Expertos en Dermatología advierten que una exposición solar prolongada puede producir lesiones cutáneas

  • La prevención y el uso de fotoprotectores adecuados son la clave para reducir la incidencia de cáncer de piel.

  • La piel bronceada se asimila a la buena salud pero el sol puede provocar trastornos dérmicos, tanto visibles como invisibles.

Los especialistas del servicio de Dermatología del Área Integrada de Almansa advierten que la exposición directa y prolongada al sol puede producir lesiones cutáneas irreversibles.

Estas advertencias se basan, según ha explicado Asunción Cuenca, dermatóloga y gerente del Área Integrada de Almansa, en que “las personas que han abusado del sol pueden experimentar manchas en la piel, arrugas, cataratas y, a la larga, cáncer cutáneo o tumoraciones superficiales”.

Sin embargo, Cuenca destaca también que la luz solar nos proporciona efectos fisiológicos positivos como por ejemplo “estimula la síntesis de vitamina D, la cual previene el raquitismo y la osteoporosis, favorece la circulación sanguínea y actúa en el tratamiento de algunas dermatosis”.

A pesar de los beneficios del sol y de los efectos que se le atribuyen y que influyen incluso en el estado de ánimo de las personas, la gerente del Área Integrada de Almansa advierte que “hay que sopesar las ventajas y los inconvenientes que tiene una exposición excesiva al sol sin protección, ya que los hábitos solares de buena parte de la sociedad no son correctos”.

Aunque el color de la piel bronceada se asimila a la buena salud, el sol puede provocar trastornos dérmicos, tanto visibles y como invisibles.

La doctora Cuenca ha indicado que “hay que tener en cuenta que el sol provoca no sólo lesiones visibles en la piel en forma de quemaduras o eritemas sino que también tiene consecuencias invisibles, dañando el material genético de las células de la piel hasta el punto en que éstas no pueden reparar más las anomalías provocadas y pudiéndose volver cancerosas”.

Según estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cada año se producen en todo el mundo más de dos millones de cánceres de piel distintos del melanoma y más de 200.000 melanomas malignos.

En este sentido, Asunción Cuenca ha señalado que “las personas de piel clara tienen más riesgo de sufrir cáncer de piel debido a la ausencia relativa de pigmentación”.

La prevención es la clave

Según distintos estudios clínicos, utilizar un fotoprotector durante los primeros 18 años de vida puede reducir hasta un 78 por ciento el riesgo de cáncer cutáneo.

La mejor manera de prevenir cualquier lesión de este tipo es minimizar el contacto con el sol, por lo tanto, es aconsejable evitar la exposición entre las 12 y las 18 horas, utilizar un factor de protección adecuado a cada tipo de piel y aplicarlo cada dos horas o después de cada baño.

Asimismo, no se debe exponer a los niños y bebés al sol debido a que su piel puede sufrir más lesiones que la de los adultos y que se les debe proteger con camisetas, gorras y gafas de sol.

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