Durante la fría y lluviosa mañana de ayer tuvo lugar en dicha localidad albaceteña el entrañable acto de plantación de un olmo resistente a la grafiosis (Ulmus minor), producto de un largo programa de investigación realizado por la Universidad Politécnica de Madrid en colaboración con la Fundación Soliss y de su convenio de colaboración con el Ministerio de Agricultura. Villamalea cuenta ya con este singular ejemplar producto de las gestiones de la concejala Cesa Borja.
La plantación se ha realizado en la Avenida San Agustín y en breve plazo se colocará también un rulo de era, intentando reproducir el ambiente que acompañaba a estos árboles.
Al acto asistieron distintos representantes de las distintas asociaciones invitadas y se contó con la presencia entre otros de alcalde, concejales, así como con Juan María Lledó y Eduardo Sánchez Butragueño en representación de Seguros Soliss.
Después de la plantación del ejemplar y en la Sede de la D.O. Manchuela se presentó a través de un acto el programa Olmo, así como la asistencia a una interesante charla por parte de Sergio Sánchez Tercero, representante de nuestro de un vivero de Villamalea, que acercó a los presentes con gran sentimiento la íntima relación que desde el neolítico ha presentado el olmo y el hombre. Este entrañable árbol ha sido domesticado en ciudades y pueblos y ha pasado de lugares cercanos a corrientes de agua, a nuestras calles. Un árbol que se ha adaptado a terrenos compactos y que bajo su sombra ha sido un estupendo de encuentro de personas.
Su madera se ha venido utilizando en ebanistería y carpintería, para utensilios de cocina, en construcción naval, para distintas piezas de carros y aperos, en los muelles portuarios, en tonelería, construcción de viviendas, se han hecho dientes de engranajes de antiguos ingenios, ha servido para ramoneo, como productor de setas….En la antigüedad se usaba a modo de cañería en forma de troncos cortos perforados que se han conservado perfectamente hasta nuestros días.
Las legiones romanas lo introdujeron en todo su imperio como tutor para la viña. De ahí la expresión: “No le pidas peras al olmo” es mucho pedir, pero uvas sí”.
La población del olmo ha desaparecido en más de un 80% a nivel mundial, debido a una enfermedad denominada grafiosis (ceratocystis ulmi), que recibe este nombre porque en el tronco de los ejemplares muertos aparecen como unos dibujos (gráficos) producidos por las larvas de un escolítido (escarabajo) que lleva asociado un hongo que tapona los vasos que conducen la savia, ocasionando la muerte de grandes ejemplares de este árbol.
El proyecto desarrollado por la Universidad politécnica de Madrid junto con otros organismos ha consistido en buscar individuos resistentes a la grafiosis, generándose un protocolo de examen de resistencia y obteniéndose al final 7 ejemplares con una resistencia muy elevada a esta fatal enfermedad a partir de los cuales se han reproducido árboles como el que hoy hemos plantado.
Como curiosidad, el responsable del vivero explicó que está demostrado que las plantas oyen sin tener oídos y que en un experimento de dos plantas iguales colocadas en las mismas condiciones en dos macetas cercanas, a una de las cuales se le ha puesto un sonido de una corriente de agua, ésta ha aguantado mucho más tiempo viva porque ha desarrollado un sistema radicular más potente.
