José Luis, un albaceteño testigo del tornado de Oklahoma

Muchas han sido las imágenes que hemos visto estos últimos días de la tragedia ocurrida en Oklahoma. La naturaleza mostró su peor cara, acabando a su paso con la vida de más de una veintena de personas y las casas, el trabajo y los sueños de miles más.

Muy cerca de esa tragedia, a pocas millas del centro del huracán, un albaceteño estaba siendo testigo del pánico. José Luis Gabaldón tiene 34 años y trabaja como profesor de música en la Universidad de Oklahoma. Hace casi siete años que reside en EEUU, donde ha formado una familia. Nos cuenta José Luis que Oklahoma, lugar de la tragedia, le recuerda a su Albacete natal, donde la llanura se extiende hasta donde la vista alcanza, aunque en el estado americano la naturaleza, de manera repetitiva, les muestra su peor cara en forma de tornado o terremoto.

El pasado lunes, tras un fin de semana con varios conatos de tornado de menor categoría, comenzaron a sonar las sirenas, y de la nada, en tan sólo 15 minutos, un tornado de magnitud EF5 (máxima magnitud) estaba sobre sus cabezas. José Luis, quien estaba disfrutando en su casa de Edmon de unos días de vacaciones, corrió hasta la Universidad más cercana para refugiarse, mientras su mujer, que estaba trabajando en el Hostpital de Oklahoma City, recogió a las niñas y se adentró en el refugio del propio hospital. Afortunadamente, tanto José Luis como su mujer e hijas no se encontraban bajo el devastador ojo del huracán, que se estaba cebando con los vecinos de Moore, donde se cobró la vida de 24 personas, 9 de ellos niños, dejando a su paso más de doscientos heridos.

Gabaldón destaca que el tornado fue mucho más dañino debido a que se produjo en plena jornada laboral, con la gente trabajando y los niños en clase. Además, el fuerte incremento de intensidad del tornado en tan poco tiempo, apenas 15 minutos, hizo que la población no tuviera margen de tiempo para preparase ante esta situación.

Una vez que todo ha pasado toca enfrentarse a la realidad, afortunadamente la familia Gabaldón no tiene que lamentar la pérdida de ningún amigo o vecino, pero sí conocen casos de compañeros de trabajo que han perdido su segunda residencia en Moore. Donde antes había una casa, ahora hay escombros.

Este albaceteño admira las muestras de solidaridad que los estadounidenses están teniendo con sus compatriotas afectados, abriendo cuentas para recaudar fondos para las víctimas pocas horas después de la tragedia. Ellos también han contribuido con una aportación al espíritu de solidaridad que se está extendiendo por todo el país. Famosos deportistas han llegado a donar un millón de dólares a esta causa.

Ellos han sido testigos directos de un hecho que ha llenado horas y horas de televisión, que ha conmocionado a todo un país, y que ha hecho que el foco mediático se centre, una vez más, en una tragedia ocurrida en suelo americano. Minutos que cambian toda una vida, o que directamente, terminan con ella.

 

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