Puigdemont reafirma en Madrid que sólo queda un año para elecciones constituyentes en Cataluña por la independencia

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ha refirmado este viernes en Madrid su compromiso con la hoja de ruta trazada por el Parlamento catalán para poner en marcha el proceso de desconexión con el Estado español así como los plazos previstos para ello y ha exigido “coraje” al gobierno que salga de las elecciones del 26 de junio para buscar una solución “acordada” al conflicto catalán.

   Así lo ha señalado Puigdemont durante su intervención en Fórum Europa, la que ha sido su primera conferencia en la capital como jefe del Ejecutivo catalán, en la que ha estado acompañado de varios de sus consejeros, de diputados y senadores de Convergència y a la que también ha acudido el portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo.

   Puigdemont ha reprochado al Estado español –que no a los españoles, según ha remarcado– su “despreocupación” respecto a las demandas catalanas, y ha dejado claro que éstas no se van a desvanecer por el mero hecho de no ser atendidas. En este contexto, ha solicitado que “no pase de este año” que el independentismo sea reconocido como un actor político, al mismo nivel que el unionismo.

   En cualquier caso, el dirigente de Convergència (CDC) ha subrayado que, pase lo que pase tras las elecciones generales, el Gobierno y el Parlamento catalanes no van a estar “de brazos cruzados” y van a continuar “preparando una estructura de Estado que garantice el normal funcionamiento del país”, es decir, que aprobarán “las leyes que den amparo legal a la acción del gobierno”.

   Así, ha dejado claro que mantiene el “razonable plazo” de 18 meses que Junts pel Sí pactó el pasado mes de enero para activar el proceso independentista. “Creo que vamos a ir más o menos en este mismo calendario, y que, estaremos en condiciones de convocar nuevas elecciones con carácter constituyente si lo quiere una mayoría de los ciudadanos”, ha dicho.

   De esos nuevos comicios saldrá “un Parlament con legitimidad para elaborar una Constitución catalana, convocar un referéndum y luego formalizar la declaración de la independencia”. “Es decir –ha enfatizado– están previstas dos validaciones democráticas más ante de llegar a una declaración efectiva de la independencia”.

   El presidente catalán ha recordado que tiene el compromiso de no presentarse como candidato a la Generalitat si logra llevar a buen puerto el proyecto independentista, pero ha admitido que si se lo piden, tendrá que aceptar en el caso de que, por alguna razón que ahora no ve, la legislatura tenga que acabar de forma “abrupta”.

QUEREMOS UN PACTO, PERO “LA PACIENCIA NO ES INFINITA”

   Puigdemont ha hecho hincapié en que los impulsores del proceso independentista ya están “en la mesa de negociación” y que, aunque, por ahora están “solos” no se van a “levantar” porque quieren dialogar, eso sí, sin renunciar a su programa. “Tiene que haber una negociación para un pacto entre iguales”, ha dicho.

   En varias ocasiones el político de CDC ha reiterado que ellos no están “en la vía de la unilateralidad” y que apuestan por pactar la fecha y la pregunta para un referéndum, incluso el ‘quorum’ que había que fijar para analizar sus resultados o cuándo se podría volver a preguntar los catalanes. No obstante, también ha avisado de que, si bien no quería hablar de “última oportunidad” para el acuerdo, “la paciencia” de los catalanes “no es infinita”.

   En este contexto, ha avanzado que si se forma gobierno tras las generales del 26J, primero le felicitará y después pedirá una reunión a quien lo ocupe para tratar con él los 46 puntos que ya trasladó a al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y empezar a hablar sobre cuál es la mejor manera de implementar el encargo que hicieron los catalanes el pasado 27 de septiembre.

   “Se debe dialogar con coraje, con ganas de llegar a acuerdos, eso llevaría a la mejor de las soluciones, una conjunta dialogada y comprometida, no es la única, pero sí la que más conviene a las dos partes”, ha añadido el presidente del Govern que CDC comparte con Esquerra (ERC) y el resto de Junts pel Sí.

   Para poder lograrlo, ha pedido al Estado que “deje de pensar que esto es un asunto pasajero de políticos enloquecidos y ciudadanos engañados” y ha avisado al Gobierno de que “no puede transitar de despreocupación en despreocupación hasta la preocupación final” porque los dos millones de personas que han apoyado a partidos independentistas “no se van a ir a su casa”.

   Puigdemont ha explicado, como una de las causas del ascenso del independentismo, que la sociedad catalana “está convencida de que el Estado español, no España ni sus ciudadanos, es un mal Estado para todos los ciudadanos y un muy mal Estado para los de Cataluña”. Y también ha apuntado que, aunque Cataluña logre sus aspiraciones, la cooperación deberá continuar.

LA REFORMA FEDERAL DEL PSOE ES COMO UN TUIT

   Desde su punto de vista, “la inmensa mayoría de la población no quiere desentenderse de España ni quiere entenderse de esta manera”, por lo que el proceso iniciado en su comunidad no puede calificarse de “antiespañol”. “La mayoría de la gente quiere reentenderse y cree que la mejor manera es hacerlo desde una posición de respeto mutuo que reconozca a Cataluña su identidad nacional”, ha expuesto.

   Pero la solución no pasa, en su opinión, por la reforma federal de la Constitución que propugna el PSOE y que ha desdeñado e incluso equiparado a un tuit. “Ya no nos podemos engañar más, el pacto constitucional ni está ni se le espera. Es un anunciado pero no va más allá de vaguedades sabidas y anunciadas de formas recurrente cuando a cierta política española se la pone ante el espejo de las demandas catalanas”, se ha quejado, añadiendo que además, la sacan para “escabullirse” y sólo concretan que llevarán el Senado a Barcelona.

   Para Puigdemont esa reforma es “imposible” porque ahora nadie tiene el “coraje político” del que hicieron gala en la Transición Adolfo Suárez y el Rey Juan Carlos. “Si no han tenido el coraje de evitar una nuevas elecciones, ¿cómo lo van a tener para hacer cambios profundos y no cosméticos en la Constitución?”, se ha preguntado.

   En el actual panorama político, sólo atisba cierto “coraje” en el líder de Podemos, Pablo Iglesias, al que ha elogiado por tener la “convicción real” y no “táctica” de que la mejor solución para Cataluña es un referéndum. “Pero los dos sabemos que no habrá una mayoría política que lo avale”, se ha lamentado.

   Puigdemont no ha querido decir cuál sería para él el mejor gobierno que podría surgir tras el 26J por “respeto” a lo que decidan los españoles. Si bien ha admitido que “si es dialogante”, será mejor para Cataluña, también ha confesado que tiene “pocas esperanzas” porque no ve grandes diferencias entre los grandes partidos con respecto al conflicto catalán.

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