/ Llanos Esmeralda García / Fotos: María Guerrero /
El Grupo de Folklore Abuela Santa Ana realiza un trabajo de archivo recuperando cantos y bailes populares por toda la geografía española. Pero lo más curioso de este grupo es el trabajo que realizan de investigación de la indumentaria más tradicional que conformaba el atuendo de nuestros antepasados. Dentro de la programación de los actos de la Feria de Albacete ha tenido lugar, por segundo año consecutivo, el acto de exaltación a la indumentaria manchega. “Con este acto se tiene la oportunidad de admirar auténticas joyas del vestir popular de nuestra tierra permitiéndonos conocer más correctamente como se vestían nuestros antepasados”, ha matizado a El Digital de Albacete el presidente del grupo de Folklore Abuela Santa Ana, Alberto Montesinos.
A la cita no ha faltado el alcalde de la ciudad, Javier Cuenca, quien ha resaltado que la Feria de Albacete es “una feria de todos y para todos” y donde ha dicho que “los verdaderos protagonistas son los albaceteños y cada uno de los colectivos que hacen la programación de nuestra querida Feria para que se pueda convertir en una feria única y especial”, como único y especial ha incidido el primer edil es “el magnífico desfile que vamos a disfrutar y con el que vamos a descubrir las grandes bondades de los trajes de los manchegos que existen en Albacete, así como saber cómo vivían nuestros antepasados”, una labor que ha remarcado Cuenca “se la debemos al grupo Folklore Abuela Santa Ana para hacer posible y contribuir a que nuestra Feria sea una Feria muy grande”.
Un museo en la calle, ésta ha sido la ocasión perfecta para ver la diversidad de prendas populares de nuestra tierra principalmente del s.XIX, “tratamos de enseñar y de informar a las personas que están interesadas en cómo eran las prendas de nuestro vestir gracias al trabajo de campo que venimos realizando por pueblos y familias”, detalla Montesinos, además como novedad este año insiste en que los asistentes verán prendas de tapar, como pañuelos y mantones. “Pensamos que era el momento oportuno para enseñar y mostrar esas prendas y que la gente sepa con qué se vestían nuestros antepasados en momentos de frío, cómo se los ponían y qué tipos de pañuelos había, sobre todo mujeres: aquellos que se ponían los mantones de hombro o pañuelos de tapar”, entre los que resalta Montesinos han encontrado “los cuadrados, los de capucha y los mantones célebres de 8 puntas” así como de enseñar otras prendas de vestir tradicional.
Para estos días grandes el presidente del grupo folklórico sugiere que en un momento importante como puede ser la cabalgata de Feria o el día de la Ofrenda de Flores aquellos que quieran vestirse de manchego “deberían ir correctamente ataviados con un traje tradicional y que todo el mundo conoce; por ejemplo para el hombre es imprescindible llevar calzón negro, chaleco y además calzados como esparteñas, albarcas o zapatos de hebilla; más concretamente debería de llevar en su interior camisa de lienzo y calzón para debajo del pantalón, calcetas lisas si calza zapato y lisas o de listas para la esparteña o albarcas de zarria. La faja, bien recogida, el chaleco, pequeño y ajustado al cuerpo. El hombre siempre cubrirá la cabeza con pañuelo. Sobre la faja una realera bordada y el sombrero calañes, y como prenda de abrigo el hombre utiliza la capa o manta”. En cuanto a la vestimenta de la mujer, detalla Montesinos, hacen mucho hincapié en que vistan con un buen refajo y unas buenas enaguas que ahuequen esta prenda tan vistosa, pero matiza que “los hombros siempre deben de ir cubiertos por un pañuelo bien de seda o de algodón”; parte de esa indumentaria tradicional en la mujer era el peinado “no estaba bien visto en ninguna mujer decente no ir con el pelo recogido, bien con un moño redondo, con un moño de picaporte que se realiza como una pleitea, o bien con el de los tres moños”.
En el atuendo de la mujer parte de “una camisa de interior, calcetas hasta la rodilla con zapato o esparteña, sobre estas prendas se colocan las enaguas. El cuerpo irá con una armilla, también pueden vestir justillo envarado donde las mangas de lienzo que lucirá serán las de la camisa. Aunque una de las prendas más importantes del atuendo femenino es el refajo y el delantal”, insiste Montesinos en que para ir correctamente vestida “siempre hay que colocar un pañuelo y para protegerse del frío se gastaban grandes pañuelos de merino, colocados en pico o rectangulares”.
El atuendo popular permaneció inalterable y siempre estuvo arraigado a la tradición, mostrando un fuerte sentimiento castizo. De tal forma que gracias a los tejidos naturales no daban calor ni pasaban frío, sin embargo matiza Montesinos, “con la ropa que utilizamos hoy en día como está compuesta en su mayoría por fibras los cambios de temperatura son notorios”.
Otras zonas
En las numerosas actuaciones que realizan es importante “para nosotros poder transmitir, de forma adecuada, tanto una indumentaria respetuosa con sus formas como una música y baile que exprese los ritmos que acompañaron nuestra cultura popular”, por eso Montesinos apunta que en esta cita “vienen personas muy amantes de la indumentaria tradicional de Ciudad Real, Murcia, Valencia y Cuenca que quieren participar con nosotros en esta exaltación del traje, y que también tienen esa característica de recuperar su indumentaria popular”. Ha matizado el alcalde de la ciudad de Albacete que se trata de un desfile en el que “vamos a poder ver una evolución del traje manchego que representa la cultura, la tradición y la esencia de todos los albaceteños y además sirve como punto de encuentro de otros lugares del panorama nacional, en esta ocasión con más de 100 participantes con los que disfrutaremos para que sea un desfile único para todos los albaceteños y visitantes”.
Y es que aunque veamos estos trajes tan coloridos y muy similares, Montesinos resalta que “estamos acostumbrados a ver desde hace 60 años o más la ropa uniformada que estableció la sección femenina para los grupos de coros y danzas y que esa misma indumentaria ha perdurado como prenda representativa de las comarcas o pueblos, pero, que de alguna manera no era la real, era una ropa condicionada. A parte de esas prendas había muchas más, las personas vestían de forma y manera muy diferentes por España y eso es lo que tratamos de enseñar”. Había infinidad de prendas de vestir que dependía en muchos casos de las posibilidades económicas de cada persona.
En cuanto a la música y bailes populares que recogen desde el grupo de folklore, insiste Montesinos, “se intenta recuperar la música tradicional de la zona en su más puro estilo, de contactar con personas mayores para ver qué piezas musicales podemos conseguir para que no pasen al olvido o los bailes populares que están a punto de desaparecer configurándose en un repertorio que pasa de las seguidillas, fandangos, malagueñas, jotas, mayos…así como instrumentos de la época como la dulzaina, el tambor y el acordeón”.
Realizan una labor etnográfica con la que gracias a ellos nuestras tradiciones siguen hoy día más vivas que nunca.
