OPINIÓN | Ilustres y honorables hoy, corruptos mañana, por el Doctor Vicente Calatayud

El  mes de enero tocó a su fin, una doceava parte de este año que aún es joven y para muchos lleno de sueños, esperanzas, anhelos y deseos de que se cumplan algunas de todas esas promesas que se realizan con cada principio de año.

Los últimos días hemos leído y oído en los medios de comunicación, de nuevo,  hablar y escribir acerca de las famosas listas de espera, lo largas que son, lo mucho que han aumentado en los últimos meses, la herencia heredada, las dificultades de cumplir los plazos con las reducción a las 35 horas, pero propuestas de cómo resolver este problema enquistado en un sistema que no da más de sí, no hemos escuchado y leído, aunque sí se han planteado sin que hayamos obtenido respuesta.

Sí, hemos leído y escuchado de nuevo promesas de este tipo:

Reforma del Hospital de Albacete: 11 quirófanos más, derribo del CAS, traslado de Salud Mental y reforma de Urgencias y plantas de hospitalización.

De nuevo promesas sobre el plan director de nuestro hospital, pero yo me pregunto ¿por qué hemos de creer ahora lo que ya hemos oído en otras ocasiones, como la demolición del CAS, ese edificio que ha albergado parte de nuestro hospital, actual  centro administrativo del mismo, y donde la universidad desarrolla parte de su actividad y donde está el salón de actos de nuestro hospital? Palabras dichas en futuro.

Así lo ha indicado el Delegado de la Junta en Albacete, que ha subrayado que las primeras actuaciones consistirán en acondicionar y rodear la zona de obra y los accesos, y recuperar la conexión entre la Facultad de Medicina y el CHUA a través de la pasarela.

¿Qué ocurrirá si una vez más estas promesas no se cumplen? ¿Cuántas veces hemos oído los trabajadores del CHUA y los ciudadanos de Albacete acerca de la demolición del CAS? ¿Cuántas promesas llevamos acerca de la Sanidad de Castilla-La Mancha con los distintos gobiernos que se las ha llevado el viento?

Realmente es irrelevante lo que el ciudadano de a pie piense o decida, su capacidad de decisión termina el día que da su voto en las urnas, a partir de ese momento estamos en manos de personajes que juegan, deciden, actúan por nosotros, no tenemos capacidad de maniobra, a las pruebas nos remitimos: la situación actual del país, personajes que hoy son  ilustres, honorables y mañana  descubrimos que son corruptos, sin importar el partido al que pertenezcan.

Insisto una vez más y ¿hasta entonces qué hacemos con nuestros pacientes? ¿Con nuestras listas de espera? En definitiva con nuestro destartalado y viejo hospital con anticuada tecnología?

Vicente Calatayud Perez

El Digital de Albacete

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Un comentario

  1. Y antes del año 2011 nadie criticó l plan director.El dinero público no era de nadie.Luego no había ni un euro.La reforma de un Hospital como el de Albacete, funcionando es muy complicada y el proyecto inviable en algunos aspectos.No han explicado por qué se tiene que derribar el CAS, y no reformarlo hace años donde se suprimieron varios quirófanos que estaban en funcionamiento, con habitaciones.Nadie pensó en ubicar allí la unidad de mama (cirugía, radiología) y trasladar el servicio de Anatomía Patológica, dirección y ampliar neonatología en la entreplanta.Trasladar el área de mortuorio al sótano del CAS.Un gerente tuvo la brillante idea de habilitar un dormitorio con varias literas para los residentes de guardia.Situado al lado de la sala de autopsias parece la habitación de un campo de concentración.Por qué tiene que haber aulas en ese edificio cuando existe una flamante Facultad de Medicina con espacios desaprovechados.Dedicar toda la planta primera a quirófanos y reanimación.Y el Sr Martino, que siempre saca pecho, tendrá que dar alguna explicación de los años de derroche.Si encima del aparacamiento que no está cubierto se hace un edificio, hay espacio para consultar externas y otras utilidades.Imaginación.

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