/Esther Sotoca/Fotos: Javi Romero/
La variedad suele ser el sinónimo de entretenimiento en una tarde de toros y precisamente lo que buscan muchos aficionados. De
la variedad en los toros también surge la pluralidad de toreo en los propios espadas. Esa ha sido la tónica general de la primera corrida de abono de la Feria Taurina de Albacete en la que ha debutado La Quinta, una petición que la afición lleva transmitiendo a los gerentes del coso albaceteño durante años, con una corrida bien presentada, aunque desigual, y de juego muy variado. Los toreros se han adaptado a esta circunstancia y en el ruedo se han podido ver diferentes maneras de interpretar el toreo, siendo el triunfador de la tarde Joselito Adame que ha vuelto a demostrar que quiere que su nombre se anuncie en las plazas españolas pues cortó una oreja de cada uno de sus toros de una forma exigente y valiente. Serena y templada fue la tarde de Manuel Escribano que consiguió un trofeo del primero de su lote. Eugenio de Mora fue el único que se fue de vacío ya que no tuvo opciones de sumar apéndices en su marcador como sus compañeros.
Joselito Adame consiguió abrir por primera vez la puerta grande de Albacete en una tarde en la que se mostró variado con el capote y la muleta, imprimiendo sus raices mexicanas a sus faenas. El primero de su lote fue el mejor toro de la tarde que además no hizo honor a su nombre, ‘Detenido’, porque fue un astado encastado con ritmo y bravura que encontró una buena pareja en el mexicano. Con el capote lo saludó a la verónica, pero fueron las apretadas chicuelinas de manos muy bajas las que arrancaron la ovación del público.
Con la muleta, basó su faena en la mano derecha, pitón con el que se encontró más cómodo, y con el que logró llevarlo largo, aprovechando su recorrido, exigiendo con la mano baja y dejando tandas muy intensas y de gran ligazón gracias al gran sentido de colocación del diestro. Lo despachó recibiendo de una gran estocada logrando una oreja mientras el toro era despedido con una ovación en el arrastre.
En el que cerró plaza también le dio pasaporte de esta forma dejando una estocada todavía mejor que la anterior y que de nuevo le valió para pasear otra oreja. En este caso el de La Quinta también tuvo ritmo pero le faltó algo de entrega, aunque los aficionados albaceteños pudieron ver otra faceta del mexicano que logró que la faena no bajara de nivel mientras cuidaba al toro para que llegara hasta el final y le abriera la puerta grande, como después sucedió. En este toro la afición de Albacete volvió a tener el uy en la boca cuando cayó el picador como sucediera en el primer toro y que contaremos en esta crónica. Por suerte, no hubo consecuencias aunque hay que destacar el papel de Manuel Escribano, que tras quedar el caballo solo con el toro acudió rápidamente a cogerlo hasta que los subalternos lograron sacarlo de los lomos.
Manuel Escribano llegó a Albacete con ganas de triunfo y si no llega a ser por la espada hubiera abandonado la plaza a hombros junto con el mexicano. Escribano también dejó diferentes interpretaciones del toreo con los dos astados que sorteó. El primero de su lote saltó al ruedo con alegría y recibió la ovación del público. Antes de que el sevillano comenzara la faena con la muleta protagonizó un vistoso tercio de banderillas en la que destacó un par al quiebro.
El de La Quinta fue noble pero le faltó trasmisión, por lo que el sevillano puso la que le faltaba, mimándolo, dándole tiempos y llevándolo con una gran serenidad que caló en los tendidos con fuerza. Además, con una sonrisa en la boca durante toda la faena demostró que se encontraba a gusto lo que añadió un plus a su labor. Lo mató de una estocada un poco caída pero efectiva para que el público pidiera la oreja que el sevillano añadió a su marcado.
El fallo con los aceros le privó de sumar otra en la faena del quinto, un toro sin entrega al que Manuel Escribano vació con una gran técnica y mucha disposición. En esta ocasión, el torero realizó un espectacular tercio de banderillas sobre todo por otro par al quiebro que inició sentado en el estribo para ponerlo en las tablas por dentro, llegándosele a complicar la salida de Escribano de la cara del toro. Su entrega se reconoció con una ovación que saludó desde el tercio.
Eugenio de Mora era el encargado de abrir el abono albaceteño con ‘Quincallero’. El de la Quinta sembró el miedo en el ruedo en el tercio de varas, cuando cayó del caballo el picador Marcial Rodríguez y se cebó con él en una cogida espeluznante que sobrecogió al público y por la que tuvo que ser trasladado a la enfermería con una gran hemorragia, donde fue operado de una cornada de doble trayectoria. Cabe destacar la respuesta del público con el equipo médico de la plaza de toros, ya que tras acabar la intervención del picador y ser trasladado a la Clínica de Santa Cristina, regresaron al callejón entre los aplausos de los aficionados que reconocían su labor.
Desde que salió el toro se vio que no iba a ser un toro fácil ya que apretó mucho con el capote de Eugenio de Mora. Ya con la muleta había que estar delante, pues en cada embestida buscaba al diestro manchego que intentó componer una faena de técnica, pero no tuvo respuesta en su oponente que continuamente buscaba sus tobillos. Tras despacharlo saludó una ovación por su entrega.
Poca variedad pudo demostrar de Mora, ya que el cuarto tampoco dio opciones y al igual que el anterior fue un astado que se quedaba muy corto y a la salida de cada pase reponía buscando al torero. Falló con la espada y fue silenciado.
No fue una tarde apoteósica, pero sí entretenida, porque además de la variedad ganadera, se vio a tres toreros que buscaron el triunfo de distinta forma, pero sobre todo comprometidos con esta plaza.
Plaza de toros de Albacete, 8 de septiembre de 2015. Primera de abono. Más de media plaza. Toros de La Quinta para:
Eugenio de Mora: ovación con saludos y silencio.
Manuel Escribano: oreja y ovación con saludos.
Joselito Adame: oreja y oreja.
Parte médico de Marcial Rodríguez: “Herida de asta de toro en región escrotal izquierda con trayectoria descendente y en profundidad hacia la cara interna y posterior del muslo izquierdo, de 35 cm. que produce destrozo de la musculatura isquiotibial y adductor medial. Hemorragia venosa muscular abundante. Una 2ª trayectoria de 15 cm. que produce evisceración testicular y con dirección a región inguinal que afecta a piel y tejido celular subcutáneo. Se procede a hemostasia de vasos sangrantes, colocación de cinco drenajes, reconstrucción muscular y cierre de la herida. Luxación de hombro derecho procediéndole a reducción e inmovilización, quedando pendiente de estudio radiológico. Se traslada a Clínica de Santa Cristina”.
