TOROS | Ginés Marín tocó pelo y Juan del Álamo dio el susto en la penúltima de la Feria

/Nacho López/Foto portada: Podio/Fotos: Taurino Manchega/

Penúltima corrida del abono albaceteño, con una terna compuesta por Juan del Álamo, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín. Los toros fueron de Alcurrucén y tuvieron unos pesos comprendidos entre los 496 kilos del segundo de la tarde y los 547 del cuarto.

‘Deseasito’ fue el que abrió plaza. Con 501 kilos de peso, herrado con el número 44, nacido en diciembre de 2012 y colorado bragado de capa, fue recibido por Juan del Álamo con el capote y pronto dejó patente el ADN del encaste Núñez, frío de salida se dejó torear lo justo con el capote.

De gris plomo y oro, Del Álamo brindó al público y comenzó su faena de muleta delante del tendido 1 y bajando mucho la franela para comenzar a dar horma al de Alcurrucén y prepararlo para la parte importante de la faena.

Tuvo emoción y buen fondo el toro y Juan del Álamo supo entender muy bien al astado y darle la medida que necesitaba en sus embestidas.

Hubo de cruzarse y ajustarse con el toro más de lo necesario Juan del Álamo y en un descuido fue prendido, recibiendo una tremenda paliza y siendo trasladado rápidamente a la enfermería de la Plaza de Toros de Albacete. Álvaro Lorenzo despachó al astado y continuó el festejo.

‘Profesor’ fue el segundo de la tarde, de capa colorada sarda, nacido en enero de 2013, con el número 147 en los costillares y de 496 kilos de peso. Cornidelantero, algo girón y acaramelado de pitones, el de Alcurrucén metió la cara abajo aunque echó las manos adelante y fue de menos a más durante la lidia.

Perfecto conocedor de la ganadería al ser propiedad de sus apoderados e incluso vivir en las mismas instalaciones donde pacen los ‘alcurrucenes’, Álvaro Lorenzo comenzó su faena dando mucho temple al mansito de los hermanos Lozano, pero le costó mucho abrirle los caminos y la falta de casta del astado afloró con más asiduidad de la necesaria.

Se rajó por completo muy pronto el toro y se fue al portón de chiqueros, obligando a Álvaro Lorenzo a realizar la faena en los terrenos de los mansos. Estuvo muy por encima Lorenzo del toro y le dio el temple que necesitó el astado para que se sintiera cómodo y repitiera, metiéndose entre los pitones del ‘manso agradecido’. Erró el diestro toledano con la espada al caer trasera y muy tendida, perdiendo con los aceros lo que ganó con la franela el hoy ataviado de celeste y oro Álvaro Lorenzo.

En tercer lugar saltó ‘Impetuoso’, de 503 kilos de peso, negro chorreado de capa, herrado con el número 131 y nacido en diciembre de 2012. Salió Ginés Marín a hombros en Madrid con los de Alcurrucén en la pasada Feria de San Isidro y ya demostró con el capote su conocimiento del encaste Núñez y la sangre de los de los Lozano.

Ataviado de verde Princesa Soraya y azabache, Ginés Marín decidió que no hubiera brindis y comenzó su faena de muleta dándole distancia al astado confiando en que pudiera romper a embestir. Tuvo emoción el morlaco, pero Marín demostró lo hecho que está como torero a pesar de su juventud y metió enseguida en harina al cornúpeta.

Rompió el toro para bien y no se cansó de embestir, aprovechando el torero sus buenas condiciones y demostrando que había calado perfectamente las condiciones del de Alcurrucén. Le valió el toro a Ginés Marín y culminó su faena dejando una estocada que hizo doblar al toro a la primera y que permitió al diestro cortar la única  oreja de la tarde tras una fuerte petición.

Tras el intermedio saltó ‘Carabella, de 547 kilos, negro botinero de capa, herrado con el 196 en los costados y nacido en enero de 2013, y a pesar de la tremenda paliza que recibió cuando fue prendido en el primero, Juan del Álamo pudo dar lidia a este ‘Carabella’.

Hizo Del Álamo un esfuerzo tremendo para ponerse delante de la cara del toro después de la paliza en su primero y se le notó mermado con ‘Carabella’. Sosito y al que no había que darle tiempo para pensar, Juan del Álamo embebió en la muleta al poco alegre de Alcurrucén y ahí vinieron los mejores lances de la faena.

Lento de embestida, el diestro hubo de provocarle constantemente para que entrara a la muleta y derrochó valor acompañado de un color de tez más parecido al blanco de las rayas de picar del tercio que a cualquier otro. Erró con los aceros Del Álamo con el astifino cuarto y a pesar del esfuerzo sobrehumano que hizo por estar delante de la cara del toro no pudo conseguir premio alguno.

‘Heredado’ fue el quinto de la tarde y dejó a su paso por la báscula un peso de 541 kilos, mostró capa castaña clara, había nacido en octubre de 2012 y estaba herrado con el número 111. Corretón en los tercios de varas y banderillas, costó sujetar al manso redomado de Alcurrucén y no se cansó de correr circundando el albero albaceteño.

No cambió su actitud el ‘borrico’ de Alcurrucén y hubo Álvaro Lorenzo de comenzar la faena de muleta delante de la puerta de chiqueros tras brindar al público, intentando llevar al toro muy metido en la muleta para que no viera vía de escape alguna hacia las tablas.

Asentadísimo y firme con la muleta, Álvaro Lorenzo fue hilando franelazos y mejorando a un astado que fue creciendo, asombrosamente, conforme avanzaban las tandas y parecía otro toro completamente distinto al de los otros dos tercios. Acertó Lorenzo con la espada, pero el toro tardó en doblar y aunque hubo fuerte petición, la presidencia no concedió el apéndice al matador y hubo de conformarse con dar la vuelta al ruedo.

‘Afanes’ debió cerrar plaza, pero no saltó al ruedo con sus 504 kilos de peso, herrado con el número 113 en los costados, de capa colorada y nacido en mayo de 2013 debido a que no pudo salir de los toriles de ninguna de las maneras que se intentaron ya que se lesionó y tuvo que saltar al ruedo el primero de los sobreros. ‘Valenciano’, también de Alcurrucén, de 505 kilos de peso, negro mulato de capa, herrado con el 155 y nacido en marzo de 2013.

Salió Ginés Marín decidido a abrir la puerta grande tras cortar una oreja en su primero y no se amilanó a pesar del atípico inconveniente surgido este sábado en la Plaza de Toros de Albacete. Picó al astado el padre del matador, Guillermo Marín, y dejó a instancias de su hijo un leve ‘picotazo’ que no hizo prácticamente sangrar al sobrero de Alcurrucén.

Brindó Ginés Marín al público y se fue a los medios a empezar la faena de muleta con un toro que, a priori, tenía muchas más condiciones que los lidiados con anterioridad a pesar de su condición de sobrero. Desgraciadamente, conforme avanzó la faena el toro evolucionó para mal y se fue quedando más y más corto y frenando en seco a mitad de las embestidas. Entendió rápido Ginés Marín que no merecía la pena seguir tragando saliva inútilmente y cortó la faena para coger los aceros y despacharlo después de entrar dos veces a matar y darle un toque de verduguillo.

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