disfrutar de la experiencia”. Una experiencia que ha calado en estos bomberos de la provincia de Albacete, que ya toman nota de lo que han vivido para regresar en la próxima edición con más fuerza. “Queremos hacerlo bien, ir bien preparados y bajando marcas”, tal y como manifiesta Pablo Serrano a El Digital de Albacete.
Un peculiar evento deportivo al que se han animado a participar albaceteños de toda la provincia, que se han puesto las zapatillas para subir los 924 escalones que separan el suelo del cielo de Benidorm. Eso sí, con una gran recompensa más allá de las medallas y de la satisfacción personal. Al llegar a la meta, situada en la terraza, este hotel ofrece una vista completa de todo el Mar Mediterráneo, que habla por sí sola, y dice que todo el esfuerzo ha merecido la pena.
