/Hugo Piña/
El Albacete Balompié caía derrotado en casa del colista Córdoba el pasado sábado. Y lo hacía con un ‘bagaje’ (en cuanto a merecimientos) positivo en un partido en el que, como mínimo se debió de empatar, pero nunca perder. Sin embargo, el destino quiso que el equipo que más aportase al encuentro terminase cayendo derrotado por un solitario tanto.
Enrique Martín Monreal planteó el encuentro del Arcángel con numerosos cambios, cuestión que sorprendió a muchos pues dejó en el banquillo a algunas de las ‘vacas sagradas’ como Arroyo, Erice o Susaeta mientras que situó en el campo a aquellos que hasta la fecha apenas habían tenido continuidad, cogiendo como ejemplos los de César de la Hoz y Rafa Gálvez. Tan solo Tomeu Nadal, Saveljich,Chus Herrero, Gaffoor, Dani Rodríguez y Zozulia fueron los que no se vieron ‘elegidos’ por un Martín que tuvo que ver el partido desde la grada del Arcángel.
Introdujo cambios en todos los frentes con respecto al triunfo de Granada, seis días antes. Es decir, planteó variables en la defensa, en el centro del campo y en la delantera con la consabida entrada de Roman Zozulia en el equipo. Sin embargo, las titularidades de Nili Perdomo, de la Hoz y Gálvez sorprendieron a todos en un partido en el que no se podía perder, pero en el que finalmente se cayó derrotado tras un error puntual.
Álvaro Arroyo había sido hasta la fecha y exceptuando Barcelona (donde se jugaron dos partidos en apenas tres días), ficha inamovible para Martín. Como también Jon Erice en el pivote defensivo y como también Néstor Susaeta en la manija del equipo, iniciando los tres un partido en el que al Albacete le faltó y mucha eficacia. Algo de lo que estos tres grandes futbolistas, en mayor o menor medida, han venido aportando en sus respectivas posiciones a un equipo que quizá en la tarde del sábado echara en falta la complementariedad de todos ellos ante un rival que todavía se sigue preguntando cómo consiguió ganar al Albacete Balompié y llevarse tres importantes puntos.
