La Junta ve “tremendamente injustos” los planes de cuenca y dice que esta región ha sido la “gran olvidada”

El Gobierno de Castilla-La Mancha considera “tremendamente injustos” para la Comunidad Autónoma los planes de cuenca aprobados este miércoles en el seno del Consejo Nacional del Agua –con el voto en contra castellano-manchego–, y ha asegurado que esta región ha sido “la gran olvidada”.

Así lo han puesto de manifiesto en una rueda de prensa conjunta tanto la consejera de Fomento, Elena de la Cruz, como el titular de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, quienes han lamentado que no se haya tenido en cuenta las alegaciones de la región.

Según la consejera de Fomento, Elena de la Cruz, los datos que se han utilizado para elaborar los planes de cuenca –siete de ellas afectan a la región– son de los años 90, por lo tanto “nacen obsoletos”, y los gobiernos entrantes tras las elecciones “no tuvieron plazo” para hacer alegaciones, ya que el periodo terminó el 30 de junio.

De la Cruz se ha referido al plan de cuenca del Tajo, para criticar que no se contemple cómo afecta el trasvase Tajo-Segura al río, que el agua desde Aranjuez “está contaminada” y que no se tenga en cuenta “la increíble presión que se ejerce sobre el río”, al margen de que el caudal que pasa por Aranjuez es “la mitad de lo que circula por el trasvase”.

A su juicio, en torno al Tajo “se ha podido ver la intransigencia del Ministerio” respecto al trasvase, asegurando que no se refleja la presión del mismo en el plan de cuenca “porque eso se regula en otra norma”. “Es como querer obviar y ocultar que no existe, no se nombra el trasvase”, ha asegurado, convencida de que, en este asunto, la intención de Castilla-La Mancha es “seguir trabajando en la línea del diálogo”, y sentándose con los afectados.

Sobre el plan del Júcar, Castilla-La Mancha “no entiende” que no se especifique cuándo terminará la consideración de las cuencas como intracomunitarias, y que no se refleje cómo se va a solventar el consumo humano en el caso del abastecimiento a Albacete. Respecto al del Segura, la consejera de Fomento ha rechazado que se esté “penalizando a otra cuenca que ahora mismo está en un estado que no es el más adecuado”.

ACCESO DE AGRICULTORES AL AGUA

Martínez Arroyo, por su lado, ha incidido en que el “futuro de Castilla-La Mancha pasa por el acceso al agua” y el Ejecutivo regional trabajará “para que los agricultores tradicionales tengan acceso a los recursos hídricos y se tengan en cuenta la necesidades de las cuencas cedentes”.

El consejero de Agricultura ha hablado de la cuenca del Guadiana para incidir en que es “prioritario lo que no quedó resuelto” que es el compromiso del Ministerio de aportar 40 hectómetros cúbicos “para resolver el problema” de esa zona y prorrogar el Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG), que se disolvió en 2013, una “cuestión innegociable” para Castilla-La Mancha, que no está incluida en el plan de cuenca.

Respecto a la cuenca del Segura, la Comunidad Autónoma ha trasladado “la necesidad de reconocer la interlocución de la plataforma de regantes y usuarios de la cabecera del Segura, que no es reconocida por la Confederación como interlocución” y sigue trabajando “para que los pozos de sequía de Hellín cuenten con agua”.

Finalmente, en cuanto al plan de cuenca del Júcar ha asegurado que hay muchos regantes “cuyas necesidades no se han tenido en cuenta, como los del norte de la provincia de Albacete”.

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