OPINIÓN | Nuestro deber moral de formar Gobierno, por Manuel González Ramos

No recuerdo en nuestra reciente historia democrática tantos traductores e intérpretes interesados del mensaje socialista, de su apelación a nuestra responsabilidad como partido político ni de tantas admoniciones a nuestros compromisos presentes y futuros con España.

Resulta paradójico que todos apelen a la responsabilidad de la segunda fuerza política, mientras se ha hecho un silencio ominoso sobre la responsabilidad de la primera, cuando le cabe el dudoso honor al señor Rajoy de ser el primer candidato a la presidencia del Gobierno que se inventa el no aceptar ni rechazar, sino declinar, presentar su investidura.

La incapacidad de Rajoy y del PP para formar Gobierno no procede como cabría pensar del complejo resultado arrojado por las urnas el pasado 20 de diciembre, sino de la práctica en la legislatura anterior de un absolutismo parlamentario del que no hace propósito de enmienda y que como el orgullo de los hidalgos, su posición es de “sostenella y no enmendalla” con el anuncio de que no votarán a ningún candidato que no sea Rajoy y no descartar presentarse más adelante su candidatura, cuando el Jefe de Estado ya ha encargado a Pedro Sánchez el formar Gobierno.

Como Odiseo los socialistas nos vamos a atar al mástil de nuestros principios para huir de los cantos de sirena que buscan nuestro naufragio, porque difícilmente podríamos explicar a los españoles, ni a nuestros militantes que, lo único que podemos ofrecer desde el Partido Socialista son cuatro años más de Gobierno del señor Rajoy, después de una legislatura denunciando el aumento indecente de la desigualdad, la falta de oportunidades para los jóvenes, un mercado laboral precario y sin derechos, la destrucción del Estado del Bienestar, los recortes en Educación y en Sanidad y la corrupción escandalosa del PP,
En campaña electoral dijimos que en nuestro país urgía un cambio y que este sólo sería posible con el concurso del Partido Socialista o no sería. . A diferencia del PP, hemos sido respetuosos con los tiempos y las formas y ahora nos toca asumir la responsabilidad de lograr un consenso con el resto de fuerzas políticas, en un diálogo que va a ser transparente dentro y fuera de nuestra propias filas, siendo la voz del Partido Socialista, la de sus dirigentes y la de sus militantes y no otras, la que asuma el éxito o el fracaso de este reto colectivo que nos demandan los ciudadanos.

Tenemos un secretario general elegido por el voto directo de nuestros militantes en elecciones primarias que confiaron la dirección de nuestro partido y de su candidatura a la presidencia del Gobierno y solo podrán ser los militantes los que decidan si es tiempo de mudanzas en esta empresa inconclusa para los que los plazos todavía no han expirado.
Nos asiste el derecho y el deber de intentar formar un nuevo Gobierno de carácter progresista y reformista, cuya prioridad sean las personas y aunque este camino sea incierto, para recorrerlo, los socialistas, un partido con 130 años de historia y que fue el impulsor de la más grande transformación social y económica de España, tiene un secretario general y a su lado la voz de 200.000 militantes.

Los militantes del PSOE estamos llamados a ejercer en un futuro cercano un papel histórico en la tradición de nuestro partido. Por primera vez, hace 18 meses elegimos en elecciones primarias a nuestro secretario general y por primera vez también, nuestro partido someterá al voto de sus militantes los contenidos de un posible acuerdo de Gobierno.
Hay una nueva política que llegó hace tiempo al PSOE que está para quedarse y para afrontar la regeneración política e institucional que nos exigen los ciudadanos, para impulsar un futuro de cambio con un nuevo modelo económico, social y político, para recuperar los derechos y ampliar las libertades, para hacer efectiva la igualdad de oportunidades y para devolver la esperanza y la ilusión a millones de españoles que aspiran a un futuro mejor.
En la pasada campaña electoral dijimos que el PSOE tenía la responsabilidad política y la obligación moral de llegar al Gobierno, y que esa victoria no sería para el provecho de los socialistas, sino de los millones de ciudadanos que la crisis y las políticas insensibles del PP habían dejado atrás.

La situación política nos exige a los militantes del PSOE dar lo mejor de sí mismos y por responsabilidad, acometer la prueba de intentar formar un Gobierno con los únicos valores que aprecian los ciudadanos y que antaño nos garantizaron el éxito: unidad, liderazgo, consenso y sentido de Estado.

Manuel González Ramos
Portavoz del Grupo Socialista en el Congreso para el Cambio Climático  y secretario general PSOE-Albacete

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