/Foto: Archivo/
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Eran distribuidores comerciales para una empresa de telefonía móvil, que gestionaron la portabilidad de varias líneas telefónicas falseando la documentación del contrato.
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Además, se apropiaron de dos terminales, que la operadora había regalado al cliente y que vendieron a una asesoría, donde era usado como centralita, y a una empresa en Murcia.
Agentes de la Comisaría de Albacete han procedido a la detención de a un hombre de 42 años, y a otro de 32 años, vecinos de la capital, como presuntos autores de un delito de falsedad en documento mercantil y otro de apropiación indebida.
Según ha informado la Delegación del Gobierno en nota de prensa, el pasado mes de febrero, se recibió en la Comisaría la denuncia de un usuario sobre la posible la falsedad en documento mercantil generado en una operación de portabilidad de tres líneas telefónicas. Según el denunciante este solicitó la portabilidad de sus líneas telefónicas a otra operadora de telefonía móvil firmando para ello los documentos relativos a las condiciones contractuales de dicho cambio, pero pasado un tiempo se dio cuenta de que los importes de sus facturaciones no se correspondían con lo reflejado en los contratos que firmó suponiéndole un agravio económico superior a los 100 euros mensuales. Estas anomalías le indujeron al perjudicado a verificar la documentación percatándose de que la aportada por la nueva operadora de telefonía móvil no era la misma que la suscrita en su día con los agentes comerciales por lo que decidió denunciar esta irregularidad.
Los investigadores pudieron descubrir los contratos, que en su día firmaron los comerciales y el usuario denunciante, eran diferentes a los contratos que llegaron a la compañía de telefonía y que éstos habían sido falsificados. Además, se averiguó que la compañía de telefónica había entregado a los comerciales dos terminales de regalo para el usuario de nueva captación, que nunca le entregaron, descubriendo que uno de estos terminales había sido vendido a una asesoría de esta ciudad, que usaba como centralita de su sede, mientras el otro a una empresa de Murcia. Además uno de los comerciales se había apropiado indebidamente de un terminal valorado en 600 euros que el cliente le entregó para su reparación.
