/Llanos Esmeralda García/
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Alaya es un vino prácticamente único, se produce a 1.000 metros de altura y cuya uva hasta no hace mucho se destinaba a la venta a granel
Los vinos de la región son los mejores, pero ahora podemos decir alto y claro que el mejor vino de España se realiza en Almansa y se llama Alaya. Un vino que está elaborado por la variedad garnacha tintorera, una que se cultiva a una altura de más de 1.000 metros, lo que la hace más excepcional. Se trata de un reconocimiento que se le ha otorgado a este vino gracias a una app sobre vinos, Vivino, en la que se mostraban fotografías de las etiquetas de los vinos que la gente iba probando y se les puntuaba, así Alaya se ha colocado en el segundo lugar de los 100 mejor puntuados. “Para nosotros ha sido una sorpresa muy agradable” detalla a El Digital de Albacete el gestor y bodeguero de Bodegas Atalaya, Miguel Gil, un vino que entiende es “único, difícil de encontrar y muy diferente de lo que hay en el mercado”. Se trata de un vino tinto que tiene unos costes altos de producción en viña, en el sistema de manipulación y el coste de la barrica, lo que le permite conseguir en el mercado la mejor relación calidad precio que, en este caso, ronda los 20 euros.
Aunque para un agricultor tradicional que está acostumbrado a vender este vino a bodegas que dedican la uva para granel la producción no es muy alta, puesto que en general son viñedos jóvenes, para el viñedo de Almansa si no se dedicara a este vino como lo hace “quizás no existiera porque no sería rentable para un agricultor debido a los ruinosos precios a granel”, detalla Gil, una producción que para la bodega está en las 40.000 botellas Alaya actualmente. Este tinto se vende fundamentalmente fuera de España “nuestro principal objetivo es el mercado castellanomanchego, así como el nacional, pero entendemos que es más complejo, es un vino que es más barato, de una variedad que está denostada puesto que la imagen de la garnacha tintorera no es muy buena”, aunque insiste el bodeguero “cuando el consumidor lo prueba se queda enamorado”.
Producción
Tradicionalmente este vino se ha producido en una tierra en la que se producía una uva destinada a la venta a granel ya que se trata de la única uva que tiene el mosto rojo, lo que le convierte en un vino opaco, “entendíamos que era una variedad compleja de elaborar, de cultivar, para llevarla a una maduración adecuada y así elaborar un vino comercializable, pero seguimos con nuestra idea y después de siete años hemos conseguido tener un vino que el consumidor lo ha apreciado como bueno, interesante para beber y lo ha puntuado bien”, detalla Gil. Desde la Bodega tenían claro que con un viñedo de una edad y una producción adecuada, con un clima, altitud y la tierra de Almansa se podrían conseguir vinos muy interesantes, “este vino sólo está compuesto por garnacha tintorera, muy difícil de cultivar y de elaborar”, especifica el gestor de la bodega.
Y es que para conseguir este tinto la uva debe de pasar un control de maduración en la cepa, de forma ordenada, ventilada “hay que trabajarlas en el cultivo muy bien para que luego la uva tenga las condiciones idóneas para poder madurar adecuadamente”, una vez que se ha conseguido, dice Miguel Gil, la elaboración tampoco es sencilla “son vinos muy concentrados para conseguir que sean fáciles de beber”. En definitiva, se trata de un vino muy concentrado con una crianza larga que seguro degustarán muchos albaceteños.
