/Hugo Piña/
Dentro del peculiar sistema que viene promulgando Enrique Martín en La Mancha, existen dos posiciones de juego como los carrileros. No son defensas, no son mediocentro ofensivos. Defienden y se suman al ataque. Todo en uno.
Y en la noche de este domingo en el partido ante el Sporting de Gijón, los carrileros Álvaro Arroyo y Mariano Bíttolo fueron más protagonistas que nunca. De sus botas nacieron los dos tantos del Alba y de su ‘ingenio’ pudo sumar el cuadro manchego otro punto que le sirve además para encadenar otra semana más sin conocer la derrota.
El capitán Álvaro Arroyo fue el autor de la primera asistencia, momento en que sumado al ataque y con un Albacete volcado, centraría al milímetro para que Roman Zozulia, solo y sin marca, cabecease al fondo de las mallas para inaugurar el marcador del Belmonte. El caso del madrileño es desde luego más que subrayable, pues Arroyo llegó al equipo en Segunda B, se hizo con un hueco que siempre llevó su nombre y ascendió con el Alba. Ahora, en una categoría superior el hueco sigue llevando su nombre, pero ahora dispone de otras tareas y encima, como ante el Sporting, también asiste.
El argentino Mariano Bíttolo volvía anoche por su parte, ganándole el puesto a David Morillas y regresando al once de Martín ante un todopoderoso Sporting de Gijón. Y en su caso como el del madrileño Arroyo, el pequeño pero ‘matón’ Bíttolo también sería el encargado de asistir en el otro gol del Albacete Balompié. En su caso y tras una falta a favor, buscando el ‘pase inteligente’ para Gaffoor y perfilando éste un medido esférico que por arte y gracia de Mariano Ezequiel Bíttolo supuso que el cuadro manchego volviese a sumar otra jornada más tras el empate final.
Los carrileros asisten y el Albacete se aprovecha de ello con dos futbolistas que mantienen el tipo durante los noventa minutos de juego. Anoche con una afición entregada, tanto el capitán Arroyo como el argentino Bíttolo demostraron que el sistema de Martín también comienza a ‘calar’ entre los jugadores, adhiriéndose a éstos y promulgando un fútbol ‘diferente’ con el 3-5-2.
