Regantes de Castilla-La Mancha piden una “buena gestión y conocimiento de las aguas subterráneas”

/Redacción/

El vicepresidente en funciones de la Federación de Regantes de Castilla-La Mancha y presidente de la Masa de Aguas Subterráneas Rus-Valdelobos, Ruperto Mesas, ha abogado por una buena gestión y conocimiento de las aguas subterráneas.

En un comunicado, Mesas ha defendido el equilibrio entre la conservación del medio ambiente y la viabilidad de las explotaciones agrarias, y ha afirmado que tanto los periodos de sequía y escasez de precipitaciones como los de humedad y abundancia en la zona del Alto Guadiana se repiten cíclicamente, por lo que “hay que saber gestionarlos y estar preparados para ello.

Mesas ha hecho estos comentarios tras las últimas informaciones sobre la situación de Las Tablas de Daimiel, que alertan sobre que el Parque Nacional tiene unas 625 hectáreas encharcadas, un tercio de las 1.750 encharcables en esta época del año.

En este sentido, ha apuntado que la historia en el Alto Guadiana demuestra, en los últimos 39 años, que el comportamiento de los acuíferos de esta zona ha sido ejemplar por su capacidad de almacenamiento utilizable en los periodos de sequía y de rápida recarga en los periodos húmedos, alcanzando situaciones inéditas de recarga.

Como reconoce el propio Instituto Geológico y Minero de España (IGME), el periodo húmedo 2009-2013 se tradujo en el ascenso generalizado de niveles piezométricos en los acuíferos de la cuenca alta del Guadiana hasta alcanzar cotas similares a las de los primeros años de la década de los 80, una situación considerada como “natural” o, al menos, en la que se mantienen las condiciones naturales del flujo subterráneo.

El vicepresidente de la Federación de Regantes ha insistido en que existen medidas para combatir esta situación y hacer compatible la gestión para regadío de los acuíferos con el logro de los objetivos medioambientales, como derivar agua a Las Tablas desde la cuenca del Tajo, algo contemplado en el Plan Hidrológico del Guadiana y previsto para situaciones de sequía como la actual.

Y ha subrayado que no se puede siempre culpar por sistema de estas situaciones puntuales a la agricultura de regadío, porque según ha argumentado: “No somos delincuentes ni destructores de la naturaleza, sino productores de alimentos sanos y de calidad para que los consuma toda la sociedad, además de ser el factor principal para la fijación de población y el motor socioeconómico del Alto Guadiana”.

Mesas ha señalado que los regantes del Alto Guadiana vienen sufriendo las mayores restricciones en sus dotaciones de agua de toda España y ha considerado que “no es viable una agricultura de regadío en esta zona con unos riegos deficitarios”.

Asimismo, ha dicho que “si no se trabaja por cuantificar las demandas de manera real de una vez por todas y sobre eso planificar para atenderlas y gestionarlas, será abocarnos al secano y a la desaparición de numerosas explotaciones, con lo que conllevaría en localidades donde el sector primario es el principal motor socioeconómico”.

Por último, ha incidido en que con la planificación del nuevo ciclo hidrológico en la cuenca del Guadiana, se deberían plasmar “las nuevas normas de juego” y acabar con la “demonización” de los regantes, necesarios para la sociedad por su producción de alimentos y factor clave para fijar población.

La Federación de Regantes de Castilla-La Mancha se constituyó a finales del mes de abril y está formada por comunidades de usuarios de las cuencas hidrográficas del Guadiana, Júcar, Tajo y Segura en Castilla-La Mancha y, hasta este momento, están integradas unas 220.000 hectáreas.

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