Unos padres castellano-manchegos denuncian a un restaurante que no informó en su carta de un alérgeno que afectó gravemente a su hijo

Una familia toledana ha denunciado a un restaurante de Santiago de Compostela después de que su hijo de 9 años sufriera una reacción alérgica grave, por la cual podría “haber fallecido”, tras probar una tarta de manzana que se suponía que no contenía la proteína de la leche a la que el niño es alérgico y por la cual tuvo que recibir asistencia médica en un hospital de la ciudad gallega donde llegaron a administrarle adrenalina para sofocar la reacción.

“Normalmente pedimos fruta porque los postres siempre suelen contener leche, pero mi hijo, de 9 años, vio en la carta de postres que la tarta de manzana no tenía así que la pedimos. Ante la insistencia de mi mujer al camarero por saber si estaba realizada sin leche, él le llegó a decir incluso que ‘si no sabía leer'”, relata a Europa Press el padre del menor, José María Pedroche –enfermero de profesión, al igual que su mujer–, sobre este suceso que ocurrió a mediados de julio en “un reconocido” restaurante de Santiago mientras estaban de vacaciones.

Pedroche detalla que la alergia que tiene su hijo, desde que tenía seis meses, a una de las proteínas que contiene la leche es “de las más consistentes” y que “siempre que le hacen la analítica, la reacción de la que le sale es de las peores”.

Tras probar el postre, el niño “comenzó a sentir picores” y volvieron a preguntar al personal del restaurante por la composición del postre hasta que confirmaron que sí tenía como ingrediente “crema pastelera”. El padre del niño recuerda que tuvo que “ir corriendo” al coche a por el antihistamínico que usan en caso de que pueda tener una reacción alérgica, aunque no consiguió mitigar la reacción alérgica.

“Estaba rojo y lo tuvimos que llevar al hospital, donde comenzó a tener dificultades respiratorias, por lo que tuvieron que administrarle corticoides y adrenalina”, ha señalado Pedroche, que afirma que tuvieron que estar unas horas en el centro hospitalario hasta que fue dado de alta. Finalmente, todo quedó “en un susto”, pero el padre del menor asevera que esta reacción y la dificultad respiratoria que conlleva, si no es controlada, podría “causarle la muerte”.

Por ello, la familia toledana decidió poner una reclamación al establecimiento, un trámite que ha tenido que realizar a través de la Asociación castellano-manchega de Consumidores y Usuarios Consumuss, que ha tramitado la reclamación sanitaria a la Junta de Castilla-La Mancha, para que sea derivada después a la Xunta de Galicia y tome las medidas oportunas que podrían suponer una sanción al establecimiento, según ha explicado a Europa Press la directora de Consumuss, María José Sánchez.

“NOS GUSTARÍA QUE LOS MANIPULADORES TUVIERAN MÁS CONCIENCIA”

En este sentido, Pedroche afirma que el interés de la familia en denunciar esta situación “no es económico” sino de “concienciación”. “Nos gustaría que nos los manipuladores de alimentos tuvieran más conciencia. No es tan difícil poner correctamente los alérgenos”, reclama el padre del menor afectado.

Asimismo, ha adelantado su intención de crear una página web en la que enumerar la lista de establecimientos que detallen “una información correcta” de la elaboración de platos que puedan contener algunos de los 14 alérgenos, desde el año 2013, los establecimientos hosteleros han de incluir en la carta de sus menús.

“Por ley tiene que venir la carta de alérgenos, donde indica lo que contiene cada alimento. Aunque lo pongan en las cartas, lo preguntamos porque la gente no tiene mucho conocimiento sobre el tema. La respuesta de muchos camareros es que no tiene gluten”, sostiene Pedroche, que añade que tras este suceso, no han ido a ningún restaurante más y que el niño “tiene miedo de tomar algo de leche y que le pase algo”.

7 DE CADA 10 REACCIONES ALÉRGICAS GRAVES, FUERA DE CASA

La directora de Consumuss alerta también de que “hay una incorrecta inclusión de los símbolos de los alérgenos en las cartas de numerosos establecimientos hosteleros, probablemente por desconocimiento de estos, por la escasa formación del personal de mesa y, lo más grave, que la Administración no controla ni inspecciona suficientemente la inclusión de esta simbología”.

“El caso de esta familia toledana nos da una idea de las consecuencias que puede tener una información errónea, por eso queremos poner el punto de atención para que los establecimientos hosteleros sean responsables con respecto a los alérgenos que contienen los alimentos que preparan y, además, su personal tenga la formación adecuada al respecto”, matiza María José Sánchez, que apunta que se trata de “un tema preocupante” ya que “7 de cada 10 reacciones alérgicas graves ocurren cuando la gente está fuera de casa”.

“Es importante prestar atención a este asunto todo el año, pero más aún en época estival, que es cuando salimos de vacaciones y comemos fuera con más frecuencia”, señala Sánchez, que explica que existen 14 alérgenos que “deben etiquetarse incluso en los alimentos que se venden a granel, lo cual significa que se debe informar a los consumidores, que sean fáciles de identificar”.

Estos 14 alérgenos, según la Unión Europea, son: gluten, crustáceos, moluscos, pescado, huevos, altramuces, mostaza, cacahuetes, frutos secos, soja, sésamo, apio, leche y anhídrido sulfuroso.

Así, la directora de Consumuss indica que “las grandes cadenas y franquicias si tienen una carta de alérgenos bastante completa” y que, en cambio, en los restaurantes “más pequeños, con una carta que varía con mayor frecuencia” es más complicado encontrar una información adecuada sobre estos alérgenos, a pesar de que “sí hay establecimientos que están más concienciados”.

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