Tiene 81 años y empezó a ir a los partidos del Albacete Balompié en 1959, año en el que se abonó al club. Desde entonces, Prudencia Alcahuz no ha dejado de acudir al Carlos Belmonte para ver a su equipo.
Lleva más de 60 años abonada al Albacete Balompié, y siempre iba al fútbol acompañada de su marido. Prudencia nos cuenta que “por aquel entonces no habían hecho ni el estadio. Fue al año siguiente, en septiembre de 1960, cuando inauguraron el Carlos Belmonte. Los asientos no eran tan cómodos como los de ahora, porque recuerdo sentarme en unos de cemento. Empecé a ir al campo cuando todavía era novia de Blas, mi marido, y no nos perdíamos un partido. Íbamos todos los domingos que jugaba en casa, y también viajamos a los pueblos cuando les tocaba jugar fuera. Unos años después, en 1967, nos casamos, y seguimos yendo al fútbol todos los domingos”.
El Albacete Balompié, a través del tiempo
A partir de entonces, Prudencia ha visto cómo ha ido evolucionando el equipo, el estadio, y todos los jugadores que han ido pasando. “No soy muy friolera, porque soy manchega, pero cuando dice de hacer frío en Albacete, hace frío de verdad. Ahora al menos, la zona de preferencia está cubierta, y si llueve no nos mojamos. Mi marido y yo nos hemos mojado mucho durante todos estos años, y hasta hemos podido ver el campo con un ‘dedico’ de nieve, y aun así los jugadores salían a jugar. Íbamos con una manta para taparnos, y una bolsa de agua caliente en los pies, y así pasábamos los domingos. Durante todos estos años he podido vivir momentos especiales, pero uno de los más bonitos fue el ascenso del Albacete, con Benito Floro. Como éramos socios, nos mandaban todos los meses a casa la revista del Alba, donde podía ver a todos los jugadores. Estas revistas las tengo todas guardadas como oro en paño. Yo soy de Iniesta, y mi jugador favorito siempre ha sido Antonio Alfaro, y no solo por ser paisano mío, sino porque era muy bueno. En la actualidad, hay muchos buenos, pero el que más me gusta es Higinio, que mete muchos goles, pero a veces los más fáciles no los mete”, bromea.
Ahora es su hija la que la acompaña al fútbol
Blas falleció hace 4 años, y ahora es su hija la que la acompaña a los partidos. “Cuando falleció mi marido en 2020, estuve dos años sin ir al fútbol, hasta que un día, mi hija Nuria me preguntó si quería que fuésemos. Al principio me sorprendió, porque a ella nunca le había gustado el fútbol, pero me dijo que había cambiado de opinión, y que ahora sí le gustaba. Pensé que sería buena idea, porque de ese modo al menos saldría de casa, así que dije que sí, y sacamos nuestros abonos. A partir de entonces siempre voy con mi hija al fútbol, y me lo paso muy bien, aunque no me deja que grite. Y es que, a mí me gusta vivirlo con mucha pasión. Me gusta gritar en el campo, y decirles cosas a los jugadores cuando lo hacen bien o mal, y también a los árbitros. Entonces mi hija me pide que me calle, y yo me enfado con ella, pero luego se me pasa. Eso sí, cuando meten un gol nos damos muchos besos y abrazos, y es muy bonito, porque en realidad no somos muy besuconas”, reconoce. Por otro lado, su hija, Nuria Andrés, señala que “es muy bonito verla animando al equipo, ver la ilusión que le hace, y lo contenta que se pone cuando está en el campo de fútbol. Realmente vale la pena”.
Ahora, con la compañía de su hija, Prudencia ha vuelto al fútbol y no se pierde ni un partido en el Carlos Belmonte. “Vamos al campo cada vez que el Albacete juega en casa, y si hace frío nos llevamos una manta y ahí nos quedamos las dos ‘sentaicas’. Cuando juegan fuera ya no salimos, pero no lo escucho en la radio porque a mí lo que realmente me gusta es verlo en directo. Lo que sí hago es tener el teletexto puesto en la tele durante todo el partido para ver cómo va. El Alba se tiene que espabilar y levantar cabeza, porque siendo un equipo tan grande, no puede ir por debajo de la tabla”, concluye. Una auténtica aficionada al fútbol y al Albacete Balompié, que se ha ganado a pulso su lugar de preferencia en la grada del Carlos Belmonte.
