¿Fue un asesinato con alevosía y ensañamiento o la víctima se clavó él mismo las tijeras?, posturas enfrentadas tras la muerte de un hombre en Castilla-La Mancha

El juicio ha quedado visto para la liberación del jurado

El juicio que desde el lunes se ha desarrollado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real contra Francisco P.S.H.A. acusado de matar a su vecino, Antonio I.G., en Ciudad Real, ha quedado visto para la liberación del jurado y, en su último turno de palabra, el encartado ha señalado que no hay pruebas en su contra.

De este modo, en la última sesión de este juicio, el acusado ha hecho uso de su último turno de palabra y ha querido suscribir las palabras que su abogado defensor ha dicho durante la presentación de los informes de las partes que han actuado en el juicio.

Francisco P.S.H.A., que no ha aprovechado este último turno de palabras para pedir perdón o lamentar lo sucedido, ha respaldado las palabras de su abogado para dejar claro que no hay pruebas contra él y que no es culpable del delito del que se le acusa, por lo que debe considerarse su libre absolución.

El letrado del acusado ha defendido ante el jurado que es imposible matar a alguien sin dejar rastro de ADN o sangre en el arma homicida, como así ha quedado demostrado con las pruebas biológicas.

También ha dicho que no hubo, como mantienen las acusaciones y la Fiscalía, tres testigos directos de los hechos, sino uno solo, amigo íntimo del fallecido, que en su opinión ha llegado a decir “hasta siete mentiras” durante el juicio.

Para la defensa de Francisco P.S.H.A., fue Antonio I.G. quien inició la agresión verbal entre ambos y el que comenzó la agresión física que acabó con “un tira y afloja”, en el que el fallecido se clavó las tijeras que él llevaba, por ello ha pedido la absolución del acusado, que según su versión se defendió de una agresión.

El ministerio fiscal, por su parte, ha sostenido ante los miembros del jurado la culpabilidad de Francisco P.S.H.A., incrementando incluso la pena de prisión de 20 a 22 años que pedía para el acusado y ha señalado que la muerte de Antonio I.G. fue “a conciencia, a traición y sin posibilidad de defensa” como en los primeros momentos del juicio han mantenido las médicos forenses que realizaron la autopsia.

La fiscal también ha mantenido el hecho de que no aparezca ADN del acusado se debe, como han dejado claro los peritos, a que uno de los ADN, el de la víctima, era predominante sobre el otro en las tijeras.

Los abogados que ejercen la acusación han mantenido en sus informes finales ante el jurado que las declaraciones de los testigos cuando contaron lo que habían visto sobre lo sucedido “encajan como un puzzle irrebatible”.

Y han significado que ha quedado demostrado que se ha tratado de un asesinato con alevosía y ensañamiento, después de que el acusado causara hasta 27 heridas al fallecido.

La presidenta de la Sala de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, tras la sesión final del juicio, ha entregado el objeto del veredicto al Tribunal del Jurado que ha quedado incomunicado y deliberando. 

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