Al hablar de esta localidad, debemos comenzar por las “tamboradas” de Semana Santa, que recordemos fue declarada de Interés Turístico Internacional y que cada año congrega a miles de personas. De hecho, con el tiempo se van sumando nuevos adeptos.
La población de Hellín, de origen árabe, muestra al visitante un Conjunto Histórico sembrado de monumentos y detalles donde detenerse. El castillo, aunque no bien conservado, aún exhibe parte de su defensa en la parte alta.
Entre su arquitectura religiosa también son de gran belleza la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, el convento de San Francisco, o el convento de Santa Clara, edificio sobrio, con líneas muy simples y un claustro con arcos de medio punto.
Las calles, algunas con interés propio por sus escalas y la conservación del tipismo, alimentan el recorrido, aderezado por los rincones y la conservación de algunas casonas hidalgas con patios interiores, escudos al exterior y balconajes de hierro.
Otro de sus principales atractivos se encuentra en sus alrededores en el arroyo Minateda para visitar su arte rupestre, o la Cueva de la Camareta que colgada sobre el pantano de la Camarillas debió ser un eremitorio al que acudían los peregrinos como indican sus piadosas inscripciones, la mayoría del siglo VII.
Mención especial mereceel parque arqueológico, a unos 10 km, testimonio de una ocupación continuada desde la Edad de Bronce hasta la época islámica de los emiratos en el siglo IX.