A la espera de retirar un material cancerígeno para iniciar la demolición de este edificio en ruinas de Albacete

Primero hay que retirar el amianto y después demoler; ese será el orden a seguir en Albacete

Con el comienzo del mes de abril se dio inicio en Albacete al desalojo de un edificio en ruinas ubicado en ‘Las 600’ y que debe ser demolido por el peligro que representa y por su inhabitabilidad.

Las 64 viviendas de este edificio, ubicado en ‘Las 600’ de Albacete, fueron construidas en su origen para empleados de RENFE y después pasaron a ser en su mayoría (52) propiedad del Ayuntamiento de Albacete, que las destinaba a alquiler social, mientras que de las restantes, ADIF era propietaria de algunas y muy pocas eran de particulares.

Con un expediente firmado por técnicos expertos que afirmaban que el edificio está en ruinas y que debía ser demolido por el peligro de derrumbe que representa, desde el Ayuntamiento se empezó hace tiempo con las labores de realojo de las personas que ahí vivían de manera legal, pero tras el vaciado por completo del edificio y hasta ahora, las viviendas fueron ‘okupadas’ por moradores ilegales que hace unas fechas iniciaron un movimiento para hacer creer y manifestar que el Ayuntamiento quería desahuciarlos “ilegalmente y contra los derechos humanos, derrumbando edificios con personas y familias dentro”.

Tras los trámites establecidos por el pertinente cauce legal, una orden judicial ordenó el desalojo por parte de la Policía Nacional de estas viviendas para la demolición del edificio y han sido varias ya las personas y familias que han abandonado el inmueble tras el trabajo del CNP.

El edificio está declarado en ruinas y presenta serios riesgos por el estado de su estructura. Por ello, en su momento se emitió la pertinente orden de desalojo para que se pueda proceder a su demolición tras las labores de desamiantado.

El final de este edificio es su derribo y demolición, pero esta no se podrá dar por iniciada hasta que se retire por completo el amianto existente en la construcción, un material cancerígeno que debe ser retirado de manera previa por personal especializado y que, de momento y hasta que no sea retirado, impide que el edificio en cuestión pueda ser demolido por la maquinaria pesada.

Imagen de la fachada del edificio en cuestión – Remitida por “Solidaridad 600 Albacete’

El amianto

El amianto es un material que diversos estudios vinculan con el desarrollo de varios tipos de cáncer.
“La ciencia es clara”, argumentan fuentes especializadas, que añaden que “el amianto es un cancerígeno demostrado que tiene un grave impacto en la salud pública”.

Como dato, cabe destacar que Estados Unidos reconoce más de 40.000 muertes directamente relacionadas con la exposición a este material. En concreto, se han constatado casos de cáncer de pulmón, mesotelioma, cáncer de ovario o cáncer de laringe.

Amianto o asbesto es el término genérico con el que se denomina a un conjunto de minerales naturales con una estructura fibrosa y cristalina, incombustible y que puede ser dividida en filamentos. El término amianto (castellano) o asbesto (inglés) procede del griego y significa indestructible o inextinguible, haciendo referencia a las propiedades de estas fibras minerales. Las fibras de amianto son fuertes, duraderas y resistentes al calor y al fuego, por estas razones a lo largo de los años ha tenido muchos usos en las distintas industrias. Su uso fue muy frecuente en la construcción, donde se usaba para la construcción de tejados.

Palomas sobre un tejado de amianto – Pixabay

En la actualidad, está prohibida la comercialización de productos que contengan amianto añadido intencionadamente. Actualmente sólo se permiten las actividades encaminadas a la eliminación, descontaminación y operaciones de mantenimiento en las que los trabajadores puedan estar expuestos a materiales con amianto, y todo ello bajo unas rigurosas medidas de seguridad, formación, prevención y protección.

El riesgo que puede entrañar para la salud se produce por una manipulación incorrecta del mismo, sin las medidas de protección adecuadas. Las fibras de amianto no se evaporan al aire ni se disuelven en agua, pero pueden contactar con el agua y con el aire cuando se degradan los materiales que contienen amianto o por su manipulación, corte, demoliciones, rotura, etc.

Las fibras, en las puede descomponerse el amianto al manipularlo, pueden ser inhaladas y depositarse en el interior de nuestros pulmones, y, tras largos periodos de tiempo, resolverse en afecciones a nuestra salud como la asbestosis, el mesotelioma o el cáncer de pulmón.

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