Del CABA a la ACB, la historia de Javier González

/Laura González/Fotos: María Guerrero/

Por Albacete han pasado infinidad de leyendas deportivas, algunas solo estaban de visita, pero otras han nacido aquí y han llevado muy lejos el nombre de la ciudad. Y es que por mucho tiempo que pase, siempre viene bien recordarlas, como es el caso de Javier González, el albaceteño que dio el salto del CABA de Albacete a la liga profesional ACB.

“Pasé de jugar en una liga absolutamente ‘amateur’ a una liga totalmente profesional”, cuenta a El Digital de Albacete el exjugador de baloncesto, quien, a día de hoy, es abogado y reside en Albacete con su familia. Este asegura que le gusta vivir en su ciudad natal porque, además de ser la tierra en la que nació, “en muy poco tiempo ha pasado de ser prácticamente un pueblo a contar con todas las infraestructuras y tener un desarrollo industrial muy importante”, sin olvidar que “es una ciudad mediana muy cómoda y muy bien comunicada con el resto del país”, considera el deportista.

Cómo empezó todo

A pesar de la gran altura de González, que ya desde pequeño apuntaba maneras, comenzó a interesarse por el basket a una edad muy tardía, debido a que cuando él estaba en el colegio todos los niños jugaban a fútbol, y él también. Así que fue a los 17 años cuando decidió iniciarse en este deporte, en un club de amigos llamado PARSA para, después, jugar dos años en el CABA, en Segunda División.

Con respecto a cómo empezó todo a nivel profesional, fue de la manera más inesperada, en 1989, cuando su equipo estaba jugando un partido amistoso contra el Valencia —en un torneo de feria— y el entrenador del grupo contrincante, José Antonio Figueroa, se fijó en él y lo fichó ese mismo año. En cuestión de tres años, con una altura de 2,02 metros, pasó de jugar en una liga local a jugar en la liga profesional ACB, “en el primer contrato ya me pagaban un apartamento, con un sueldazo extraordinario”, revela el exbaloncestista.

Puede parecer duro tomar la decisión de marcharse de casa tan joven, pero para él no lo fue en absoluto: “Yo no decidí nada, porque surgió la oportunidad de que me pagaban un buen dinero, jugaba en un equipo de categoría —el Pamesa Valencia— y en una ciudad que estaba cerca de la mía” así pues, con 21 años se mudó a Valencia y para él fue “como un cuento de hadas”, ya que con el equipo viajaba por toda España y también por el continente, “tuve mucha suerte, en la liga profesional se vive muy bien”, enfatiza González.

Trayectoria profesional

Debido a su prominente altura, Javier González siempre ha ocupado la posición de pívot, en la que afirma haberse encontrado “muy cómodo”. Cabe destacar que comenzó jugando con el 6 a la espalda y, desde entonces, el número lo acompañó todo el camino. Después de jugar dos años en el Pamesa, vivió otras experiencias deportivas en numerosos equipos dentro de la reconocida liga, como son el OAR Ferrol, el Caja San Fernando de Sevilla, el Covirán Granada, el CB Murcia y el CB Fuenlabrada.

Siendo en total 12 años y 6 equipos diferentes los que jugó en ACB, los cuales le proporcionaron la experiencia suficiente para estar en la Selección Española, en el verano del 92, jugando los ‘Juegos del Mediterráneo’. “Vestirte con la equipación de la selección y escuchar el himno nacional antes de los partidos era bastante emocionante”, rememora con emoción, calificando de “increíble” ese año en el que justo un mes después de un campeonato tan importante, contraía matrimonio.

Del mismo modo, el albaceteño tuvo la oportunidad de coincidir en el terreno de juego con numerosas leyendas del basket, “este deporte estaba a punto de desarrollarse en España y dentro de los jugadores españoles yo coincidí con grandes como Corbalán o Romay”, y estrellas internacionales “como Petrovic o Magic Johnson”, precisa el exjugador.

A modo de analogía, entre la ACB de su tiempo y la actual, opina que hace años esta liga estaba llena de gente a la que le apasionaba el baloncesto, el deporte, pero deportivamente eran “menos atletas”, en cambio, ahora todo está “más profesionalizado” en la dedicación, los chicos son unos “portentos físicos, auténticas bestias”, mientras que “nosotros no dedicábamos tanto tiempo a entrenar”, transmite González.

Valores adquiridos

“Estoy seguro de que conseguí formarme como algo más que un jugador de baloncesto, el deporte hace que alargues tus años de juventud, de juego”, asevera, apuntando que los valores que adquieres en un juego deportivo son “únicos”, pues tienes que “compartir estrategias, alegrías y tristezas”, además de “tener un objetivo que cumplir contando con el resto de personas, todos son importantes”, y es que “al extrapolarlo fuera del deporte son valores que se adquieren y que son muy importantes”, ha podido descubrir.

De este mundillo también se lleva a personas muy importantes, “a día de hoy conservo menos amistades del mundo del balón de las que me gustaría, porque el paso del tiempo es inexorable, y las distancias y la falta de contacto hace que poco a poco te vayas alejando, pero sí que mantengo muy buenas amistades”, cuenta convencido.

Actualmente

La casa de González se ha convertido en un santuario repleto de fotos, equipaciones y álbumes que narran todos sus logros —apoyados por recortes de periódicos del momento—, recuerdos inolvidables de esta etapa tan especial de su vida.

Tras finalizar su carrera deportiva, dice haber estado jugando un par de años en un “equipo de aficionados”, pero asegura que tuvo que sustituirlo por otros deportes, como el running o el pádel, porque “en el baloncesto llegó un momento en que mi mente iba más rápido que mis músculos”, con lo cual ya no podía practicar el deporte. Sin embargo, “no lo echo de menos exactamente, es una época que pasó”, sostiene el exjugador.

Albacete Basket

El deportista ha querido poner en valor la actividad del equipo verde, “yo creo que el Albacete Basket tiene un nivel de competición que, en la categoría que juega, proporciona un momento agradable a la gente que vaya a ver los partidos”. Al mismo tiempo, “el Albacete Basket es una referencia para los chicos de Albacete que juegan en categorías inferiores y tienen como meta llegar a ese equipo”. Sin olvidar a los seguidores, “desde que yo jugaba en el CABA, el Pabellón del Parque se quedaba pequeño”, era una afición “increíble” y asegura que es algo, por suerte, se ha mantenido hasta la actualidad.

El Digital de Albacete

Diario digital líder en Albacete con toda la información de la capital y provincia
Botón volver arriba