El padre acusado de abusar de su hija en Albacete niega los hechos: “nunca la he tocado, antes muerto”

El padre acusado de abusar en reiteradas ocasiones de su hija menor de edad, cuando ésta contaba con 5 años, ha negado los hechos ante la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Albacete, asegurando que “nunca la he tocado: antes muerto”.

El juicio, que se ha celebrado este martes, en la sección Segunda de la Audiencia, ha quedado finalmente visto para sentencia, y el representante del Ministerio Público ha solicitado de manera definitiva para el procesado 6 años de prisión por un delito de abusos continuados a su hija, mientras que la defensa ha pedido la libre absolución.

El hombre ha explicado al Tribunal que tras el divorcio pasaba fines de semana alternos con sus hijos, hoy de 9 y 7 años de edad respectivamente, y que en los meses anteriores a la denuncia, en 2014, vivía con sus padres por lo que los niños tenían una habitación con cama nido para ellos, y otra para él. Ha negado que durmiera en el mismo cuarto ni que se metiera en la cama de su hija.

A preguntas de la Fiscalía, no ha sabido explicar el porqué de la denuncia, asegurando que “nunca” ha dormido con los niños. Asimismo, ha testificado que conocía que la niña tenía picores “en sus partes” y que en una ocasión “le diagnosticaron cistitis y le recetaron unas cremitas”.

A preguntas de la defensa, el acusado ha explicado que el fin de semana objeto de la denuncia –el del 16 de enero de 2015– se quedó su sobrina con ellos porque le gustaba estar con sus hijos. “Duermen los tres juntos; las dos niñas juntas”. Él, ha asegurado, estaba pasando una etapa de depresión, ansiedad y “no tenía ganas de nada, sólo de dormir y llorar”.

SU PADRE LE TOCABA

El testimonio de la víctima se ha escuchado en la Sala a través de una grabación, concretamente la declaración judicial que en instrucción realizó la niña. En la cinta se podía escuchar a la menor admitir que su padre dormía en la cama de arriba, con su hermano, en la misma habitación que ella, y que “algunas veces” lo hacía con ella. En esos momentos, “le tocaba con el pijama puesto”.

Ella, segúnha relatado, se hacía la dormida, “no le decía nada”, y se ha podido escuchar que no quería volver a ver a su papá “porque se porta mal”.

Por su parte, la exmujer, madre de la niña que denunció en Comisaría los hechos el 31 de enero de 2015, ha relatado que fue un acto entre los niños lo que desató la alarma. Ha contado que los niños se acostaban juntos en la misma cama cuando estaban con ella. “Vi que mi hijo se colocaba encima de mi niña con su mano en las partes de la hermana, por encima de la ropa; y ella, sin moverse”.

Cuando les recriminó la actitud, el niño “se giró y se puso a llorar” y la niña le dijo al oído “que su padre lo hacía y le tocaba sus partes”. Ha asegurado que no se lo había contado antes porque el hermano le decía que no lo hiciera y le amenazaba con rajarle, o “reventarle la cabeza”.

Otro de los hechos que alertaron a la madre fue la queja de la menor respecto a que “le picaban sus partes”. “Cada vez que se iba con él, venía con esa queja. Ella no quería que la tocáramos, ni que le pusiera la ropa ni que le acompañara al baño”. Además, ha dicho, los niños “venían siempre muy cansados, con muchas ojeras, de mal humor”.

La amiga de la madre que se quedaba con los niños por las tardes mientras ésta trabajaba ha ratificado en la Sala los argumentos de la denunciante. “La niña tenía que ir sola al baño, siempre estaba subiéndose el pantalón”. En una ocasión, ha contado, vio cómo su hermano se ponía encima de ella, con las manos sobre sus genitales. “La niña me dijo que eran unos juegos que hacía con su padre, que su padre la despertaba a media noche, no le dejaba dormir y le tocaba el toto”, ha relatado.

En el juicio han declarado dos hermanas del acusado. Una que lo denunció por abusos sexuales cometidos contra su hija, y cuya sentencia, en contra del acusado, está recurrida. Esta ha asegurado que cuando iba a casa de sus padres, “los niños siempre iban desnudos”.

La otra hermana  ha testificado a favor del procesando, asegurando que ella misma ha sufrido a la edad de cinco años abusos sexuales y “sientes dolor, no quieres ver a esa persona”, y ha añadido que esa actitud no la ha visto en su sobrina. “Al contrario, están con él que lo adoran, preguntan por su papi; es pasión y admiración lo que sienten por su papi”.

También ha añadido que pasó muchos días en casa de sus padres, con sus sobrinos y su hija, porque iba a ser operada de un tumor y que si hubiera visto algo le hubieran “faltado pies para poner medios”, ha aseverado.

Para los peritos que han testificado en la vista oral, el relato de la niña es “compatible” con el abuso sufrido. “Es coherente, poco estructurado, lo que da indicios de veracidad”. La menor “no ha sufrido afectación traumática”, aunque “manifiesta tensión corporal y gesto serio al hablar del padre”.

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