/Sandra Manzanares/
Un 30% de las defunciones de la provincia de Albacete son provocadas por enfermedades del aparato circulatorio, incluidas las del corazón y los infartos cerebrales. Esto coincide con la media nacional, que sitúa a las patologías cardiovasculares como primera causa de muerte en España por encima del cáncer y de las enfermedades del sistema respiratorio, según informa el Instituto Nacional de Estadística.
Con el objetivo de que la población conozca los riesgos de estas enfermedades y de trasladar la importancia de adoptar unos hábitos saludables, la Federación Mundial del Corazón en colaboración con la Organización Mundial de la Salud fijó el 29 de septiembre como el ‘Día Mundial del Corazón’.
Teniendo en cuenta que 3 de cada 10 muertes en Albacete están relacionadas con el aparato circulatorio, cabe destacar que las tipologías más frecuentes son el infarto de miocardio, que afecta a los hombres, y el infarto cerebral, el conocido como ictus, que se produce más en mujeres. Este es un dato epidemiológico del que se desconoce la causa, explica el director de la Unidad de Gestión Clínica de Cardiología – Área del Corazón, ACOR, de la GAI de Albacete, Carlos Lafuente, pero lo cierto es que está relacionado con el perfil de paciente que acude a las consultas de cardiología.
Así, el doctor Lafuente apunta que el paciente generalizado es el varón de alrededor de 55 años, que sufre infarto agudo de miocardio, puntualizando que “a mayor edad hay más probabilidad de la aparición de la enfermedad” que, aumenta cuando el paciente desarrolla factores de riesgo tales como hipertensión, diabetes, altos niveles de colesterol o el hecho de ser fumador.
Cómo proteger el corazón
En este sentido, el cardiólogo de la GAI de Albacete, recuerda que se ha conseguido reducir la mortalidad en las enfermedades cardiovasculares, pero las incidencias “cada vez van a más, cuando con unas simples medidas de prevención podríamos salvar muchas vidas”.
Para ello, habría que controlar los factores de riesgo cardiovascular que, además de los citados anteriormente de hipertensión arterial, colesterol, diabetes y tabaquismo; el doctor Lafuente amplía al sedentarismo, que conviene eliminar a través de una actividad física regular, que, “sin hacer grandes esfuerzos”, supondría caminar 30 minutos diarios.
Todo esto unido a una alimentación cardiosaludable que evite las grasas saturadas, el exceso de sal o de azúcar refinado, y que incorpore más frutas y verduras, así como la reducción de la ingesta de bebidas alcohólicas, “ayudaría a disminuir la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular”.
Sin embargo, hay estudios que demuestran que el vino tinto “genera cierto efecto protector” en las personas que han padecido algún infarto de miocardio, por lo que su consumo en “cantidades pequeñas” puede resultar beneficioso.
Unidad de Rehabilitación Cardiaca
En cuanto al futuro de la cardiología en nuestra ciudad, el director de la Unidad de Gestión Clínica de Cardiología, explica que desde la dirección médica están tratando de poner en marcha una iniciativa para ayudar a los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio. Así, Lafuente señala que la creación de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca es una “asignatura pendiente” que facilitaría a los pacientes reincorporarse a la vida laboral, controlando los factores de riesgo una vez que han salido del hospital, y reducir posibles ingresos posteriores.
Y es que, para el doctor, esta función contribuiría, sobre todo a orientar a personas jóvenes en cuanto a estilo de vida y ejercitación, revisando durante unas semanas su estado, además de ofrecer al paciente un apoyo que psicológicamente le haría “superar más rápidamente el haber sufrido un infarto”.
En definitiva, y como apunta el doctor Lafuente, hoy tenemos la oportunidad de disminuir e incluso borrar el impacto futuro de las enfermedades del corazón con unos hábitos saludables y unas “sencillas medidas de prevención”, que, no solo contribuyen a mejorar la calidad de nuestros días sino que pueden salvarnos la vida.