/Severino Felipe/
Tenia 10 años cuando mi padre me apuntó a las Escuelas de Atletismo, recuerdo que estaban dentro del Carlos Belmonte. Que curioso, al entrar no me impresionó el campo, pero si el rojo ceniza de las ocho calles que conformaban la pista de atletismo. Estaba entonces marcado mi destino, y veinte años después cumpliría mi gran sueño, subir al podium de un Campeonato de España de Atletismo; concretamente en la prueba de la Maratón.
En los años que estuve en las Escuelas de Atletismo, fui vacunado con la mejor de las vacunas “el amor por el deporte”. Una vacuna que me hizo inmune a muchos de los virus que existen en la sociedad, tales como “el tabaco”, “el alcohol”, “el sedentarismo”, “el conformismo” “la apatía”, “la depresión” y muchísimos otros.
Esta vacuna además ha propiciado que dentro de mi organismo se hayan desarrollado valores tan importantes como “el optimismo”, “el sacrificio” , “la capacidad de superación”, y un largo etcétera.
¿Nos hemos planteado cuantos de los problemas de salud que tanto cuestan a nuestro sistema sanitario, vienen impuestos por alguno de los “virus” antes expuestos?; pues bien, es difícil calcularlo, pero hay estudios que indican que por cada euro invertido en deporte, podrían llegar a ahorrarse a medio plazo hasta cuatro euros en sanidad. Sorprendente !!!!.
Entrando más en detalle, y como bien saben muchos de ustedes, el deporte de cierto nivel, exige que el deportista se federe en la disciplina que practica. Una vez el deportista está federado queda cubierto por un seguro deportivo, que previamente ha sido contratado por su federación; lo que evita que cuando el deportista se lesiona, esto suponga una carga para la Sanidad Pública.
Tambien estoy convencido que el Circuito de Carreras Populares, ha descargado en la provincia de Albacete, la consulta de algún que otro medico de cabecera, o especialista como neumólogo, cardiólogo, psicólogo, endocrinólogo, etc..
Por ello estoy convencido que el deporte sale barato; y el mejor remedio para el contagio es la vacunación precoz; juguemos con nuestros hijos al baloncesto, al fútbol, tenis, etc…; patinemos con ellos, retomemos juegos de nuestra infancia como “el pillao”, el “pañuelo”, los partidos “quemaos” . Los fines de semana, se ven muchos grupos de adultos con bicicletas casi de profesional, pero no se ven prácticamente niños montando en bicicleta; salgamos con nuestros hijos a dar un vuelta en bici !!!. Posteriormente y viendo las aptitudes del niño, seguro que es él, quien acaba pidiéndonos apuntarse a algún club o escuela deportiva.
Si el menor cae en la apatía, se deja absorber totalmente por las nuevas y tentadoras tecnologías, y acabe preso del móvil, de la consola y de Internet, con escaso control parental.
Si no le proponemos un sábado por la tarde a nuestro hijo una actividad lúdico-deportiva atractiva, quizás acabe en un banco compartiendo una botella de alcohol que después terminará con gran probabilidad rota en el suelo. Quizás ese día sus amigos tengan que llamar a una ambulancia, se desplacen dos sanitarios, acabe en urgencias, tenga que intervenir, un celador, un enfermero y un médico que tras una valoración, acabe poniéndole la “B12”; y todo ello, quien creen que lo paga ???. Efectivamente, han acertado, lo pagamos todos; pero el coste mayor lo paga el menor que no les quepa la menor duda.
Es responsabilidad de todos (padres, Asociaciones, Clubes, Federaciones, Colegios, Institutos, y como es lógico también de Ayuntamientos, Diputaciones y Juntas de Comunidades) acercar el deporte al menor y hacérselo atractivo, con la menor carga posible para el bolsillo de los padres.
Tenemos la obligación de “vacunar” a todos nuestros niños, con la “vacuna del deporte”; la mas barata y rentable de las que se ha inventado, se lo aseguro.
