El generoso acto de una familia que salvó la vida de este vecino de Villarrobledo

/Redacción/

Hace 10 años que José Luis Sevillano volvió a nacer gracias a un trasplante hepático “que me salvó la vida”. Este vecino de Villarrobledo trabaja como administrativo en el Ayuntamiento de esta localidad albaceteña, pero además desarrolla una importante labor como voluntario en la Asociación de Trasplantados de Castilla-La Mancha.

Con motivo del décimo aniversario de su trasplante ha querido compartir su experiencia cargada de positivismo y vitalidad. El 25 de mayo de 2010 “sentí como energía vital se liberaba y ocupaba el hueco que la muerte había empezado a socavar en entrañas”, recuerda, y añade que el “generoso acto de la donación de un órgano por parte de una familia anónima salvó mi vida y me concedió el regalo más grande de este mundo: vivir”.

Un testimonio vital cargado de “segundas oportunidades” gracias a este trasplante que le ha hecho a José Luis formar parte de la directiva de la Asociación de Trasplantados de Castilla-La Mancha durante seis años. Reconoce que “a través de este movimiento asociativo he tenido la ocasión de poder participar en campañas de sensibilización y promoción de la donación de órganos, sangre y médula”, además ha conocido “de primera mano historias y testimonios de familias donantes; he acompañado a pacientes en lista de espera luchando y sufriendo juntos; y he forjado grandes amistades”. Incluso ha tenido la oportunidad de sembrar “una encina en la zona ajardinada del Hospital de Villarrobledo como símbolo de vida e inmortalidad” y también ha escrito un libro basado en su experiencia personal titulado ‘Abrazo de vida’.

Segundas oportunidades que le han llevado a formar parte de la donación de un lienzo pintado por su hija al Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, a participar “con paso firme entre llovizna y nieblas en unas marchas senderistas por los Picos de Europa; conocer al gran Raphael” y disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Viajes, paisajes, ciudades, amaneceres, poder disfrutar del crecimiento de sus hijos, en definitiva “he descubierto la belleza de lo simple, de lo espontáneo, de lo efímero, de lo cotidiano”, asegura.

Así, una década después del que llama su “cumple-vida” continúa dando gracias “por las segundas oportunidades”. Un aniversario que hoy es posible “gracias a la solidaridad de un donante de órganos y al hermoso gesto de amor de una familia donante, mi segunda familia anónima”, subraya. 

Igualmente, asegura “no tener palabras para expresar mi eterno agradecimiento a los profesionales sanitarios de la Unidad de Digestivo del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete”, especialmente al doctor José María Moreno Planas, a quien considera “confidente y amigo”. Palabras de agradecimiento que también hace extensivas a la Unidad de Digestivo y Unidad de Trasplantes del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca “donde continúo mis revisiones postrasplante”.

“Maestría, humanidad y coraje” definen según José Luis Sevillano el trabajo de los profesionales sanitarios, especialmente en su lucha incansable contra el COVID-19. Por este motivo dedica un emotivo aplauso a “este colectivo que protege y cuida de nuestra salud”.

A sus 47 años este vecino de Villarrobledo se siente más agradecido que nunca por el regalo que han supuesto “los primeros 10 años de mi renacida vida”.

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