Los casos de ictus o accidente cerebrovascular (ACV), que se producen cuando se corta el aporte de sangre a una parte del cerebro, están aumentando entre los jóvenes debido al estrés, el consumo de drogas y los accidentes de coche o motocicleta.
Así lo ha explicado hoy, en rueda de prensa, la presidenta de la Asociación de Daño Cerebral Sobrevenido de Castilla-La Mancha (Adace CLM), Ana Cabellos, quien ha afirmado que los expertos están empezando a estudiar las razones de este repunte.
Cabellos ha apuntado al estrés y los malos hábitos alimenticios como causas que pueden conducir a sufrir un ictus, además del consumo de drogas que, a su modo de ver, “está empezando a tener consecuencias”, dado que las sustancias estupefacientes “son mucho más sintéticas, te destrozan menos el cuerpo, pero más el cerebro y con mucha más rapidez”.
Los jóvenes también acuden a entidades como Adace por traumatismos craneoencefálicos y todo apunta, según ha explicado Ana Cabellos, a que los accidentes de tráfico están detrás de esta afectación cerebral a pesar de que hay más información vial para concienciar a la población de las irreversibles consecuencias que puede provocar ir a más velocidad de la permitida, no ponerse el cinturón o ir en motocicleta sin casco.
También están creciendo los casos de anoxia, falta de oxígeno en las células, los órganos o la sangre, ya que antes no había solución pero ahora se “salvan vidas” pero a costa, en ocasiones, de que “haya consecuencias”.
Por otra parte, la terapeuta ocupacional del centro de Adace en Toledo, María Rodríguez, ha advertido del “impresionante” estrés que sufren los jóvenes como resultado de la incertidumbre del mercado laboral, un hecho que, a su juicio, explica el aumento de los casos de ictus a edades tempranas.
Asimismo, ha precisado que frente a circunstancias como la edad, que no pueden prevenir el riesgo de sufrir un ictus, hay otros factores como el control del colesterol, la hipertensión o la diabetes que pueden “quemar y fatigar el cuerpo antes de tiempo” lo que puede provocar una lesión en las arterias y dar como consecuencia un ictus.
