Albacete es la provincia de Castilla-La Mancha donde ocurren más accidentes en casco urbano

Según datos de la Dirección General de Tráfico desde el 2010 el número de fallecidos en accidentes de tráfico en carreteras españolas ha disminuido en un 33%, mientras que los fallecidos en accidentes urbanos lo ha hecho en apenas un 5%. En 2016 (último ejercicio publicado en las tablas estadísticas regionales de la Dirección General de Tráfico) en Castilla-La Mancha se dieron un total de 1.306 accidentes urbanos con 1.731 heridos y 16 fallecidos, lo que supone un aumento del 45% en los últimos 6 años.

Albacete es la provincia de la región con más accidentes urbanos, 519, y Toledo es la que más fallecidos registra, 6. Cuenca y Guadalajara, con 2 fallecidos en cada una, son las provincias castellano manchegas con menos accidentes mortales en vías urbanas. A pesar del incuestionable descenso de las víctimas mortales desde el año 2000, 46% menos fallecidos, desde el año 2010 esta cifra se ha estancado, y no se aprecian mejoras. En 2010 se registraron 16 víctimas mortales en vías urbanas de Castilla-La Mancha. Exactamente el mismo número que en 2016.

De hecho el número de accidentes apenas ha sufrido descenso. En el 2000 se registraron 1.462 y en 2016 han sido 1.306. Un descenso del 10% en 16 años. Según Elías Izquierdo, representante de Mobileye en España, “Los vehículos son cada vez más efectivos a la hora de proteger a los ocupantes en caso de siniestro. Ahora es el momento de aplicar la tecnología a la reducción del número de accidentes”.

Los sistemas de asistencia a la conducción (ADAS) se han mostrado cómo la tecnología más efectiva para la prevención de accidentes. La DGT y Mobileye han llegado a un acuerdo de colaboración para fomentar el uso de esta tecnología con el objetivo de reducir el número de accidentes. Un sistema de sensores que funcionan como un ojo adicional, permanentemente activo, que monitoriza, de manera constante, todo lo que sucede en la carretera; identifica situaciones potencialmente peligrosas y asiste al conductor en estas situaciones, que se puede instalar en cualquier vehículo por lo que cuesta un smartphone de alta gama. Según un estudio de la Dirección General de Tráfico, la incorporación de esta tecnología a la flota de vehículos podría haber evitado 4.000 de los 9.600 atropellos que tuvieron lugar el último año con más de 250 víctimas mortales, reduciría un 54% los accidentes por colisión frontal y podría haber minimizado hasta 19.000 siniestros relacionados con salidas involuntarias de carril.