/Llanos Esmeralda García/
Conocido es el dicho “Mens sana in corpore sano”, y es que la actividad física tiene un efecto positivo en la calidad de vida de las personas con trastornos mentales graves, mejorando la salud física, aliviando síntomas y mejorando la exclusión social, ofreciendo oportunidades para la recuperación.
De todos los recursos que gestiona Afaeps, Asociación de Familiares y Amigos de Personas con Enfermedad Mental, y que actualmente atienden alrededor de 260 personas en todos los dispositivos con los que cuenta (el Centro de Rehabilitación psicosocial y laboral, la residencia comunitaria, las viviendas…) la actividad deportiva y los hábitos saludables constituyen la pieza fundamental en el proceso de recuperación y rehabilitación de una persona con una enfermedad mental grave, “para nosotros es muy importante, incluso trabajamos de forma individualizada con cada uno de los usuarios proporcionándoles actividades deportivas, como natación en el IMD, en el pabellón Juan de Toledo y el CRMF.
Hacemos un campeonato de fútbol sala, actividades relacionadas con el senderismo, e incluso tenemos una actividad estrella que realizamos todos los años, el Camino de Santiago, o como nosotros lo conocemos “el Camino de Santiago, Camino de Rehabilitación” porque la propia actividad redunda positivamente en la mejora de las personas con enfermedad mental”, detalla Javier Ortega, director de la Residencia Comunitaria de Afaeps. El Camino de Santiago es el proyecto por excelencia de Afaeps, puesto que son ya 13 años los que lo llevan practicando, “hemos hecho prácticamente la totalidad de los caminos de Santiago de la Península: camino francés, camino del norte, aragonés, inglés, portugués, hemos terminado este año hasta Finisterre”, especifica Ortega. Un camino estrella porque en torno a 25 personas con enfermedad mental realizan esta actividad recorriendo 25 kilómetros andando como cualquier otro peregrino, durmiendo en albergues o polideportivos, relacionándose con otros peregrinos a su propio ritmo en función de sus características, pero lo importante de esta actividad, especifica Ortega, “es que es muy transversal porque conlleva a la persona no solo a realizar deporte sino relacionarse con su entorno, con los demás, a orientarse, aprender una cultura, la gastronomía de la zona…es una actividad muy positiva, es un auténtico reto para una persona que toma medicación”.
Los objetivos específicos de la realización de actividades deportivas en Afaeps se deben a que mejoran el funcionamiento psicosocial ofreciendo un soporte social adecuado a las necesidades individuales de sus usuarios con edades comprendidas entre los 18 y 65 años, con un promedio de edad atendido de 45 años, “orientamos a usuarios a hacer prácticas deportivas a nivel individual, incluso tenemos un convenio de colaboración con Meta Sport y hay usuarios que se han animado a participar en el gimnasio”, especifica Ortega.
Y es que no es lo mismo hacer un deporte con una persona de 60 años que hacer deporte con una de 22, no es lo mismo hacer una actividad grupal como puede ser senderismo o fútbol sala, que hacer un planteamiento más individual como puede ser la natación o el gimnasio. “Todo eso”, especifica Ortega, “lo acompañamos dentro de los programas de psicoeducación y de conciencia de enfermedad el manejo de hábitos saludables, es decir, de qué sirve hacer deporte si no cuido la alimentación, si se fuma, si se beben bebidas estimulantes… intentamos que haya de forma conjunta orientaciones para estilos de vida saludables”, un trabajo que llevan a cabo todos los equipos de Afaeps “para nosotros es fundamental, siempre desde un planteamiento muy individualizado”.
Una de las cuestiones que rodean a las enfermedades mentales generalmente es que tienen una serie de sintomatología negativa, una falta de motivación, de interés y con el deporte lo que se consigue, especifica el director de la Residencia Comunitaria de Afaeps es que “aumentan el interés, la percepción de la persona también mejora en la medida que comienza a tener un estilo de vida saludable reduciendo el peso, tiene mayor contacto con el entorno que le rodea”. Y es que no se trata solo de hacer deporte a título individual sino “de hacer de porte como medida de acción comunitaria, como medida de relación con el entorno”, ya que según Ortega “son personas que de estar llevando un estilo de vida sedentario a hacer fútbol sala, natación, más de 20 kilómetros andando, de estar en casa sin salir, sin relacionarse, a relacionarse con otras personas, en otros ambientes, en otros entornos hace que todo eso redunde positivamente en la mejora de la persona con una enfermedad mental y, lo que es más importante, que determinados medicamentos se reduzcan sobre todo los que tienen que ver con el sueño y la ansiedad”.
Cabe resaltar la importancia de las actividades deportivas y de los estilos de vida saludable como un planteamiento de mejora de las personas con enfermedad mental, implícito en todos los dispositivos de Afaeps. La práctica deportiva y la alimentación saludable es fundamental, de hecho insiste Ortega que “contamos con una dietista que nos asesora para hacer menús más o menos adaptados a las características de las personas con las que estamos: basales, hipocalóricos, dietas de refuerzo o de fácil deglución; además incidimos en la reducción del consumo de café, de tabaco y de bebidas energéticas”.
