/Sandra Manzanares/Fotos: María Guerrero/
A las cinco de la tarde nos encontramos con el cartel de “completo” en las Bibliotecas Municipales de la ‘Posada del Rosario’ y ‘Los Depósitos del Sol’, una circunstancia que para los estudiantes y opositores albaceteños refleja la “saturación” de este servicio público, pero no solo eso, sino que los jóvenes reclaman la implantación urgente del horario extraordinario, que otros años por estas fechas ya se había puesto en marcha.
Tiempo de exámenes en universidades, alumnos preparando la PAEG y opositores memorizando temas ante la inminente llegada de sus respectivas pruebas. Un panorama que aumenta la afluencia de usuarios en las bibliotecas conforme se aproximan las fechas más señaladas y para lo que “no se está obteniendo la respuesta adecuada”. Y es que, como nos cuenta Ana Belén, estudiante de ADE, “venimos a la biblioteca a echar todas las horas que podamos”, pero este año, se han encontrado con que todavía no se ha implantado el horario extraordinario, algo que “ya se debería haber hecho”.
Cabe recordar que el horario extraordinario permite que, durante las épocas de exámenes, las dos bibliotecas que ofrecen esta posibilidad, las anteriormente citadas y cuyo horario de apertura es de lunes a viernes de 8:30 a 21:30 horas, amplíen su franja horaria hasta las 2:30 de la madrugada los días de diario, mientras que los fines de semana abrirían de 8:30 a 21:30 horas, y no estarían cerradas como el resto de meses.
Tour de Bibliotecas
Como recuerda Rosendo, de 24 años y ya titulado en Psicología, “siempre ha pasado lo mismo”, reflejando que “se deberían facilitar más bibliotecas en las fechas y horarios más demandados para que se puedan cubrir las necesidades”. Además, el albaceteño lamenta el “sufrimiento” que supone ir a la biblioteca, ya que a las 15:30 horas de la tarde ya quedan pocas mesas libres, por lo que “tienes que comer rápido en casa y venir corriendo” para, continúa, “llegar, hacer cola y casi matarte por un sitio”.
Algo en lo que coincide Mar Sánchez, opositora de la misma edad, añadiendo que no siempre se encuentran mesas disponibles, momento en el que comienza el “Tour de las Bibliotecas”, que no pocas veces acaba con el retorno a casa, ya que “es imposible llegar a las cuatro de la tarde y encontrarte un sitio”, indica. En este punto, destacar que ‘Los Depósitos del Sol’ cuenta con 216 puestos y ‘La Posada del Rosario’ con 166.
Recorte de horarios
A la saturación de las salas y a la incertidumbre sobre la implantación del horario extraordinario en este curso, hay quiénes como Marina, de 27 años y opositora de Magisterio, señalan que cada vez “recortan más en horas”, pues de cerrar habitualmente a las 22:00 horas, ‘Los Depósitos del Sol’ lo hacen actualmente a las 21:30 horas, retrasando, además, en media hora su apertura matinal. En este sentido, Marina señala que, para los que como ella trabajan, estas circunstancias “no le dejan organizarse”, a lo que Mar concreta que “hay gente que no sabe estudiar o no puede en casa y necesita un espacio en el que poder concentrarse y si no les damos la oportunidad, no sacaran sus estudios adelante”.
Situación que se complica los fines de semana, pues “un sábado por la tarde no puedes ir a estudiar a ningún sitio”, excepto a lugares privados como ‘El Ateneo’ o la Biblioteca de la UCLM, para la que, aunque pública, se requiere carnet. Una serie de condicionantes que ponen “trabas” a estudiantes como Ángel, de 28 años, que actualmente está preparando su oposición para policía y que ha querido poner en relieve la “necesidad” de la ampliación de horarios también en fines de semana; o Alicia, de 26 años, y opositora de Magisterio de Inglés, que compagina el trabajo con los estudios, y que solicita más lugares para el estudio.
A todos ellos se suman Raquel de 17 años, y estudiante de 1º Bachiller, que lamenta la “reducción” de las horas de estudio y el estado de unas salas “muy saturadas”, igual que opina María José, de 20 años, y alumna de ADE, que augura unos meses complicados si no se ponen soluciones a una demanda de los usuarios que no es nueva, sino que sucede año tras año, por lo que “no entienden” que el Ayuntamiento les lleve al límite.
