Imágenes impresionantes en Alcalá del Júcar, en la XXIII Ruta Provincial de senderismo de la Diputación

/Luis Vizcaíno/

Este domingo, día 25 de octubre, tuvo lugar la vigésimo tercera de las rutas que la Diputación Provincial de Albacete organiza dentro de la II Edición de Rutas de Senderismo, en la que los participantes se desplazaron hasta la comarca de La Manchuela para descubrir Alcalá del Júcar

La ruta se denominaba “Entre Barrancos”, con una dificultad técnica media-alta, un recorrido circular que comenzaba en la Playeta de Alcalá del Júcar y terminaba en el mismo pueblo, de casi 21 kilómetros, y aproximadamente cinco horas de duración.

En primera persona

La actividad comenzaba un poco más tarde las 9 de la mañana, desde la Playeta, dentro del pueblo de Alcalá del Júcar, junto al río que lo atraviesa y le da nombre, una playa formada a orillas del  rio Júcar, zona habilitada para el baño con gran reclamo en verano y una zona navegable, que ahora con el otoño y los árboles que la rodean crea una imagen preciosa, una  de tantas que veremos durante el recorrido.

Tras la bienvenida del alcalde del Municipio, Pedro Antonio González, y hacernos la foto de familia con La Presa, el puente Romano, el Castillo y la Iglesia de San Andrés como fondo iniciamos nuestra caminata en dirección a una de las pedanías de Alcalá del Júcar; las “Casas del Cerro” y lo hacemos por la senda conocida como “Las Zetas”, una  vieja calzada romana por donde, antiguamente, pasaban hasta con carros ya que servía de comunicación entre estas poblaciones; un zig zag muy cómodo a pesar de la gran subida que realizábamos, y disfrutando de las maravillosas vistas de Alcalá del Júcar. Una de las curiosidades que encontramos en este tramo es un lavadero utilizado años atrás para ese fin, al igual que para la recogida de agua de la fuente que lo alimentaba.

Una vez llegados a las Casas del Cerro, pedanía situada a 4 kilómetros del municipio, visitamos los distintos miradores en los que disfrutar del paisaje que la hoz del Júcar dibuja a su paso por Alcalá. Atravesando esta pedanía, cuyo sustento principal es la agricultura y la ganadería, pudimos ser testigos de la monda del azafrán cultivo típico también de estas tierras.

Continuamos por el camino de la Vereda para coger el sendero del Corciolico ya de bajada hasta el Mirador, una vez cruzada la carretera, donde encontramos un cartel en el que se constata  lo se aprecia todo el trayecto ya que, Alcalá del Júcar, está incluido en la red de Los Pueblos más bonitos de España, uno de los 35 que existen. Continuamos unos metros por carretera, para volver a iniciar una subida por una senda que nos llevará al camino de los Pumarejos, durante este recorrido hemos podido contemplar a lo lejos un grupo de cabras montesas abundantes por esta zona, al igual que vamos observando por el camino gran cantidad de fósiles de un pequeño caracol lacustre, el Planorbis.

Continuamos por la alto de la meseta hasta llegar a su extremo, justo enfrente de Alcalá del Júcar, por lo que las vista total del municipio es maravillosa, aprovechamos para almorzar y reponer fuerzas. Desde aquí, sale una senda llamada del Batán que nos llevaría directamente a Alcalá, pero nosotros seguimos por  otra bonita senda entre pinos, que recientemente han recuperando y que nos conducirá hasta La Gila. Al salir de la pinada seguimos impresionándonos con las fantásticas vistas que esta ruta nos está ofreciendo, podemos ver toda la hoz del río Júcar, el embalse que se crea a su paso por Tolosa, que también se puede ver,  al igual que La Gila en lo Alto de la meseta y nuestro siguiente punto de destino.

Por este camino vamos viendo cómo el hombre ha ido aprovechando las formaciones tan caprichosas que esta piedra caliza, amplías cuevas metidas en la roca y que los pastores solamente han tenido que levantar una pared con piedras para así tener un lugar de protección y recogimiento para su ganado.

Llegamos a La Gila, una pequeña pedanía de Alcalá, situada a unos seis kilómetros de la localidad, un pequeño pueblo con muy pocos habitantes pero con gran tránsito de visitantes amantes de la tranquilidad y la naturaleza.

Tras un pequeño parón nos dirigimos hacia otra de las pedanía de Alcalá, Tolosa, por un zigzagueante sendero con bastante inclinación por lo que la precaución era máxima, podíamos ir observando las pocas casas que componen Tolosa, a orillas del río, que al llegar aquí, después de la presa crea un embalse amplio utilizado por la realización de deportes náuticos como el piragüismo. Esta es la más pequeña de las pedanías que tiene Alcalá del Júcar, y la única bañada por el río, aunque por su situación y su belleza se está convirtiendo en uno de los principales de los destinos turísticos.

Ya solo nos separan de Alcalá cinco kilómetros, por los que cogemos un bonito sendero  que discurre paralelo al río, rodeado por bosque de ribera con los colores amarillo y ocres de esta época del año, que hace que la hora que nos queda hasta nuestra meta sea un agradable paseo, aunque llevemos sobre  nuestras piernas más de 15 kilómetros recorridos.

Una vez en el municipio, concluye nuestra ruta circular por la hoz del Júcar,  aunque  después de comer en el Mesón El Mirador, hicimos la ruta por el pueblo que también tiene muchas cosas bonitas que visitar, como el Castillo, la plaza de toros, sus estrechas y serpenteantes  calles y alguna de las cuevas que existen en el pueblo.

Un completo y precioso día, que a pesar de haber estado nublado, y de realizar una de las rutas más largas que hasta ahora llevan, no olvidarán los cincuenta participantes.

La próxima ruta será el sábado día 7 de noviembre en Valdeganga, denominada “Sendero Río Júcar”, una marcha de casi 21 kilómetros de distancia, de una dificultad técnica media  y con salida a las nueve de la mañana desde las Mariquillas.

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