/Sandra Manzanares/
El descenso de seminaristas provocó la desaparición del Seminario de Albacete hace poco más de una década. La bajada paulatina en el deseo de los jóvenes de dedicarse a la Iglesia se viene apreciando desde años atrás y, según el rector del Seminario Diocesano Orihuela-Alicante puede estar vinculada con el carácter “secularizado” de la sociedad en la que vivimos.
Los alumnos del centro albaceteño se encuentran confinados en el Seminario Orihuela-Alicante, donde continúan su formación académica. Unos estudios complejos que requieren como mínimo seis años de aprendizaje, a los que habría de sumarle dos si los seminaristas optaran por completar su formación con la licenciatura, más otro del doctorado, que exige la tesis.
En el ‘Día del Seminario’, que se celebra este domingo 19 de marzo, nos remontamos al 2.005, cuando solo quedaban 5 seminaristas en la Diócesis de Albacete, lo que desembocó en el fin de la actividad académica que llevaba instalada en nuestra ciudad desde 1.953. Más de medio siglo de tradición interrumpido que podría estar relacionado con que el hecho de que “antes el ambiente era tradicionalmente religioso”, señala Ortuño, añadiendo que en la actualidad existe más laicismo y menos cristianos convencidos.
Aun así, Ortuño refleja que el número de alumnos se está manteniendo, acercándose a los 10 en la institución alicantina. Lo que ocurre es que hoy en día, lo “no religioso arrastra a mucha gente” por lo que se podría hablar de una juventud “líquida” amoldada a la comodidad. En relación a ello, el rector destaca que “si uno no es cristiano primero, difícilmente puede ser sacerdote después”, por lo que hay quienes inician los estudios pensando que “era otra cosa”. En el Seminario, detalla Ortuño, “se cultiva la dimensión humana, espiritual, comunitaria y la pastoral”, señalando a su vez que hay unos objetivos que van más allá de las calificaciones obtenidas por los estudiantes ya que, “cada día se aprecia como es cada cual”.
La Iglesia, ¿en peligro?
Este descenso de seminaristas y el creciente laicismo de la sociedad no tendría que implicar un riesgo para la Iglesia, pues “siempre ha tenido contracorrientes”. Sin embargo, el rector ha hecho referencia a que, en ocasiones se “ridiculiza” a los cristianos, a la Iglesia e incluso las cosas “más sagradas”, algo que hace también gente que ha sido bautizada, pero que “nunca llegaron a saber qué es ser cristiano”. Así lo demuestran comportamientos como los ocurridos en el Carnaval de Canarias de este año. Actuaciones que “no harían con su madre o su padre si fueran cristianos convertidos y convencidos”, sentencia.
Por ello, “si tuviéramos un poco más de valores en nuestra formación y no tuviéramos una vida tan superficial” no tendrían lugar ciertas situaciones que, por otra parte, se extrapolan al conjunto de la sociedad en ámbitos como la educación y la política. De esta manera, Ortuño ha lamentado que el cristianismo “siempre haya sufrido persecución de una u otra forma” y es que, “si no tenemos unos valores mínimos difícilmente podemos respetar”. Así, y en el ‘Día del Seminario’ como contexto, se reivindica la incorporación de valores firmes en pos el crecimiento espiritual.
