/Esther Sotoca/ Fotos: Javi Romero/
“De Madrid al cielo” dice el refrán. Un dicho popular muy aplicable en la tauromaquia, ya que Las Ventas es el mayor escaparate, y el escenario que puede cambiar la vida de un torero. Miguel Tendero lo sabe bien, pues los aficionados madrileños lo vieron triunfar como novillero, en una tarde que le sirvió para tomar la alternativa días más tarde en Madrid. El albaceteño es uno de los toreros que se ha visto perjudicado por la reducción de festejos y asegura que la cita que tiene el próximo domingo en Las Ventas es fundamental para su temporada. Hará el paseíllo junto con ‘Chechu’ y Javier Herrero, que confirmará alternativa, con toros de Juan Manuel Criado. Tendero confía es sus posibilidades, ya que su ilusión por llegar a ser figura del toreo sigue intacta.
Este domingo vuelves a Madrid. ¿Qué supone esta cita para ti?
Para mí supone una tarde muy importante en mi carrera porque cada vez es más difícil tener oportunidades. Lo afronto con mucha cabeza, con mucha madurez y sabiendo lo que me juego.
¿Es fundamental lo que pase el domingo para los contratos de esta temporada?
Sí. El año pasado no estuve en Madrid y se notó mucho a lo largo de la temporada. Si este año hay un poco de suerte es crucial para que salgan contratos.
Madrid es una plaza muy importante para ti.
Es una plaza en la que he podido triunfar de novillero, que me vio tomar la alternativa y todos vamos con la ilusión de triunfar. Yo ya no pienso en ese toro extraordinario porque es muy difícil que salga el toro bueno. Lo que quiero es que haya emoción, que la gente se meta en la faena y sobre todo que sea un día para el recuerdo, que no sea una tarde más.
¿Te viene a la cabeza el día de tu alternativa cada vez que haces el paseíllo allí?
La verdad que sí. A mí me marcó la diferencia, ya que esos días tan importantes para uno no se olvidan nunca, siempre te acuerdas. Además ese día el toro colaboró, aunque fue difícil, tuvo trasmisión, tuvo movilidad y la gente se metió en la faena. Otras veces que he ido creo que ha faltado esa chispa y esa conexión, que el público necesita.
La próxima cita en la que te veremos es el 17 de mayo en el festival del Cotolengo, una cita con la solidaridad de Albacete.
Todos los años nos llaman y estamos ahí encantadísimos de torear. Yo siempre digo que tengo un gran cariño al Cotolengo, porque yo vivía cerca, y desde pequeño he visto la labor que hacen las monjas, los voluntarios… Es una cosa que no se puede perder, incluso se debería intentar moverlo más y darle mucha propaganda para que se recaude lo máximo posible porque es una causa muy buena.
Además supone tu regreso a la plaza de Albacete.
El año pasado no estuve en la feria, no me contrataron, pero ahora estoy en el Cotolengo, y tengo mucha ilusión de poder volver a la plaza de toros en feria.
¿Fue duro cuándo salieron los carteles de la pasada feria no verte anunciado?
Pues sí. Yo contaba con que me iban a dar la oportunidad de demostrar que aquí sigue habiendo torero, que soy joven aún. Claro que me hubiera gustado torear, pero no se ha podido. La plaza sigue ahí, y lo que hace falta este año es hacer méritos para estar en la feria.
Todavía queda mucho tiempo, pero ¿hay posibilidades de que te veamos esta feria anunciado?
No lo sé. Depende del domingo, y de que la empresa apoye a los toreros de Albacete y nos quiera dar toros, pero todavía es pronto.
La madurez y la experiencia siempre es un punto añadido. ¿Nos va a sorprender Miguel Tendero en las próximas citas?
Yo ahora voy intentando desarrollar lo que llevo dentro poco a poco. Conforme va pasando el tiempo me voy dando cuenta de que es una profesión a la larga, de que se van aprendiendo matices, que se aprende de los toros, y aprendes que no dejas de aprender. Espero que la gente perciba la evolución y espero que me vea la gente en las plazas como yo quiero, una faena redonda. Las he hecho en otros sitios, pero quiero que las vean en Madrid y en Albacete.
Muchos toreros os habéis visto muy afectados por la reducción de festejos. ¿Cómo se llevan los momentos en los que hay pocos contratos?
Son momentos duros. Ahora el que torea dos, en otros años a lo mejor había toreado doce. Hemos llegado a un momento en que estas en las ferias o no estás. En los pueblos los carteles se han reducido a toreros que tienen nombre, que salen de Madrid un poco lanzados o que la campaña anterior han hecho méritos para estar en todos sitios. Para los que queremos avanzar en abrirnos camino y llegar por ejemplo a Las Ventas rodados, pues es complicado, como es mi caso, muchos vamos a ir sin rodar, sin apenas haber toreado. Hay que amoldarse a lo que haya, pero es difícil, ver que se torea menos. Esto es como la tortilla, que tan pronto estás arriba como estás abajo.
¿Y qué te ha enseñado estar en el dique seco?
Te enseña a valorar todo. Yo ahora valoro todo, los momentos de los tentaderos, disfruto la profesión… También te enseña a ver lo difícil que es esto, porque cuando empiezas todo el mundo te lo dice, pero mientras vas toreando no lo aprecias tanto, pero cuando dejas de torear tan seguido sí que aprecias un pequeño tentadero, un festival, una corrida de toros… Lo saboreas más y lo disfrutas más.
A pesar de todo, ¿sigue intacta la ilusión y la ambición?
Yo me veo avanzando. Hay veces que te merma las ilusiones cuando ves que no toreas, como que te defraudas un poco y ves que gente que creías que te iba a apoyar, pues te deja de lado. Eso a su vez te hace venirte arriba, con las ilusiones intactas, y con la mente en que algún día puedes estar ahí arriba.
Hace siete año que debutaste con caballos y casi cinco que tomaste la alternativa. ¿Qué fanea recuerdas con especial cariño?
La verdad es que varias. De novillero tengo muchas en la mente y de matador también tengo unas cuantas, porque afortunadamente toreé mucho en ambas etapas. De novillero me acuerdo de la de Madrid que me lleve todo los premios de San Isidro. Corté una oreja y a punto estuve de salir a hombros porque casi le corto otra. De matador recuerdo con especial cariño la tarde de Pamplona, la tarde de la alternativa y tardes en Albacete de muchísima responsabilidad.
¿Qué es lo más bonito de ser torero?
Lo más bonito es ser torero y torear, porque ser torero y no torear es muy duro. Al torear te sientes pegándole veinte pases buenos a un toro o una vaca, puedes disfrutar de la profesión, viajas, conoces gente nueva … Es una profesión muy bonita.
Te iba a preguntar por lo más difícil de ser torero, pero creo que ya me has contestado…
Lo más difícil es ser torero y no torear. Ves que salen carteles en los que te han dicho que te iban a poner y no te ponen, tampoco en la feria de tu ciudad, torea el de enfrente, el otro y tú no… Eso es duro, pero yo sigo con la ilusión.
Hace muchos años te pregunté cuál era tu sueño, y me respondiste que ser figura del toreo. ¿Sigue siendo ese tu sueño?
Sí. Mi sueño es ser figura del toreo, y cuando va pasando el tiempo te das cuenta de lo difícil que es serlo. El que lo es, a ese le ha tocado Dios con la varita mágica.
