Diego Milán defendió ayer los colores del país caribeño de República Dominicana en la prueba olímpica de ciclismo en ruta
La vida de Diego Milán no sería lo mismo sin una bicicleta a su lado. Hijo de ciclista y hermano de ciclistas, nació en Almansa hace 31 años y siempre tuvo claro que su futuro y su vida estarían ligadas al ciclismo.
Campeón de España con 16 años y consiguiendo excelentes resultados como sub 23 que lo convirtieron en una firme promesa del ciclismo nacional, en 2003 debutó como profesional y hasta el 2011 estuvo ligado al ciclismo patrio en cuatro mundiales y defendiendo los colores de equipos como el Aqua & Sapone italiano o el Differdange Loch luxemburgués.
Diego siempre cumplió los objetivos que marcaron sus escuadras a principios de temporada, pero en 2012 el ciclismo le dio la espalda, no valoró sus grandes méritos y de la noche a la mañana le tocó vivir el lado más duro del deporte, no tener equipo en el que poder desarrollar su vida profesional.
En ese momento, a sus 26 años, Diego Milán decide retirarse y emprende un reto profesional muy distinto a lo que había sido siempre su día a día y muy lejos de su Almansa natal. Distribuidor de ropa deportiva en República Dominicana.
Apasionado del Caribe, Diego aprovechaba los inviernos europeos para competir al otro lado del Atlántico en su etapa como profesional y sin esperarlo, el amor se cruzó en su vida en tierras dominicanas y cambió su destino. Allí conoció a la que a día de hoy es su esposa y la madre de su hijo de 15 meses y allí decidió irse a vivir tras pasar de amar el ciclismo a odiarlo y con la intención de no subirse nunca más a una bici salvo que fuera para pasear.
Pero el gusanillo del pedaleo competitivo no deja de incordiar a Diego y en 2012, propone a un grupo de constructores dominicanos formar un equipo ciclista. La primera respuesta de los inversores fue un no rotundo, pero sin cesar en su empeño, cuatro años después obtuvo el sí de los empresarios y el Inteja MMR pasó a ser una realidad.
El nuevo equipo se lanzó a competir en el extranjero y a base de mucho esfuerzo consiguieron los puntos UCI necesarios para clasificar un ciclista para los JJOO de Río de Janeiro. Como campeón de ciclismo en ruta de República Dominicana, Diego fue el elegido para viajar a Brasil y defender los colores de su patria de adopción en los JJOO.
Ayer, aunque no pudo completar los 237 kms de la prueba y terminarla, Diego cumplió un sueño y lo hizo montado en algo que amó, odió y nuevamente amó. Su bicicleta.
Horas después de la prueba, Diego Milán lanzaba sus primeras impresiones a través de su perfil oficial de facebook.
