El pueblo albaceteño de Tobarra mira al cielo para que la lluvia no empañe el que se conoce como el ‘Viernes Santo de España’, que reúne a más de 30.000 personas en el Monte Calvario mientras miles de tambores enmudecen para recibir la Bendición.
En sus más de 70 años de vida, el cronista del pueblo, Guillermo Paterna, ha señalado a EFE que sólo recuerda una ocasión, en el año 2019, en la que la lluvia impidió la subida al Monte Calvario, de ahí que confié en que este Viernes Santo el tiempo dé una tregua.
El secreto de este multitudinario encuentro está en la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que una vez subida a hombros, preside desde lo alto del monte la Bendición, que imparte con su brazo articulado.
Esta forma con la que la imagen rompe cada año con el hieratismo para hacer la señal de la cruz mirando a los cuatro puntos cardinales es el acto central de una Semana Santa declarada de Interés Turístico Nacional.
Miles de personas, entre las que se encuentran nazarenos, tamborileros con sus túnicas de colores y visitantes, guardan silencio mientras, desde dentro del paso, alguien mueve el brazo de Nuestro Padre Jesús.
Desde el siglo XVII
En ese momento, suena una trompeta que llama al silencio y los tambores enmudecen, al tiempo que la Unión Musical Santa Cecilia interpreta ‘Mektub’, partitura fúnebre de Mariano San Miguel.
En la imagen actual, de 1940, el brazo articulado se maneja con un mecanismo que hay debajo del trono, reservado, como ha explicado Paterna, para los miembros de una familia, ‘Los Sabina’, que generación tras generación heredan la responsabilidad de mover el brazo que da la Bendición.
De hecho, Paterna tiene documentado el origen de la Semana Santa de Tobarra y de esta procesión al Calvario en el siglo XVII, coincidiendo con la llegada de los Franciscanos al convento que aún hoy se conserva.
Cuatro siglos después, Nuestro Padre Jesús Nazareno sube al monte junto con once hermandades más, sus nazarenos y sus tronos, que llevan a hombros los conocidos como ‘agarraores’.
Tamboradas
En la actualidad, la Bendición es el máximo exponente de una Semana Santa marcada también por sus tamboradas, que no callan durante 104 horas. De hecho, este año se retrasará el cambio de hora para no restar 60 minutos de toque de tambor.
Desde el Miércoles Santo por la tarde y hasta las doce de la noche del Domingo de Resurrección, los tambores salen a las calles para que el pueblo no recupere el silencio durante cuatro días, ya que las tamboradas, declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2018, también son seña de identidad de este pueblo albaceteño.
Dentro de esas 104 horas de toque sin descanso, sólo hay un momento en el que el silencio regresa a Tobarra, el de la Bendición en el Calvario, ya que, al terminar el solemne acto, miles de tambores vuelven a tocar.
