Una veintena de ‘bautizos civiles’ en Albacete

/Llanos Esmeralda García/

Los tiempos cambian y con ellos las tradiciones. Aunque muchos lo desconozcan, desde principios de abril de 2011 el Ayuntamiento de Albacete ofrece una alternativa de carácter civil y laica a los padres que no deseen realizar un rito religioso para dar la bienvenida a la sociedad de un nuevo miembro de la familia.

Un evento despojado de todo matiz religioso que bajo el título de ‘ceremonia de acogimiento civil’ se asienta en un registro con el mismo nombre en el Ayuntamiento albaceteño en el que figura el primer “bautizo civil” -como popularmente se conoce a este acto- realizado el 9 de abril de 2011, desde entonces se han celebrado 21, uno en 2017 hasta el momento.

Así, el reglamento que rige las ceremonias de acogimiento civil en el Ayuntamiento de Albacete lo define de forma textual como: “Un acto que tiene por objeto iniciar a niños y niñas de esta ciudad en el largo camino de las actitudes cívicas, que les lleven a un porvenir pacífico basado en los valores indivisibles y universales de la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad, expreso en el compromiso de padres/madres y/o tutores en educarles en estos valores que les convertirían en ciudadanos y ciudadanas libres e iguales en derechos y deberes”.

Un acto que no tiene valor legal ni presupone ningún privilegio de los niños en el acceso de los servicios municipales. Del mismo modo, el reglamento establece que para llevar a cabo el acogimiento civil el niño debe de ser recién nacido y menor de 36 meses, o niños adoptados hasta un año posterior a su adopción, además las personas solicitantes deben de estar empadronadas en Albacete.

Una celebración que desde la Diócesis de Albacete respetan aunque han manifestado que en cuanto a la terminología común que se utiliza para denominar este rito no saben lo que es. Cabe resaltar que los bautizos religiosos siguen siendo los más elegidos por los albaceteños, registrando en la provincia de Albacete el año pasado un total de 2.325 frente a una cifra superior de 2015, cuando se contabilizaron un total de 2.629.

La ceremonia del acogimiento civil tiene su “liturgia”. Ésta debe ser oficiada por el alcalde o algún concejal delegado para ello, en un acto público en el salón de actos del Museo Municipal, quien será el encargado de leer los artículos 12 y 27 de la Convención sobre los Derechos de la Infancia de la ONU. Posteriormente, se procederá a la lectura de los artículos 39.3 y 39.4 de la Constitución Española, sin perjuicio de la posibilidad de leer por parte de las personas solicitantes o la autoridad algún otro artículo o texto. Una vez cumplido con el protocolo a seguir, son los familiares los que continúan con la celebración del acto.

La Gineta

Esta celebración no es única en la ciudad de Albacete sino que también está regulada en varios municipios de la provincia de Albacete, caso de La Gineta. La localidad ginetera aprobaba en junio de este mismo año una ordenanza bajo el nombre de ‘Bienvenida social/recibimiento civil y otorgamiento de carta de ciudadanía del niño y la niña’. Lugar donde ya se ha celebrado la primera bienvenida social.

El alcalde de La Gineta, Antonio Belmonte, ha detallado a El Digital de Albacete que tras la petición de unos padres que viven en Francia interesados en celebrar una ceremonia de este tipo llevó a la Corporación municipal a aprobar esta ordenanza, “querían hacer un acto social de bienvenida con sus dos hijos y se les expidiese una carta de ciudadanía como hijos también de La Gineta”, puntualiza el alcalde que se “bautizaron a los dos niños de la pareja a la vez, resultando muy bien y muy bonito. Un acto que preparamos junto con la madre, natural de La Gineta, que fue quien nos dio la idea de cómo quería desarrollar la ceremonia rodeada de sus familiares”.

Se trata de un servicio más que se presta en el municipio y que, asegura Belmonte, está a “disposición de todos” quedando reflejado en un registro en el que hasta el momento constan los dos nombres de los recién “bautizados”.

Ana Moreno, madre de los dos niños a los que se les dio la bienvenida social en La Gineta ha contado a El Digital de Albacete su experiencia: “La llevamos a cabo porque no celebramos todos los ritos religiosos que se celebran normalmente”. Así, Ana tomó ejemplo del ‘acto de bienvenida social’ que se celebra en Francia interesándose en si en España se podía realizar, fue el Ayuntamiento de La Gineta quien le abrió las puertas.

Una ceremonia que cuenta Ana fue oficiada por su primo “Antonio Francisco Armero, alcalde de Motilleja, después de transferirle los poderes Antonio Belmonte, para nosotros era importante que él oficiase el acto”. Relata Ana que la ceremonia la “inventé completamente”, lo único a lo que estaban obligados era a leer los artículos relativos a los derechos de los niños, así Ana se imaginó una ceremonia adaptada a los niños, al mismo tiempo que “plasmara un simbolismo con la tierra, dejando de lado los discursos o largas lecturas”.

 

Para la cita compraron vasijas y llevaron un ‘ciazo’ decorado con tela de juta “quisimos que toda la familia me diese un poco de tierra, ya que la tierra nos simboliza a todos: desde la del huerto de mi padre, donde nació mi madre, tierra de La Gineta que es más amarilla, la del parque donde llevamos a los niños, tierra de Toulouse de donde es mi marido, tierra de Almagro donde vive mi hermana que es más rojiza …”. Una cita que reunió a toda la familia francesa y española y en la que, detalla Ana, “hicimos una lectura de uno de los capítulos ‘Le Petit Prince’ de la conversación entre el zorro y ‘El Principito’ en el que hablan de las cosas importantes de la vida”.

En la ceremonia realizada el pasado 12 de agosto, después de leer la Declaración Universal de los niños, “fuimos echando la tierra y nombrando a mis hijos, Antón y Elisa de dos años y tres meses y cinco meses respectivamente”, relata Ana que “al final les hicimos a los niños que dejasen una huella”. Fue algo “muy simbólico porque la mezcla de tierras forman la suya” al finalizar la ceremonia cuenta  Ana “mi madre regaló una vasija con la mezcla de todas ellas para tenerlas de recuerdo”.

Iniciar el acto de bienvenida social en La Gineta supone para Ana un “reconocimiento de la nacionalidad española de sus hijos” ya que insiste en que no quiere que la cultura de ambos sea solo francesa y además se trata de “demostrar esta apertura a la sociedad, e incluso que más gente le lleve a realizar este tipo de ritos”.

El Bonillo 

Otro de los municipios albaceteños que se han sumado a la ‘bienvenida social y otorgamiento de carta de ciudadanía del niño y de la niña’ ha sido el municipio albaceteño de El Bonillo quien ha redactado una normativa similar a la de La Gineta. Así, el BOP hacía público el anuncio de aprobación de la Ordenanza municipal reguladora de ‘Bienvenida Social y Carta de Cuidadanía’ por acuerdo del Pleno de fecha 3 de agosto de 2017.

En ambas ordenanzas, tanto la de La Gineta como la de El Bonillo, exponen que el motivo por el que se lleva a término la misma es porque “en España se ha producido un gran cambio social e ideológico, desde el reconocimiento a la libertad religiosa a través del artículo 16 de la Constitución Española y este cambio se ha producido en un corto período de tiempo. La tolerancia que ha traído la sociedad democrática comporta el derecho de que los/as ciudadanos/as puedan optar libremente, en función de sus creencias, religiosas o no religiosas, por asumir compromisos personales y celebrar ceremonias y ritos conforme a las mismas”.

Los ayuntamientos “con fundamento en los artículos 10, 14 y 16 de la Constitución Española considera que una de las vías adecuadas para la formación de la ciudadanía activa es facilitar y potenciar la conciencia de pertenencia a su municipio y a su ciudadanía, y el nacimiento es la llegada e incorporación a la comunidad de un nuevo miembro con un conjunto de derechos y obligaciones que como ciudadano le corresponden. Por lo tanto, la ley de bases de Régimen Local resulta conveniente establecer los procedimientos oportunos para celebrar la bienvenida social o recibimiento civil de un/a nuevo/a ciudadano/a al municipio con connotaciones laicas y meramente civiles”. En ambos municipios se reserva esta ceremonia a niños menores de seis años.

Dicho acto de bienvenida social se entiende como una convención social de afirmación de valores y compromisos de igualdad y libertad.

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