El gerente de una empresa de instalaciones eléctricas se enfrenta a 3 años y medio de cárcel acusado de un presunto delito contra los derechos de los trabajadores sobre prevención de riesgos laborales, por el que se establecen disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, con un delito de homicidio imprudente. La cita con la Justicia será este viernes, 24 de marzo, en el Juzgado de lo Penal Tres de Albacete.
Acusación
El escrito de acusación del fiscal, al que ha tenido acceso El Digital de Albacete, señala que el acusado, gerente de una empresa de instalaciones eléctricas con domicilio social en La Roda (Albacete), “siendo dicho acusado la persona encargada de diseñar cómo se iban a realizar los trabajos a cuyo efecto visitó una semana antes la nave donde ocurrió el siniestro, en La Roda, para ver cómo se tenía que ejecutar el trabajo. La misma mañana en que se produjo el accidente acompañó a sus trabajadores al lugar donde debían realizar su tarea dándoles las instrucciones que consideró pertinentes sobre el modo de acometer los trabajos”.
En dicha empresa de instalaciones eléctricas, dicta el fiscal, “el trabajador fallecido prestaba servicios, desde 2006 como electricista, oficial de 1a”, insiste además en que el acusado “era conocedor de las labores que realizaban cada uno sus trabajadores, de las condiciones en que se desarrollaban las mismas y la formación que tenían”.
El día de los hechos el acusado, explica el fiscal, “se ausentó del lugar en que sus trabajadores desempeñaban sus funciones, permitiendo que las labores se realizaran sin su dirección y control”.
Sobre las 09:45 horas del 3 de septiembre de 2012, la víctima junto a otro compañero, incide el escrito de la Fiscalía, “estaban desempeñando las funciones propias de su oficio, en la citada nave en La Roda propiedad de otra persona, quien había contratado la realización de los trabajos necesarios para la modificación de la instalación eléctrica de la nave con la empresa del acusado. El trabajador que resultó fallecido, en el momento de acaecer los hechos estaba marcando el nuevo trazado de la instalación eléctrica, a unos 4 metros de altura desde el suelo, y realizando los taladros para colocar las abrazaderas para su instalación”.
Para la realización de los trabajos descritos, detalla el fiscal, “el trabajador fallecido se situó a una altura aproximada de 2’80 metros, momento en que se produjo el accidente por caída a distinto nivel al interior de una oficina, atravesando el altillo de poliestireno. El trabajador no llevaba anclado arnés, ni consta que llevase puesto cinturón de seguridad ni casco de protección. No se utilizó más medio auxiliar para acceder a la altura aproximada de 2’80 metros que una escalera de mano sin anclar a la parte superior”.
“El acusado a pesar de conocer los trabajos que debían desarrollarse no planificó la operación, ni consultó con el servicio de prevención ajeno sobre cómo podía realizarse el trabajo de una forma segura”. La formación recibida por el trabajador accidentado, asegura el fiscal, “era insuficiente puesto que no fue específica (salvo en electricidad, se recibe una formación de carácter general) ni periódica, no encontrándose en la evaluación de riesgos procedimientos de trabajo relacionados con el caso concreto”.
A consecuencia del accidente, explica el escrito fiscal, “la víctima sufrió traumatismo craneoencefálico grave con fractura craneal, lesiones de extrema gravedad que le produjeron la muerte. Falleciendo cuatro días después de haber sido hospitalizado. Tenía esposa y cuatro hijos mayores de edad”.
