‘Potaje’, el último cochero de Albacete 

El albaceteño conocido como ‘Potaje’ fue la última persona en desempeñar este oficio en Albacete

Muchos albaceteños recordarán la estampa de un coche de caballos en la Plaza del Altozano, justo en el inicio del Paseo de la Libertad de la capital albaceteña. Hasta el año 1977 aproximadamente, esta plaza de Albacete no se entendía sin la presencia del cochero Fidel Montero Gómez, más conocido en la ciudad como ‘Potaje’, siempre unido a sus peculiares compañeros de trabajo, los caballos, que lo acompañaban durante las jornadas laborales.

Fidel Montero, ‘Potaje’ para los albaceteños, fue uno de los hombres que trabajó como cochero en la ciudad de Albacete durante muchos años. De hecho, este albaceteño fue el último en abandonar este oficio en la ciudad, lo que dio lugar a la desaparición por completo de los coches de caballos como medio de transporte en Albacete.

Un oficio que dejaba una estampa singular en la Plaza del Altozano, junto al Paseo de la Libertad, donde ‘Potaje’ siempre estaba preparado junto a sus caballos para transportar a los albaceteños a cualquier lugar de la ciudad. De hecho, el coche de caballos de ‘Potaje’ daba un toque especial a esta plaza de la ciudad, ya que era el punto donde Fidel siempre estaba parado con su carruaje, como si de una parada de taxi se tratase. Una imagen que choca con la realidad actual, aunque no hace tanto tiempo que ‘Potaje’ formaba parte de la composición de la plaza con sus corceles. Hacia el año 1977 Fidel Montero se quedó solo en este oficio, que estaba destinado a desaparecer. Y así fue, cuando el albaceteño aparcó su carruaje por última vez, el oficio de cochero quedó sentenciado al olvido en Albacete, ya que no había relevo para él.

Fidel Montero , ‘Potaje’ / Octubre 1973 / Foto: Cedida

A galope por Albacete

Juana Martínez, nieta de ‘Potaje’, recuerda a su abuelo en el punto que une el Paseo de la Libertad con el Altozano, parado junto a sus fieles caballos. “Lo último que hizo mi abuelo fue trabajar para Don Elías Alonso, médico de cabecera”, apunta la nieta de Fidel, que recuerda que “Don Elías hacía visitas a domicilio en coche de caballos”. De esta manera, Fidel transportaba al médico a cualquier parte de la ciudad, para que este pudiese atender a sus pacientes. Una imagen que a priori puede parecer muy antigua, pero no hace tanto tiempo. Hastael año 1977 aproximadamente, ‘Potaje’ y Elías recorrían la ciudad de Albacete a galope para realizar visitas médicas a domicilio, tal y como manifiesta Juana Martínez, nieta del cochero, a El Digital de Albacete.

“Mi abuelo trabajó con el médico hasta que este se jubiló”, recuerda Juana Martínez, que explica que entonces fue “cuando dejó el coche de caballos para siempre”. A pesar de ello, ‘Potaje’ continuó unido a su amor por quienes fueron unos peculiares y fieles compañeros de trabajo, a los que les siguió dedicando todos sus cuidados como hacía de manera habitual.

Al final del Paseo de la Libertad, en el inicio del Altozano se situaba el carruaje de Potaje / Imagen de archivo

Cuando el último cochero de Albacete  puso fin a sus rutas en carruaje, “esa licencia pasó a ser para taxis”, tal y como asegura la nieta de ‘Potaje’. Un choque de realidades, ya que la parada del mítico cochero de Albacete, conocido por todos los albaceteños, se sustituyó por una parada de taxis, ya que como Fidel fue el último en desempeñar este oficio a caballo los carruajes, “ya no estaba en actividad como medio de transporte”.

Eso sí, ‘Potaje’ fue el último, pero no el único cochero de la ciudad. Entre otros, Fidel contaba con dos trabajadores que le ayudaban con el oficio, tal y como manifiesta Juana Martínez, nieta del conductor a El Digital de Albacete, que también se situaban en el mismo emplazamiento.

Juan, hijo de ‘Potaje’ / Foto: Cedida por la familia

Una infancia entre caballos

Al igual que los recuerdos de muchos albaceteños, Juana también tiene grabada en la retina la imagen de su abuelo en el Altozano con sus caballos. “Tenemos un recuerdo muy entrañable”, explica la nieta de ‘Potaje’, que manifiesta que “siempre hemos tenido mucho contacto con mis abuelos. Nos hemos criado con ellos y con los caballos”.

Enrique, bisnieto de ‘Potaje’, ha heredado la pasión por los caballos / Foto: Cedida

De esta etapa, Juana señala que “me crié en las cuadras de los caballos. Me encantaba ayudarle a mi abuelo”, y añade que “cuando mi abuelo iba a enganchar los caballos, me encantaba limpiarles los cascos con un pincel”. Un minucioso trabajo en el que toda la familia de ‘Potaje’ aportaba su granito de arena, para que los caballos se encontrasen en buenas condiciones. 

Pasión por los caballos

Juana recuerda a su abuelo “muy apañado” y siempre unido a sus caballos. “Cuando se jubiló seguía muy ligado a ellos. Los cuidaba y estaba siempre con ellos”, apunta la nieta de Fidel. “Él seguía con su marcha, iba a echarles de comer, a limpiarlos y a cuidarlos”, explica Juana, que manifiesta que la vida de su abuelo “eran los caballos”.

Una pasión compartida y transmitida generación tras generación en toda su familia. “El mundo del caballo y de los toros ha estado siempre presente en casa”, señala Juana Martínez, que indica que “tres de los hijos de mi abuelo Fidel han sido toreros”. José, Juan y Luis Montero, torero y novilleros respectivamente, fueron hijos del famoso ‘Potaje’, que trasmitió su pasión a sus hijos. Por otra parte, Matías Montero, diseñador, también fue uno de los siete hijos de Fidel. Un modisto destacado, ya que “se convirtió en uno de los últimos discípulos de Balenciaga”, tal y como explica Juana Martínez a El Digital de Albacete, que matiza que “era muy creativo y tuvo una época dorada”.

Enrique, bisnieto de ‘Potaje’, ha heredado la pasión por los caballos / Foto: Cedida

El origen de ‘Potaje’

Muchos albaceteños seguro que se preguntan a día de hoy el porqué del curioso mote del cochero. Pues bien, la explicación es sencilla, y es que al padre de Fidel le gustaba mucho el potaje. Un mote que no se ha perdido a pesar del paso del tiempo, ya que a Juana y a sus primas, aún las reconocen como “las nietas de ‘Potaje’”, como ella misma confirma. Un mote que “llevamos con orgullo”, tal y como manifiesta la nieta de ‘Potaje’ a El Digital de Albacete.

Muchos albaceteños tienen grabado en su retina aquella imagen de la Plaza del Altozano con ‘Potaje’ y su coche de caballos. Un oficio que se ha perdido con el paso del tiempo y que desapareció con la jubilación de este albaceteño, alrededor del año 1977, quien fue el último cochero de la ciudad, marcando así el inicio de una nueva etapa para muchos. Unas imágenes muy curiosas para aquellos que no vivieron en esa etapa, cuando ‘Potaje’ recorría las calles de Albacete con sus fieles compañeros.

Noelia López

Natural de Albacete, Graduada en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández. Experiencia en medios de comunicación como VIsión6, Es Radio y Telemadrid
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