OPINIÓN | Cien días, por Francisco J. Díaz de Prado

Anda la muchachada revuelta con lo de los cien días. Que cien días no son nada con el verano y la feria de por medio. Pero como de lo que se trata es de enredar, tanto los unos como los otros han hecho un análisis profundísimo de lo acontecido estos meses estivales. Modesto, haciendo honor a su nombre, dice que quien manda es él porque está obligando al Alcalde a cumplir con el programa del PSOE. Baja, baja Modesto que sube Belinchón. El balance de Ganemos es más coherente. Denuncian una política continuista del gobierno municipal anterior, algo lógico siendo el mismo partido político el que la lleva a cabo. El que les guste o no entra dentro del juego de la democracia. Ciudadanos sigue trabajando con ilusión para lograr el diálogo y el consenso dentro de la casa consistorial: paz y amor y el plus al salón.

Por otro lado, por ninguno, o por todos está la estrella revelación: el concejal no adscrito que ya pide que el Alcalde se someta a una cuestión de confianza. ¡¡¡Yo de mayor quiero ser como este tío!!! Con lo que ha dicho y hecho en cien días y ahí sigue tan pancho como si fuera el macho alfa. Y por último está el primer edil que ha salido ha destacar todo lo que ha hecho en cien días, que con decir que aguantaba vivo le hubiera bastado, pues hay que tener aplomo y compostura para lidiar con la situación ¡¡¡Cien días han dado para todo esto!!! Cuando llevemos dos años los artículos de opinión van a ser tesis doctorales. Sinceramente creo que ni calvo ni tres pelucones, que dicho por mi viene el símil al pelo.

Estos cien días han sido como van a ser los cien restantes y los cien de de los cien que vengan después de otros cien: muy complejos. El juego de la democracia hace necesario disponer de una mayoría amplia para decidir sobre asuntos de trascendencia. Y lo mismo que cuando el partido popular tenía mayoría absoluta aborrecía el hecho de que en las manifestaciones se voceara “que no nos representan” por titiriteros y perroflautas que hoy se sientan en muchos salones plenarios representándonos, en la misma medida detestaría que no se tratasen de lograr las mayorías necesaria entre todos los que nos representan, nos gusten o no, en aras de conseguir lo mejor para la ciudad. Porque así es la democracia. Si tienes la mayoría puedes gobernar libremente con ella sin que tu legitimidad quede en entredicho, por mucho bocazas que grite que no le representas por que no le gusta el resultado electoral; pero si no deberás buscarte las mañas para que las grandes decisiones estén legitimadas por una mayoría, aunque en ella estén aquellos que, ahora que tienen sillón, sí consideran legítima su representación. Y aunque se antoja difícil en el actual contexto municipal, la labor de diálogo y consenso para cuestiones importantes será fundamental no sólo para la ciudad sino para el futuro de los miembros de la corporación y los partidos que representan.

Dentro de cuatro años los ciudadanos juzgarán el que no se hayan logrado acuerdos importantes por el capricho de unos, la vanidad de otros o los intereses particulares de unos cuantos. En estos primeros cien días hemos visto a todos defendiendo, intentando coger la posición en la zona y bloqueando el rebote. La pelota está en juego. Como finalice el partido dependerá no sólo de los jugadores sino también de la estrategia de los entrenadores, que seguro dará mucho que hablar en un futuro no muy lejano y, cómo no, de unas aficiones que hace mucho que dejaron acudir a las canchas cansadas de sufrir por el mal juego de sus equipos.

Francisco J. Díaz de Prado

El Digital de Albacete

Diario digital líder en Albacete con toda la información de la capital y provincia
Botón volver arriba