/Esther Sotoca/ Fotos: Pilar Felipe/
Los animales de compañía forman parte de muchas familias de Albacete. También son muchos los que se plantean que la suya crezca con un nuevo miembro de cuatro patas. En el Arca de Noé se encuentran con casi más de 450 perros y gatos que están a la espera de ser adoptaos. Concretamente 241 perros y 219 gatos esperan recibir el cariño de una familia.
Este es el principal motivo por el que Marta Guillén, responsable de voluntariado del Arca de Noé, hace un llamamiento para que todos aquellos que en la ciudad se estén planteando recibir a un animal en casa recurran a la adopción en lugar de a la compra. “Lo que queremos es que la gente no compre animales, sino que adopte porque si no se le quita la oportunidad de ser adoptados a los que están abandonados en el albergue. Además, al final con este mercado se lucra el ser humano a través de los animales”.
La adopción ha aumentado en los dos últimos meses en la ciudad, aunque todavía es muy pequeña. En Albacete se adoptan más perros que gatos, de tal forma que no llega al 15% los perros que encuentran una nueva familia por adopción respecto al total, mientras que los gatos ascienden alrededor 50% a través de adopción. Además, recientemente ha finalizado el verano, época que suele ser propicia para los abandonos por las vacaciones, según apunta la responsable de voluntariado, que indica “por ejemplo si la media de abandonos es de 4 casos al día, en verano se incrementa hasta 5”, aunque afirma que cada vez son menos los picos a lo largo del año en los que se producen más abandonos.
En el Arca de Noé son muchas las llamadas alertando de animales abandonados o perdidos, a los que se unen los que encuentran los propios voluntarios. Por eso cuando un animal llega al Arca de Noé, lo primero es comprobar si tienen el microchip que identifique al dueño, de no ser así el veterinario comprueba a través de análisis en qué estado se encuentra y comienza la búsqueda para encontrar un hogar. En este sentido, Guillén también destaca que “quien adopta un perro en el Arca de Noé se lo lleva con la puesta a punto hecha con las vacunas, esterilizado y el microchip, todo por 80 euros, que es una cantidad simbólica para todo lo que te costaría lo mismo en un veterinario”.
Un esfuerzo que se lleva a cabo día a día con la esperanza de que las familias adopten animales. La fuente de financiación principal del Arca de Noé es el convenio con el Ayuntamiento. Otra es la Clínica Veterinaria que la institución tiene en Pérez Galdós, que una vez que se paga el sueldo de veterinarios y auxiliares, los beneficios son para el albergue. Otra fuente son los socios, que hay alrededor a 500, con una cuota de tres euros al mes, y que representan un gran soporte. Por último el apoyo de asociaciones extranjeras que no solo les ayudan con la adopción en Francia, Alemania o Italia, entre otros sitios, sino que también les envían comida, pienso, mantas, etc.
Con todo ello el Arca de Noé consigue que los animales estén cuidados, lo que para Marta Guillén también debe servir para que se rompan con los mitos entorno a la adopción de animales. Así, cuenta que “mucha gente tiene la falsa creencia de que en el Arca de Noé solo hay adultos o que son perros que ya tienen un carácter y no se van a acoplar a las casas. Aquí muchos han estado en casa, otros vienen de camadas que no han tenido nunca dueños, y se van a adaptar perfectamente siempre que se tenga paciencia y se sea perseverante. Además, necesitan mucho cariño y van a ser especialmente agradecidos porque saben que les has salvado la vida”.
Una vida y un cariño que a pesar de los grandes esfuerzos de todas las personas que están en el Arca de Noé para ofrecerles lo mejor, nunca serán tan confortables como el calor de un hogar.
