/Hugo Piña/
Ha costado y mucho ver ganar al equipo en partido oficial y en el tiempo reglamentario. Pues si obviamos el encuentro de play off ante el Atlético Baleares, que se produjo en la prórroga y el amistoso ante el Getafe que le dio a los blancos una nueva edición del ‘Ciudad de Albacete’, los de Aira llevaban una cifra total de 6 meses sin ganar en casa.
Una cifra casi grosera con la entidad albacetista, que fue ante el Gernika el pasado 26 de febrero y en Segunda B cuando vio triunfar a los suyos por última vez en un Belmonte que casi se había olvidado ya lo de ver ganar en su casa al equipo. Desde entonces, dolorosas derrotas y algún que otro empate con sabor a victoria como el cosechado en junio ante el Valencia Mestalla era lo que había presenciado un espectador local que comenzaba a perder la paciencia cuando apenas se llevaban un puñado de partidos oficiales disputados en la presente temporada.
Sin embargo ayer y con remontada incluida, como ante el cuadro vasco el pasado mes de febrero, comenzó la reconstrucción de un Alba que si quiere conseguir el objetivo de la salvación en el fútbol profesional tendrá que hacer del Carlos Belmonte un verdadero fortín. En el vestuario son conscientes y ayer tras la victoria parcial se pudo ver a un equipo que demostró carácter y tesón en los compases finales en pos de amarrar el que a la postre fue la primera victoria del equipo en su regreso a Segunda División.
