/Fotos: Javi Romero/
El mundo del toro vive conmocionado por la trágica muerte del torero Iván Fandiño tras ser cogido por “Pobrechito”, un toro de Baltasar Ibán en la pequeña localidad francesa de Aire-Sur-l’Adour.
Fandillo fue un torero forjado así mismo, sin ayudas y sin tradición taurina en su familia. Este vasco llegó a destacar como pelotari cuando aún era un adolescente, pero pudo más su afición a los toros, tanto como pare llegar a enfrentarse a un problema de sobrepeso para poder vestirse de luces, algo que que hizo por primera vez en Llodio en 1999, y debutó con picadores en su pueblo natal, Orduña (Vizcaya), en 2002.
Cortó una oreja en su presentación en Madrid, el 12 de septiembre de 2004, casi un año antes de que tomara la alternativa en Bilbao el 25 de agosto de 2005, con El Juli como padrino y Salvador Vega como testigo. En 2011, hizo el paseíllo en Madrid en cuatro ocasiones, cortó cuatro orejas y fue declarado triunfador de la feria de San Isidro. En 2013, fue premiado como autor de la mejor faena del ciclo madrileño y al año siguiente abrió la Puerta Grande de Las Ventas el 13 de mayo.
Iván Fandiño vivió hasta 2015 sus años de grandeza, en los que se convirtió en un torero imprescindible en todas las ferias.
Albacete no podía ser una excepción, y a pesar de no estar acartelado en un primer momento, Fandiño hizo su último paseíllo en ‘La Chata’ un 16 de septiembre de 2014 sustituyendo a un lesionado Alejandro Talavante. Corrida mixta, en la que compartía terna con Ventura a caballo y Enrique Ponce a pie. No tocó pelo esa tarde, la que sería a la postre la última en la que se pudo ver al vasco torear en Albacete
Así se lo contó Esther Sotoca para El Digital de Albacete en la crónica de la novena de abono del 2014.
LA CRÓNICA DEL ÚLTIMO PASEÍLLO DE FANDILLO EN ALBACETE
Una hora antes de comenzar el festejo cayeron unas gotas en Albacete y según las previsiones la amenaza de lluvia se mantenía durante la tarde. La corrida mixta empezó fría, muy fría, ya que la falta de fuerza de los toros no ayudó a que la gente entrará en calor. A partir del cuarto cambió la historia y Ventura subió las temperaturas. El jinete cortó dos orejas después de una gran labor en la que maravilló al público con sus caballos. Con Ponce en el quinto no bajaron, ya que el de Chiva hizo una faena de gran maestría, y de haber dejado una buena estocada podría haber cortado las dos orejas. Sin embargo, Iván Fandiño no tuvo opciones para mantener la buena temperatura.
Ventura logró meter a la afición albaceteña en la tarde con el segundo de su lote del hierro de Carmen Lorenzo. Lo esperó en la misma puerta de chiqueros con ‘Cigarrera’ y lo paró con una garrocha, algo que no es habitual ver en el rejoneo. Lo toreó en terrenos muy cortos, siempre llevando los pitones muy cerca del caballo. Templó en banderillas con ‘Milagro’ y ‘Remate’, que protagonizaron grandes momentos mientras subían las temperaturas. El rejón de muerte cayó trasero, pero fue efectivo y paseó las dos orejas entre la calurosa ovación de la afición. En el primero de la tarde también tuvo una digna actuación, pero el de Los Espartales fue más parado y lució menos. Aún así dio un gran espectáculo con ‘Nazarí’ y ‘Morante’. Este último recibió los aplausos del respetable por los mordiscos que le dio al toro haciendo gala de su valentía. Falló con el rejón de muerte y todo quedó en una ovación, sin que la gente se hubiera quitado la chaqueta.
Enrique Ponce no dejó en el quinto que la temperatura bajara. Cuidó mucho al toro de Juan Pedro Domeq, que fue noble y tuvo buena condición pero le faltó fuerza. Lo saludó con el capote con verónicas muy estéticas. Con la muleta le dio tiempos y encontró las medidas perfectas para que el toro llegara al final de la faena con tandas cortas pero muy ligadas. Lo toreó siempre muy compuesto, con una gran técnica y sin obligarle en exceso. Con todo esto surgieron los muletazos marca de la casa por el derecho, pitón en el que basó la faena. La temperatura estaba alta y fue una pena que dejará una estocada caída porque hubiera conseguido dos orejas en lugar de una. Además en el tercio de banderillas quien también ayudó en la calentura fue el torero de plata albaceteño Mariano de la Viña, que se desmonteró tras dos buenos pares.En segundo lugar saltó el sobrero del El Torreón, ya que el de Juan Pedro Domeq tuvo que ser devuelto por la falta de fuerza. Tampoco anduvo sobrado el que se lidió y no dio demasiadas opciones a Ponce, ya que cuando intentaba ligar las tandas al tercer muletazo perdía las manos. No alargó su labor y tras pinchar escuchó palmas. Por lo menos el valenciano no se fue con la espina clavada de no haber calentado al público.
Quien sí se fue así fue Fandiño, que ni frío ni calor. El primero de su lote también estuvo justo de fuerza y le faltó fondo. Con disposición lo intentó por ambos pitones y puso él todo, pero no tuvo colaborador y la faena no tomó vuelo. Falló con la espada y el resultado fueron palmas. El público estaba frío e igual estuvo en el que cerraba plaza, otro morlaco de Domeq soso y sin entrega que se quedaba muy corto en las embestidas. Sin poder acoplarse, a pesar de los intentos, la faena no llegó a los tendidos y abrevió. Lo despachó de una buena estocada y un descabello. Saludó una ovación, pero el calor ya se había ido.
Hay tardes que se ponen muy difíciles por la frialdad del público. Y cuando los toros no ayudan todavía es más. Diego Ventura tuvo la capacidad para poder reconducir la situación. Lo hizo con un buen toreó a caballo que divirtió al público. Así logró calentar Albacete en tarde, en principio, desapacible.
Plaza de toros de Albacete. 16 de septiembre. Novena de abono. Casi lleno. Toros de Los Espartales (1º), Carmen Lorenzo (4º), Juan Pedro Domecq (3º, 5º y 6º) y El Torreón (2º bis), para:
Diego Ventura: ovación y dos orejas.
Enrique Ponce: palmas y oreja.
Iván Fandiño: palmas y ovación con saludos.
