Fotos: Javi Romero
Tarde de muchas expectativas en el papel, de interés y de compromiso, pero ni los toros respondieron, ni los toreros, excepto Daniel Luque, que dio la cara. Importante actuación del sevillano que dejó muy buenas sensaciones en la feria de Albacete. Los toros de Alcurrucén no dieron el suficiente juego, y ni Ferrera ni Fandiño el paso para darle más emoción.
Daniel Luque cortó una oreja en el tercero de la tarde por una faena de temple y verticalidad. El de Alcurrucén tuvo las fuerzas justas y fue el que más valió del encierro, pero sin ser un gran toro. El sevillano acertó con las distancias y las alturas de la faena, además de dosificar muy bien los tiempos para que el toro no se acabara pronto. Por las dos manos las series fueron de mucho gusto y gran estética. Lo mató de media estocada.
Muy decidido a abrir la puerta grande brindó el segundo de su lote al público, como ya hubiera hecho con el tercero de la tarde. Sus ilusiones pronto se fueron, pues el to manseó desde el principio y le costó mucho desplazarse. Luque lo intentó pero con tan poco material abrevió.
Iván Fandiño saludo una ovación en el segundo de la tarde. Al toro le faltó chispa y se quedó cortó en los muletazos, lo que obligó al de Orduña a perderle los pasos para poder ligar los pases. No se entregó en la muleta, por lo que las series que logró Fandiño tuvieron más mérito. Se lo reconoció el público con una ovación, después de matar de estocada.
Al quinto no lo entendió. El de de Alcurrucén se desplazó y repitió, pero era necesario exigirle por abajo. El de Orduña no lo hizo y la faena no se dilató. Estocada caída y silencio. Sin embargo el toro recibió palmas en el arrastre.
Antonio Ferrera tampoco tuvo su tarde. El primero fue un toro soso que protestó en la muleta y con el que el extremeño no se acomodó. Intentó plantearle una faena a media altura que no tuvo calado en los tendidos y acortó. De hecho, el tercio de banderillas tampoco fue tan espectacular como en otras ocasiones. Estocada caída y silencio.
En el cuarto si apostó más en banderillas, destacando el tercer par al quiebro. Al toro le faltó trasmisión y no humilló en la maleta. Ferrera, más dispuesto, pronto acortó los terrenos, pero la faena tampoco tomó vuelo. Falló con los aceros y el resultado fue silencio.
A la tarde le faltó chispa. No la tuvieron los toros. En esas ocasiones la tiene que poner el torero, y el único que lo hizo fue Daniel Luque.
Plaza de toros de Albacete, 13 de septiembre. Sexta de abono. Más de tres cuartos. Toros de Alcurrucén, bien presentados y de pobre juego, para:
Antonio Ferrera: silencio y silencio.
Iván Fandiño: ovación con saludos y leves pitos.
Daniel Luque: oreja y silencio.