/Marta López/
La vida es experiencia y sabiduría, y nuestros mayores son los que más valoran cada uno de los momentos que les ha brindado la vida. Millones de momentos se agolpan en las particulares cajas de recuerdos de nuestros protagonistas, y es que cien años dan para mucho.
Momentos duros, tristes y alegres. Instantes que dejan huella y abren heridas en el alma, ya que tuvieron que hacer frente a uno de los episodios más oscuros de nuestra historia más reciente cuando apenas cumplían la mayoría de edad. La Guerra Civil española dejó a su paso un rastro de hambre, trabajo y despedidas. Despedidas que alejaron a nuestros centenarios protagonistas de sus hogares albaceteños para poder sobrevivir en las ciudades más prósperas de la época.
Valencia, fue una de estas ciudades que acogió a albaceteños que buscaban un respiro para poder salir adelante entre tanta miseria. La Ciudad del Turia ha querido homenajear a 21 vecinos centenarios, algunos naturales de esta tierra, pero otros llevan más de media vida residiendo en Valencia.
Estos mayores que cuentan con 100 años de vivencias a sus espaldas son la historia viva de nuestro país, y el Ayuntamiento valenciano ha subrayado que esta “es una ocasión para la reivindicación de la solidaridad entre generaciones, de esa fuerza a los aprecios y los afectos que también mueven el mundo”, destacaba el alcalde de la ciudad, Joan Ribó.
“Son personas a las que hay que tratar con respeto y cariño porque nos han cuidado muchos años, y ahora nos toca a nosotros”, añadía durante este homenaje la regidora de Personas Mayores de la Ciudad del Turia, Sandra Gómez. Un reconocimiento en el que han participado Juan Antonio Castillo y Fernando Robles, dos albaceteños centenarios para los que Valencia es su segunda casa.
El primero de nuestros protagonistas, Juan Antonio Castillo, un albaceteño que en el año 62 decidió asentarse en Valencia tras haber recorrido toda España. Albañil y minero, profesiones que le llevaron desde Madrid hasta Asturias, pero finalmente eligió la Ciudad del Turia para construir una familia. Con 100 años, Juan Antonio Castillo tiene un árbol familiar con raíces profundas y nuevos frutos que son sus nietos y bisnietos, por los siente un gran orgullo.
Natural de Hoya Gonzalo, Fernando Robles lleva viviendo en Valencia desde que cumplió 30 años. Un ferroviario que, echando la vista atrás, aún confiesa incrédulo todo lo que ha vivido, ya que jamás imaginaba haber podido llegar hasta donde sus pasos le han acercado hoy.
Historias y relatos centenarios que se mantienen vivos y que dejan un rico legado en cada una de sus familias. Sueños, vivencias e instantes de personas que han luchado por crear sus propias historias y para labrar un futuro digno para sus sucesores.
