OPINIÓN | Protagonizando el cambio de Era, por Gerardo Guitiérrez

Hay quien piensa que tras 7 años de crisis, seguimos siendo los mismos, pensando lo mismo, que utilizando los mismos métodos que antaño, volveremos a la situación anterior al 2008. No se dan cuenta que es un cambio de Era el que estamos protagonizando, como en otras épocas anteriores ha ocurrido y que si hasta ahora hacía falta que transcurrieran décadas para que los historiadores pudieran certificar que el cambio de Era se había dado, ahora con sólo  el paso de estos 7 años, ya podemos aseverar.

Y en la radiografía del mercado laboral español se puede visualizar las consecuencias. El desempleo atenaza a más de 5 millones de personas, 2,3 millones de personas, hace más de dos años que no cobran ninguna prestación. Más del 25% de los nuevos contratos son temporales, 1,8 son a tiempo parcial. En el primer trimestre de este año, un 24% de los contratos lo han sido sólo de hasta 7 días, cerca de la mitad de un mes y sólo un 19,1% de más de 3 meses. Los salarios han bajado 7 puntos desde 2011.

Otro dato inquietante, 1.888.685 personas son los españoles nacidos fuera de las fronteras española, suman casi el 10% más que lo que se contabilizan un año antes. Los hijos de personas extranjeras que han nacido en España han aumentado mucho menos, el 2,5%. La cifra de inmigrantes cayó un 4,9% en un año.

Un país más pobre y desigual, el 22,2% de la población está en riesgo de pobreza, un 28,4% en Castilla la Mancha. La renta media del País Vasco duplica a la de Extremadura. Estamos a la cabeza del abandono escolar en el Continente y, tras Portugal y Eslovenia, somos el País con el nivel de mayor desconfianza en los políticos de Europa.

Con estos datos centrados en España pero que se está generalizando en otros lugares, véase los minijobs alemanes, o los contratos a cero horas en Inglatera, el sistema de valores está cambiando. Creíamos que esta parte del mundo, esta quinta parte del mundo, había llegado a la más alta cima del éxito en conquistas sociales, económicas y políticas, que sólo hacía falta regar de vez en cuando con cierto voluntarismo y refuerzo presupuestario en algún extremo.

En una Europa que a base de la ampliación hacia países del este, que estaban más preocupados de buscar la protección militar estadounidense y la pervivencia de sus valores ultranacionalistas/conservadores, que de compartir lo que mejor ha hecho Europa en los últimos 500 años, que es generalizar un Estado del Bienestar en torno a derechos universales, por ser consustanciales al género humando, como la igualdad, la libertad, el derecho a la educación, sanidad, asilo para quien es perseguido por razones política o raciales…que creíamos conquistados para la eternidad y ahora nos hemos dado cuenta que tenemos que reconstruirlos y mantenerlos sin la nueva configuración que aquellos países pretenden. ¿O es que vamos a replantearnos que esos derechos son sólo para los europeos de nacimiento o para quienes piensen como la nueva doctrina ultraconservadora y austericida imperante?

Algunos de estos valores definitivos que nos tienen que aunar son: la solidaridad, que no caridad, la universalidad, que no el provincianismo o nacionalismo, el desarrollo del servicio público, que no la privatización de los servicios, el respeto al medio ambiente y desarrollo de las energías renovables, que no el aniquilamiento de las especies y la perpetuación de los oligopolios de las empresas energéticas, la mejor distribución de la renta y el patrimonio, que no el mantenimiento y acrecentamiento de la desigualdad.

Sí que hemos aprendido, que a través de la globalización y la economía digital, podemos ser más visibles, podemos contar nuestra historia, la de la mayoría por primera vez desde que se inventó la escritura, para que no la tergiversen y no la vuelvan a escribir los ganadores de esta última batalla, que son el 1% que han seguido incrementando rentas y patrimonio. Al menos, no tendrán la última palabra. Entre tanto, vamos a exigir como ciudadanos, que queremos más empleo de calidad, en torno a sectores como la sanidad, educación, servicios sociales, atención a los mayores…que no se pueden deslocalizar, que conllevan mayor bienestar para la generalidad de la sociedad, en tanto, a medio y largo plazo, gestamos un cambio de modelo productivo, en torno a lo que es la Tercera Revolución Industrial en la que nos encontramos, basada en el Internet, la Economía Digital y las Energías Renovables. Más economía social, solidaria y colaborativa, menos individualismo y espacios para falsos emprendedores que terminan siendo “emperdedores”. No permitamos que prostituyan más conceptos. Son demasiadas las Exposiciones de Motivos de las leyes que hablan de “competitividad, flexiseguridad, emprendimiento….”, sin ninguna mención a la dignidad de la gente, que la está perdiendo conforme se desarrolla esta nueva Era. Vamos a darles donde más les duele. Vamos a contar la verdad, tenemos medios. Vamos a desenmascararlos. ¿Os animáis? 

Gerardo Gutiérrez Ardoy

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