Uclés (Cuenca)

A medio camino entre Cuenca y Madrid, sobre la ladera de una empinada colina, se alza Uclés, una hermosa villa de orígenes celtíberos y romanos que parece anclada en el pasado.

Los restos de sus murallas, sus torres, siempre vigilantes, observan inmutables el transcurrir de los siglos y evoca en la memoria tiempos pasados.

 Y en la cumbre, sobre un cerro bañado por el río Bedija, con el pueblo desplegándose a sus pies, se levanta el Monasterio de Santiago, un conjunto  monumental extraordinario a la par que majestuoso, al que se ha dado en llamar con acierto “El Escorial de La Mancha”.

El monasterio forma parte de un conjunto de fortificaciones que tuvo sus orígenes en la dominación musulmana de la Península Ibérica. Tras su reconquista por los cristianos fue donado por el Rey de Castilla Alfonso VIII a la Orden de Santiago. Era el 9 de enero del año 1174, como se recoge en el llamado Tumbo Menor de Castilla. Una de sus miniaturas muestra la escena de la donación junto a un dibujo del primitivo castillo.

El Monasterio de Uclés está construido sobre una iglesia gótica. Es de planta cuadrada con patio central y claustro de dos alturas y diez vanos por cada lado, y tanto su maravillosa arquitectura exterior como interior es lo ha hecho que también sea declarada. Monumento, la Iglesia fue erigida en los siglos XVI y XVII, según el proyecto de Gaspar de Vega, por Francisco de Mora.

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